Mientras en Tlaxcala se destacó la reunión que sostuvieron el gobernador poblano Sergio Salomón Céspedes Peregrina y la mandataria tlaxcalteca Lorena Cuéllar Cisneros para acordar una agenda de trabajo en común, en la vecina entidad el hecho pasó desapercibido y fueron escasos los medios que le dieron cierta importancia al encuentro.
Las autoridades poblanas optaron por la civilidad política y atendieron a la delegación tlaxcalteca, pero es obvio que los tiempos, necesidades y prioridades son diferentes, de ahí que difícilmente se establecerán acciones en conjunto que realmente ayuden a mejorar la seguridad entre ambas entidades, a coordinar las actividades turísticas o a emprender programas que permitan mejorar el medio ambiente, la movilidad, el ordenamiento territorial y la migración.
En Tlaxcala se difundió la reunión como si se tratara de un hecho relevante, cuando en realidad no hubo más que un acercamiento y la voluntad de ambas autoridades de acordar una agenda de trabajo que beneficie a los poblanos y a los tlaxcaltecas.
Se dijo que los secretarios de ambos equipos trabajarán y posteriormente se hará el seguimiento de los acuerdos y objetivos que de manera conjunta se irán estableciendo, ya que se trata de temas en común y muy importantes que impactan a ambas entidades.
Dudo que los funcionarios poblanos dediquen tiempo a atender la problemática que existe entre Puebla y Tlaxcala cuando están más pendientes en la sucesión del próximo gobernador y en tratar de terminar su periodo al que le restan menos de dos años.
Además se habla que el mandatario Céspedes Peregrina realizará ajustes en su equipo de trabajo, lo cual también se espera que suceda en Tlaxcala en los próximos días, de ahí que los nuevos colaboradores tardarán un tiempo en ponerse de acuerdo para iniciar los trabajos que buscarían llevar a cabo.
Por ejemplo, usted cree que el secretario de Gobernación de Puebla, Julio Huerta Gómez, perderá el tiempo en sentarse con el cansado secretario de Gobierno de Tlaxcala, Sergio González Hernández, para atender problemas en conjunto cuando el poblano anda metido en la sucesión y en busca de la candidatura de Morena al gobierno de su entidad.
Para nadie es un secreto que Sergio Gonzáles destaca por ser un funcionario tlaxcalteca que no resuelve nada y al que nadie obedece, por lo que es obvio que serán muy pocos los interesados en tener una reunión con él, porque sencillamente es perder el tiempo.
Con el anterior gobernador de Puebla, Luis Miguel Barbosa Huerta, hubo intentos por reforzar la seguridad en la zona limítrofe entre ambas entidades, sin embargo la acción y la estrategia fracasó porque nunca se detuvo a ninguna banda delictiva y porque siguieron apareciendo cadáveres de personas ejecutadas en el vecino estado y cuyos cuerpos son abandonados en nuestro territorio.
Al menos ambos mandatarios vecinos ya se tomaron la foto y podrán presumir que trabajarán coordinadamente, aunque en los hechos sabemos que nada cambiará y que las cosas se mantendrán como hasta ahora.
Los poblanos están metidos en lo suyo y los tlaxcaltecas también.
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