La escasez de talento y de capacidad para atender y resolver los problemas que existen en Tlaxcala volvió a hacer noticia el pasado viernes.
Un grupo de campesinos obligó al blandengue secretario de Impulso Agropecuario (SIA), Rafael de la Peña Bernal, a caminar de su oficina ubicada en Apetatitlán hasta el Palacio de Gobierno para que solicitara la presencia de la mandataria tlaxcalteca, Lorena Cuéllar Cisneros, ya que según ese funcionario es la única que puede resolver sobre la petición de entregar apoyos a todos los productores que perdieron sus cosechas en el pasado ciclo agrícola.
Prestándose al juego de los productores, Rafael de la Peña se acomodó su sombrero para parecer un hombre bragado y experto conocedor del campo y emprendió la caminata, mientras sus colaboradores ya reportan su “retención”, lo que de inmediato movilizó al senil secretario de Gobierno, Sergio González Hernández, quien pensó en cómo “rescatar” al pobrecito funcionario más que en dar respuestas efectivas a los campesinos, para lo cual recurrió a los servicios del golpeador encargado de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, José Guadalupe Ballesteros Arellano.
Al llegar a las puertas del Palacio de Gobierno, los agricultores se quejaron de la falta de apoyos de los gobiernos federal y estatal hacia ese sector, la nula programación de recursos para atender desastres, la indiferencia de las autoridades para atenderlos y la corrupción que prevalece en la Secretaría de Impulso Agropecuario donde los programas van dirigidos a los amigos, familiares y a los prestanombres.
Incluso, no faltaron las acusaciones directas contra funcionarios como José Humberto Vega Vázquez, director de Agricultura de la SIA, a quien le recordaron que él empezó su carrera siendo un priista corrupto y que años después sigue siendo un corrupto pero bajo la chaqueta de Morena.
Los ridículos intentos por solucionar la protesta de Rafael de la Peña, quien no perdía su pose de ranchero alfa, sólo demostraron que ese colaborador carece de talento y capacidad, pues mientras los productores tlaxcaltecas exigían que se les explicara a detalle cómo se distribuirán los 16 millones de pesos aprobados para entregar apoyos a los campesinos que perdieron sus cosechas, se dice que el funcionario ofreció entregarles algunos mototractores para que se los rifaran entre ellos y lo dejaran seguir trabajando, cochupo que fue rechazado e ignorado inmediatamente.
Fue entonces que hizo su aparición un intolerante, agresivo, gritón, huraño, evasivo e irritado Sergio González, quien envalentonado por estar rodeado de los gorilas de la Policía Estatal nos demostró que sabe alzar la voz y que lo suyo no es atender y resolver, porque en la primera oportunidad que tuvo dio por terminado su efímero encuentro con los productores y junto con Rafael de la Peña ingresó nuevamente al Palacio de Gobierno mientras los uniformados tiraban chingadazos para controlar a los agricultores.
Ya en su elegante oficina, el secretario de Gobierno presumió su hazaña mientras los productores tlaxcaltecas no dejaban de lanzar consignas y maldiciones contra el gobierno del estado, porque se sintieron engañados y maltratados, sobre todo porque las mismas autoridades estatales han reconocido que no contrataron el seguro agrícola de este año.
Llama la atención que mientras los productores se manifestaban, la Secretaria Técnica de la Secretaría de Impulso Agropecuario, Gisela Lucero Zepeda, disfrutaba de un retiro espiritual en una zona boscosa, alimentando las sospechas de que ella podría estar tras los campesinos que protestaron a fin de evidenciar que su jefe, Rafael de la Peña, es un funcionario de ornato que no tienen ningún control sobre los agricultores.
El problema sigue latente y los productores tlaxcaltecas volverán a protestar y manifestarse.
Se equivocan quienes piensan que los campesinos están derrotados.
Y si no me creen que le pregunten a Ignacio López Sánchez, secretario de Trabajo y Competitividad como le fue cuando estuvo como responsable de la Secretaría de Fomento Agropecuario (hoy SIA) en la administración del panista Héctor Ortiz Ortiz.
El sector agropecuario tlaxcalteca había permanecido estable y controlado en los últimos 15 años, pero hoy la falta de sensibilidad y talento para atender los problemas que enfrentan los productores podría hacer que resurja el Tlaxcala bronco que existe y que alguien equivocadamente quiere despertarlo.
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