La radicalización de posturas en el conflicto que sostienen las normalistas de Panotla con el gobierno de Tlaxcala no le conviene a nadie, porque el asunto puede escalar en violencia y en enfrentamientos que terminarán por complicar más las negociaciones y sobre todo afectar la imagen de ambos bandos.

 

 

La extrema tolerancia que por meses había mostrado la administración de la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros se malinterpretó por las alumnas de la Normal Rural “Benito Juárez”, quienes confundieron la paciencia con debilidad, de ahí que decidieron poner sobre la mesa de negociación sus excesivas demandas que sólo muestran su ambición y su intención de beneficiarse.

 

Si bien públicamente las normalistas exigen la destitución de la directora de su escuela, lo cierto es que también quieren tener injerencia en el manejo de los recursos públicos que se destinan a la institución y que las dejen cobrar las ilegales “cuotas de ingreso” que obtienen de las aspirantes a ingresar y que rondan los tres mil pesos por cada una.

 

Adicionalmente, quieren que a su dieta se incorporen frutos rojos y pan de primera. Una vez a la semana proponen que se les de comer camarones y pescado. Al mes cada alumna exige 10 pastas de dientes y 10 kilos de jabón. También plantean que se les entregue tenis de marca y zapatillas.

 

Para sus graduaciones quieren un buen regalo por parte del gobierno estatal, el cual estaría obligado a seguir pagando dos meses de su cena baile por cada alumna a fin de que puedan estar acompañadas por sus familiares y amigos. Se calcula que cada alumna le cuesta al erario alrededor de 350 mil pesos al año.

 

Lo anterior explica los motivos por los cuales no se ha podido llegar a acuerdos con las normalistas, pues Homero Meneses Hernández, secretario de Educación Pública de Tlaxcala, no ha cedido a tales pretensiones, pero tampoco ha salido a denunciar públicamente que las normalistas de Panotla son unas abusivas que buscan sangrar a su dependencia y al gobierno estatal.

 

Ayer, el secretario de Gobierno, Sergio González Hernández, reveló que hay denuncias contra las normalistas por retener una camioneta y agredir a unas personas el sábado pasado durante una manifestación, amenaza o advertencia que en nada contribuye a solucionar el conflicto porque las estudiantes lo que quieren es que las agredan para radicalizar más su movimiento y tener más elementos para obtener privilegios.

 

Las normalistas de Panotla cuentan con el respaldo y asesoramientos de estudiantes de la normal de Ayotzinapa, Guerrero, quienes son expertos en enfrentamientos y en generar caos.

 

Más tardó el vapuleado Sergio González en tratar de intimidar a las normalistas con el cuento de que hay denuncias penales en su contra a las que se les dará trámite que en obtener una respuesta de las estudiantes que en una rueda de prensa señalaron que el domingo fueron amedrentadas con armas largas desde el helicóptero y que dos de sus compañeras fueron retenidas por cuatro horas, tiempo en que fueron torturadas psicológicamente y violentadas con la invasión a su privacidad.

 

Culparon a los elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de transgredir su derecho a manifestarse y de ser víctimas de agresiones físicas y verbales, incluso recibir amenazas de muerte.

 

Según las alumnas el viernes pasado Homero Meneses habría aceptado la destitución del cuadro directivo de la normal por supuestos actos de “abuso de autoridad, discriminación y el uso indebido de función pública”, pero el funcionario ya no lo concretó porque intentó condicionar la remoción si es que ellas aceptaban cambios en la organización interna estudiantil, lo que no fue aceptado y por esa razón la Normal Rural se declaró en movimiento.

 

Las condiciones para que se registre un enfrentamiento entre normalistas y elementos de la policía estatal están dadas. De mantener sus posiciones la confrontación será inevitable y una vez más el gobierno será señalado de autoritario y represor.

 

A Sergio González se le acumulan los problemas y su falta de talento y palabra lo están llevando a un acelerado desgaste que cada vez lo debilita más. El domingo el secretario de Gobierno fue vapuleado en Calpulalpan cuando acudió a eventos oficiales celebrados en ese municipio por manifestantes del lugar que lo tacharon no sólo de incapaz sino de soberbio y negligente por ni siquiera atenderlos.

 

El funcionario engañó a los campesinos tlaxcaltecas que exigen una respuesta de las autoridades ante la crisis que enfrentan por las pérdidas de sus cosechas, ya que les prometió que ayer serían atendidos y no fue así. Fue evidente que al responsable de la Secretaría de Impulso Agropecuario, Rafael de la Peña Bernal, le valió madre el caso sobre todo cuando ya declaró que los productores están acostumbrados a ver qué más sacan del papá gobierno.

 

La lista de conflictos crece cada día. A los problemas con los sindicatos 7 de Mayo y de la Secretaría de Salud, hay que sumar el de docentes del Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado (CECyTE), quienes ayer protestaron a las afueras de las oficinas del Servicio de Administración Tributaria para exigir la homologación del personal y la regularización de salarios.

 

Y por si eso no fuera suficiente, también está la aparición de más ejecutados. Ahora fue en el municipio de Tocatlán donde dejaron el cadáver de un hombre de aproximadamente 40 años de edad con abundantes huellas de violencia.

 

A un costado del cuerpo fue encontrada una cartulina que lleva como mensaje: «Tienen 24 horas para abrirse a la verga de San Cosme y sus alrededores, esto va para la Abeja, Konan, Sharto, Vopes y el Coletas quien es el que les surte, esto les va a pasar a todos, primer y último aviso».

 

En Tlaxcala grupos dedicados al narcomenudeo ya se pelean la plaza y créame que eso resulta preocupante.

 

Por ahora, el panorama no luce nada bien.

 

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