Una vez más el lorenismo fue lastimado desde su interior con una filtración que dejó en claro que existe una quinta columna que también tiene lealtad con los enemigos, a quienes se le está pasando información para desacreditar ciertas decisiones o cambios que pudiera haber en el gabinete estatal.

 

 

En la mañana en la reunión de seguridad, estuvo presente el aún secretario de Seguridad Ciudadana, el ex soldadito que juega al policía, Raúl Ruiz García, por lo que todo era normal.

 

Sin embargo conforme pasaron las horas y trascendió una columna del periódico de la Jornada que criticaba al gobierno de Lorena Cuéllar Cisneros por el caso de la normalista fallecida tras una protesta que terminó en una refriega entre estudiantes y policías de Tlaxcala, en la cual se leía que el responsable de la seguridad del estado ya había sido removido de su cargo, iniciaron las especulaciones y rumores sobre la supuesta renuncia de Raúl Ruiz.

 

Mientras unos reporteros aliados de esa quinta columna no sólo especulaban sobre la remoción del secretario de Seguridad Ciudadana de Tlaxcala sino que hasta ya daban a conocer quién sería el sustituto que responde al nombre de Ramón Celaya Gamboa, ex vicefiscal de Investigación de la Fiscalía General del estado de Guerrero, Raúl Ruiz despachaba tranquilamente en las oficinas de su dependencia.

 

Esa quinta columna trabaja al interior de la Secretaría de Seguridad Ciudadana y fue el responsable de filtrar lo necesario para desgastar y golpear al primer titular de esa dependencia, Alfredo Álvarez Valenzuela, quien hace un año salió huyendo de la entidad para evitar ser detenido por un delito que habría cometido cuando se desempeñó como policía federal.

 

Después siguió generando broncas al interior de la Secretaría para lo cual armaba grillas entre los policías y no dejaba de promocionarse para ser designado como el jefe, pero la verdad es que sus antecedentes, su protagonismo y exceso de fuerza para actuar en los operativos en los que suele participar lo han desacreditado y desgastado al grado que nunca dejará de ser el gorila que en ocasiones se requiere en la Secretaría de Seguridad Ciudadana.

 

Lo que es cierto hasta ahora es que la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros no está satisfecha ni a gusto con el trabajo de Raúl Ruiz en la Secretaría de Seguridad Ciudadana, razón por la cual habría iniciado el análisis de los perfiles para llevar a cabo un nuevo momento en esa dependencia, de ahí que no se descarta que haya considerado a Ramón Celaya para el cargo, sin embargo eso no quiere decir que ya se haya tomado una decisión o que éste no tuviera alguna posibilidad de llegar a Tlaxcala.

 

Hasta donde se sabe esa información y procedimiento sólo era conocido por un reducido grupo de funcionarios allegados a la gobernadora Lorena Cuéllar, de ahí que alguien cercano a ella volvió a traicionar la confianza que la mandataria le tiene porque filtró la información que el día de ayer generó incertidumbre.

 

La información no sólo reveló que Lorena Cuéllar tiene pensado remover a Raúl Ruiz, sino que ya analiza perfiles y que el cambio sería una consecuencia del lamentable actuar de la policía estatal para controlar los desmanes que provocaron las normalistas de Panotla.

 

Lo anterior lejos de ayudar a la actual administración la perjudica, porque no sólo se comprueba que es víctima de funcionarios allegados que se encargan de filtrar información privilegiada, sino que también es un gobierno débil que es incapaz de controlar las grillas internas y que se ve obligado a realizar cambios por la presión social confirmando que la policía estatal se excedió.

 

Lo que es seguro es que tarde o temprano si habrá un relevo en la Secretaría de Seguridad Ciudadana donde los días de Raúl Ruiz están contados y que a esa posición nunca llegará el gorila José Guadalupe Ballesteros Arellano, secretario técnico de la Secretaría de Seguridad Ciudadana e incondicional del actual secretario de Gobierno, Sergio González Hernández, quien ayer fingía un supuesto enojo por las filtraciones que se habían hecho cuando en realidad se divertía por el desorden que se generó.

 

La quinta columna en el gobierno de Lorena Cuéllar ha cumplido claramente su objetivo de dañar y desgastar a la mandataria.

 

¿Hasta cuándo se permitirá que siga operando y haciendo daño?, es una respuesta que sólo la sabe la gobernadora de Tlaxcala.

 

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