Aunque parezca ilógico, resulta que la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) que va por su cuarto responsable es la que en el papel ha dado mejores resultados dentro del gabinete legal de la actual administración, pues sin tener una estrategia definida para frenar la ola delictiva en la entidad y un titular permanente que ponga fin a las grillas internas y a la actitud protagónica de algunos subordinados, Tlaxcala puede presumir que es de las entidades más seguras del país según las estadísticas que se manejan.
Ayer, por fin dejó el cargo de secretario de Seguridad Ciudadana, el ex soldadito Raúl Ruiz García, quien fracasó en su intento de ser policía. Sólo permaneció en el cargo seis meses después de asumir la responsabilidad en el mes de mayo de este año.
En ese periodo la ola delictiva continuó golpeando y maltratando a los ciudadanos, ya que Tlaxcala siguió siendo un territorio abierto para abandonar cadáveres. Además, los asaltos en carreteras se mantuvieron, al igual que las violaciones, los feminicidios y los robos con violencia contra empresarios, juniors y políticos que se cometieron en sus casas.
Al arranque del nuevo gobierno, el 31 de agosto de 2021, fue designado Alfredo Álvarez Valenzuela, un ex policía federal, como responsable de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, personaje que nunca pudo ocultar sus malos antecedentes al enfrentar acusaciones de acoso sexual y de tortura y abuso de poder en el ejercicio de sus funciones, lo que finalmente lo obligó a salir huyendo de la entidad en noviembre de ese mismo año, por lo que sólo disfrutó su cargo por dos meses.
Como encargado de Despacho de la SSC fue nombrado Max Hernández Pulido, quien siguió dirigiendo el Centro de Control Comando Comunicaciones y Cómputo. Su permanencia se prolongó por siete meses hasta que llegó Raúl Ruiz que anoche se hizo efectiva su renuncia que según el blandengue secretario de Gobierno, Sergio González Hernández, presentó a mediados de octubre.
La inestabilidad, la rotación de mandos, las grillas internas y la actitud protagónica combinada con exceso de fuerza que suele aplicar el secretario técnico de la SSC, José Guadalupe Ballesteros Arellano, pareciera que no han sido factores para convertir a esa dependencia en la peor de la actual administración, pues al menos en el papel y en los datos oficiales Tlaxcala ha registrado una baja en la incidencia delictiva, situación que según las autoridades nos ubica como uno de los estados más seguros del país.
Esa es la realidad que ve y nos trata de vender el gobierno, pero otra muy diferente es la que perciben los ciudadanos y las ciudadanas que siguen enterándose de la presencia de ejecutados, de robos violentos que terminan en asesinato de estudiantes, de atracos de casas, de peleas a balazos en bares, de comandos armados que roban viviendas de políticos, de presuntos asesinatos de mujeres disfrazados o encubiertos como suicidios, de violaciones de jovencitas, de robos imparables de camionetas, automóviles, motocicletas y de autopartes, de muertes de presuntos homicidas en manos de agentes de la PGJE, de muertes de normalistas que supuestamente se caen y nadie sabe dónde y a qué hora, y de mujeres desaparecidas que sus familiares buscan desesperadamente.
Hasta donde se sabe existen varios perfiles de candidatos a ocupar la titularidad de la Secretaría de Seguridad Ciudadana. Entre las propuestas que se analizan existe el de una mujer, por lo que no se debe descartar que pudiera llegar ahora una jefa para tratar de limpiar la imagen de gorilas que tiene la policía estatal por culpa de José Guadalupe Ballesteros, quien por cierto ha sido encubierto por la Comisión Estatal de Derechos Humanos, organismo que sabe de sus excesos y abusos, pero que se niega a darlos a conocer para ayudar a mantener “la buena” imagen de la actual administración.
No se sabe quién estará a partir de hoy al mando de la SSC tras la salida del torpe Raúl Ruiz. El hocicón de Sergio González ha optado por esconderse para no dar a conocer quién quedará al frente de esa dependencia en lo que siguen analizando los perfiles para designar al cuarto responsable de esa área de gobierno lorenista.
De algo que sí pueden estar seguros, es que el gorila José Guadalupe Ballesteros no está considerado para ser titular de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, ya que no cumple con el perfil ni cuenta con la confianza de la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros que está decepcionada de ese agresivo colaborador.
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