Las posibilidades de que en Tlaxcala se mantenga la alianza opositora entre el PRI, PAN y el PRD en las elecciones del 2024 son casi nulas, no sólo porque a nivel nacional se rompieron las condiciones para llegar a acuerdos, sino porque localmente hablando tampoco hay condiciones para repetir esa fórmula que en los comicios del 2021 los hizo entrar en nivel de competencia.
Si se confirma lo anterior, Morena y la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros no tendrán ningún problema para entregar buenas cuentas en las elecciones presidenciales, ya que la oposición dividida y fragmentada no representa ninguna preocupación.
Tras la aprobación que dio el Senado para que las fuerzas armadas continúen apoyando acciones de seguridad en las calles hasta el 2028, el líder nacional de PRD Jesús Zambrano Grijalva no tuvo problema para declarar que la alianza “Va por México” quedó muerta.
Para ese partido resultó decepcionante que dos senadores perredistas hayan avalado la propuesta de Morena como Miguel Ángel Mancera y Antonio García. Lo mismo resultó para el PRI que no pudo evitar que nueve integrantes de esa fracción respaldaran tal propuesta y dejaran solos a Miguel Ángel Osorio Chong, Claudia Ruiz Massieu y a la tlaxcalteca Beatriz Paredes Rangel.
En Tlaxcala había la intención de repetir la alianza opositora, pero ahora que se han dado estos desencuentros difícilmente se ve que el PAN acepte ceder la primera posición al Senado al PRI y que el PRD se conforme con uno de los tres distritos electorales federales que hay en la entidad.
El PRI en el estado se encuentra moribundo y sin liderazgo. Ese partido ha perdido tiempo valioso para renovar su actual dirigencia provisional y hoy la base de ese instituto político no está dispuesta a aceptar la imposición como nueva líder de la ex candidata a la gubernatura de Tlaxcala, Anabell Ávalos Zempoalteca, quien es impulsada por Beatriz Paredes.
Llama la atención que la ex gobernadora tlaxcalteca Beatriz Paredes asuma para el gobierno federal una postura crítica y que para la administración de Lorena Cuéllar se muestre como aliada, al grado que tiene recomendadas que sirven a sus intereses como Elia Sánchez en la dirección de la Coracyt y Eréndira Cova Brindis en la Secretaría de la Función Pública, entre otras posiciones más.
Al interior de ese partido los militantes quieren a un dirigente que realmente los represente y que tenga la capacidad de reagrupar a los priistas que ante el abandono que ven del tricolor están optando por reforzar a Morena o a Movimiento Ciudadano que en las últimas semanas ya le abrió las puertas a marianistas como Ricardo García Portilla o Ernesto Ordoñez Carrera.
Otra propuesta que jamás logró consensos fue la del diputado federal Mariano González Aguirre, hijo del ex gobernador Mariano González Zarur. El desprestigiado y vapuleado Alejandro Morena Cárdenas “Alito”, dirigente nacional del PRI, intentó imponer a su amigo como líder estatal del PRI, pero fracasó porque sencillamente comprobó que no gozaba del apoyo de la militancia.
Los priistas tlaxcaltecas están por exigir a Alejandro Moreno la renovación de la dirigencia estatal del partido y proponer a varios cuadros que pudieran hacerse cargo de esa responsabilidad porque cuentan con el respaldo de los militantes como José Luis Ramírez Conde o el ex presidente municipal Atltzayanca, Noé Parada Matamoros, a quien se le ve muy activo recorriendo el estado.
El PRD pareciera que fue el único partido que previó la muerte de la alianza opositora y por esa razón lleva meses reforzando su estructura rumbo a los comicios del 2024.
En la actualidad es el único partido opositor al gobierno de Lorena Cuéllar, de ahí que ha ganado espacios y ha llenado los vacíos que el PRI dejó al igual que el domesticado PAN que en los últimos meses ha optado por nadar de muertito a fin de no caer en confrontaciones con Morena ni con la actual administración estatal.
Si la alianza opositora ya está muerta, ahora lo interesante será ver quiénes serán los priistas, panistas y perredistas que se perfilan para convertirse en candidatos a senadores y a diputados federales, con el propósito de saber si tendrán alguna posibilidad de competir o si Morena y sus aliados no tendrán ningún problema para arrasar en los comicios del 2024.
Lo anterior complicaría las cosas en Morena, pues la disputa por las candidaturas al Senado, a las diputaciones federales y locales, así como a las alcaldías y presidencias de comunidad será fuerte, sobre todo porque para muchos lo complicado será ser abanderado de ese partido porque si la oposición llega dividida para el 2024 no tendrán ningún problema para lograr el triunfo electoral.
Veremos cómo se empiezan a mover las piezas de ajedrez.
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