En Tlaxcala los linchamientos de presuntos ladrones han quedado impunes y sin castigo.

 

 

Durante la pasada administración que encabezó el priista Marco Antonio Mena Rodríguez, la Procuraduría General de Justicia en el Estado optó por no proceder penalmente contra los responsables de incitar y llevar a cabo los linchamientos registrados en los municipios de Hueyotlipan y San Pablo del Monte, donde los habitantes cansados de los robos e inseguridad decidieron golpear y quitar la vida a dos varones.

 

Esos dos casos y otros 116 asuntos que involucran muertes violentes de mujeres tlaxcaltecas reportados en la pasada administración son una parte de los expedientes rezagados que la Procuraduría General de Justicia en el Estado en manos de Ernestina Carro Roldán acumula, por lo que no se sabe si algún día serán resueltos al igual que los homicidios dolosos perpetrados en lo que va de este nuevo gobierno.

 

El pasado viernes los habitantes de la comunidad de San Pedro Tlalcuapan, perteneciente al municipio de Chiautempan, decidieron linchar a un hombre que respondía al nombre de Alfredo B., quien de acuerdo con la información disponible contaba con antecedentes penales, pues fue procesado y sentenciado en el 2010 por el delito de robo calificado.

 

Los vecinos de esa comunidad ubicaron al presunto ladrón en los momentos en que intentaba ingresar a una casa en compañía de otros sujetos, razón por la cual fue detenido mientras sus cómplices lograron darse a la fuga. Una vez en manos de los habitantes, éstos procedieron a golpearlo y exigir el pago de una compensación a la comunidad para entregarlo a la policía municipal y estatal que ya estaba presente en la zona.

 

Al parecer el sujeto con último domicilio en una colonia de Chiautempan dijo no tener recursos económicos ni familiares que lo respaldaran financieramente, situación que hizo enojar más a los pobladores que veían frustrado su intento de conseguir recursos como lo habían logrado en otros casos de intento de linchamiento registrados en meses pasados.

 

Hay videos y fotos que evidencian a las personas que incitaban a la violencia y a querer quemar vivo al presunto delincuente. El bonachón presidente municipal de Chiautempan, Gustavo Jiménez Romero, dio la orden a la policía de no intervenir para rescatar al hombre hasta agotar las negociaciones, sin embargo al parecer pudo más la verborrea violenta de un vecino que no dudo en rociar con gasolina al sujeto para después prenderle fuego sin que nadie interviniera para detener ese acto de barbarie.

 

La procuradora de Justicia Ernestina Carro tiene elementos de sobra y evidencia para proceder contra aquellos ciudadanos y ciudadanas que decidieron hacer justicia por su propia mano en San Pedro Tlalcuapan, sin embargo aún no se sabe si la investigación caminará hasta dar con los responsables u optará por guardar el expediente como sucedió con los casos de los linchamientos de Hueyotlipan y San Pablo del Monte donde los responsables de esos hechos nunca fueron molestados.

 

Aunque resulte increíble, el fantasma de la impunidad parece que ya ronda las oficinas de la Procuraduría General de Justicia en el Estado, ya que han pasado los días y no hay ningún detenido ni un responsable de ese brutal linchamiento, lo cual resulta preocupante porque ese asunto puede marcar el trabajo y el futuro de esa dependencia y del nuevo gobierno estatal.

 

La semana santa en Tlaxcala se pintó de rojo. No faltaron los accidentes viales con muertos, los ahogados, la aparición de cadáveres y los homicidios dolosos relacionados con actividades ilícitas.

 

La muerte violenta de dos varones en una unidad habitacional de Huamantla estaría relacionada al narcomenudeo, actividad que cada vez es más frecuente y que empieza a ser más notoria últimamente.

 

A finales de marzo fueron asesinados un padre y sus dos hijos, cuyos cuerpos calcinados dentro de su domicilio ubicado en una privada entre los barrios de Manantiales y Xitototla del municipio de Zacatelco están relacionados con las drogas. Las primeras investigaciones confirmaron que todas las víctimas tenían el tiro de gracia.

 

Los homicidios dolosos relacionados a actividades ilícitas van en aumento.

 

La ola de violencia que se registra en Tlaxcala es preocupante y lamentablemente se observa una Procuraduría General de Justicia en el Estado rebasada e incapaz de dar resultados.

 

Ni hablar, la impunidad sigue dominando en Tlaxcala.

 

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