Al presidente municipal de Tlaxcala, Jorge Corichi Fragoso, le llevó casi diez meses aceptar que se equivocó en la designación de Francisco Javier Carreto Gámez, como director de la policía capitalina, pues ese limitado funcionario sencillamente no tenía la capacidad para contener la tendencia delictiva que heredó la actual administración del gobierno priista saliente.

 

 

En diez meses los delitos en la capital del estado han ido a la alza y la percepción de los ciudadanos sobre la inseguridad también se incrementó notablemente, pese a los esfuerzos emprendidos por el gobierno de Corichi Fragoso para contratar más policías, dotarlos de mejores equipos y próximamente de nuevas patrullas.

 

La salida de Francisco Javier Carreto era necesaria, pero ésta llega muy tarde porque el nuevo responsable de la policía capitalina, Israel García Jasso, que empezó a trabajar desde principios de mayo, es un elemento que no está registrado en el padrón de policías y tampoco estaría certificado.

 

Aunque muchos aplauden ese cambio y destacan que el nuevo jefe de la policía municipal de Tlaxcala es un elemento de carrera que se desempeñó en la Policía Federal Preventiva, en la Agencia Federal de Investigación, en Seguridad Pública Federal y en el CISEN, en los hechos no aparece ni su registro ni su certificación, situación que estaría ignorando la recomendación que el Órgano de Fiscalización Superior hizo a los alcaldes tlaxcaltecas para que dejen de contratar “policías patito”, ya que esa acción se considera un daño patrimonial a los ayuntamientos.

 

Francisco Javier Carreto era un limitado jefe policiaco, pero al menos tenía Certificación Única Policial (CUP) que es igual a Exámenes de Control más Formación Inicial (900 horas ante grupo) más Competencias Básicas más Evaluación del Desempeño Policial.

 

Ojalá que la falta de registro y de certificación de Israel García se trate sólo de un error en la base de datos o del padrón de policías, porque si se comprueba que ese jefe no ha cumplido con esos trámites dejará mal parado al presidente municipal Jorge Corichi por contratar y designar a un jefe que no está avalado por el Sistema Nacional de Seguridad Pública.

 

En verdad ya no habrá cambios en el gabinete

 

De acuerdo con las declaraciones de la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros ya no habrá cambios en su gabinete legal y ampliado, por lo que es casi un hecho que los que están llegarán al primer año de la administración que se cumple a finales de agosto.

 

Y si bien algunos funcionarios que han intentado renunciar a sus actuales cargos como el “diputado 26” y en sus ratos libres secretario del Medio Ambiente, el morelense Luis Antonio Ramírez Hernández, quien de esa forma tendrá más tiempo para concretar su lucrativo negocio relacionado con el control de la plaga del escarabajo descortezador, se mantendrá en su puesto pese a que sea uno de los servidores públicos peor evaluados por su hoy enemiga Gimena Lara Pérez, coordinadora de Planeación e Inversión del gobierno de Tlaxcala.

 

También seguirá en su cargo la actual procuradora de Justicia, Ernestina Carro Roldán, quien se dice que hace unos días también presentó su renuncia a la gobernadora Cuéllar, pero que ésta no se la aceptó a su comadre.

 

Y para quien duda de que los funcionarios estatales son evaluados, resulta que en ese proceso que antes tenía concentrado la engreída y déspota Gimena Lara, hoy se incorporará personal de la Secretaría de la Función Pública a cargo de Eréndira Cova Brindis, por lo que todos tendrán que cuidarse de las intrigas y chismes que se arme en esa área del gobierno, pues gracias a sus habladurías y rumores logró influir para que la Luz María Vázquez Ávila fuera despedida hace unos días de la Secretaría de Movilidad y Transporte.

 

El clima al interior del gobierno lorenista es de molestia y resentimiento, al grado que el cusco secretario de Gobierno, Sergio González Hernández, ya empezó a sostener reuniones con funcionarios de diferentes dependencias para pedirles lealtad, disciplina, unidad y obediencia porque el golpeteo es cada vez más intenso y constante entre los principales colaboradores de la actual administración.

 

Un asunto que podría influir en futuros cambios en el gabinete lorenista es la discusión, análisis y aprobación de las cuentas públicas por parte de los diputados locales.

 

En breve se dará a conocer no sólo cómo fue el manejo de los recursos financieros de los últimos ocho meses de los funcionarios del gobierno de Marco Antonio Mena Rodríguez, sino que también se incluirán los resultados contables de los primeros cuatro meses de la actual administración, situación que en algunos casos podrá evidenciar corrupción y posibles daños patrimoniales.

 

En fin, habrá que esperar.

 

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