La desesperación por conseguir buenos resultados para el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, en la consulta de revocación de mandato que se llevará a cabo el próximo 10 de abril ya es evidente en el equipo lorenista, de ahí que sus aparentes mejores cuadros han recurrido como si fueran “mañosos priistas” a la estructura del gobierno del estado para tratar de sacar a los tlaxcaltecas a las 605 mesas receptoras de votos.

 

 

Sin un trabajo previo de planeación y promoción, hoy los simpatizantes de AMLO y Morena encabezados por el ocupadísimo secretario de Gobierno, el ex panista Sergio González Hernández, pretenden que en el mencionado ejercicio participen más de 400 mil tlaxcaltecas, cifra que sencillamente se antoja imposible de conseguir.

 

Aunque se tuvo tiempo suficiente para poner en marcha la maltratada estructura lorenista rumbo a la revocación de mandato que tanto ha promovido el presidente Andrés Manuel López Obrador para sentirse querido y apoyado, el exceso de confianza se apoderó de los “operadores” que dedicaron más tiempo en los últimos meses a la grilla interna, a la descalificación y al desmadre que a la planeación de ese ejercicio, razón por la cual no se percibe ni observa un equipo serio y con estrategia que realmente tenga el objetivo de lograr una copiosa participación.

 

No todos los lorenistas que trabajaron y se entregaron en dos campañas electorales a la gubernatura (2016 y 2021) han conseguido un puesto en el gobierno estatal. Hay resentimiento y desánimo en algunos de ellos porque al final sólo se han sentido utilizados o no valorados, toda vez que los cargos de mayor importancia han quedado en manos de priistas o personas que no participaron en esos procesos.

 

En los últimos comicios locales donde se instalaron más de mil 150 casillas en el estado Lorena Cuéllar Cisneros logró una votación superior a los 305 mil votos que le permitieron ganar la gubernatura de Tlaxcala. Hoy por cuestiones de presupuesto el INE ubicará sólo 605 mesas receptoras de sufragios, número que incluye las tres mesas receptoras especiales que se establecerán en la entidad, situación que obviamente limita o restringirá la participación ciudadana.

 

Hasta donde se sabe el responsable de entregar buenas cuentas en la consulta de revocación de mandato es el “florero” Sergio González, quien al ver el pobre trabajo que se ha realizado sobre el tema decidió recurrir como una última opción a la estructura de la administración estatal.

 

Fue así que los grandes y destacados “operadores” del lorenismo fueron convocados urgentemente el pasado domingo 6 de marzo por la tarde a un inmueble de la colonia La Loma Xicohténcatl de la capital para encargarles la sección o población que debían trabajar para llevar el próximo 10 de abril cada uno de ellos a 700 votantes.

 

No hubo grandes discursos ni mensajes motivacionales, menos una estrategia definida o una planeación. A los asistentes sólo se les asignó su cuota y la zona en la que se espera su finísima operación.

 

Y así como cuando el PRI o la llamada mafia en el poder recurría a la estructura gubernamental, el dinero público y a los programas sociales para sacar raja política, los lorenistas y morenistas decidieron replicar esos tiempos porque muchos “operadores” dejaron ese domingo su disfraz de funcionarios honestos y austeros para ponerse el de mapaches electorales, eso sí sin dejar de usar los lujosos vehículos oficiales y hasta blindados, la información de los padrones de beneficiarios y la capacidad del gobierno con la única intención de demostrar que, según ellos, la mayoría de los tlaxcaltecas sigue amando al presidente López Obrador.

 

En ese cónclave Sergio González estuvo rodeado por su séquito de lambiscones, perdón de aliados para su proyecto de convertirse en candidato de Morena al Senado como el incongruente Homero Meneses Hernández, secretario de Educación Pública, Mario Cervantes Hernández, director de Gobierno de la Secretaría de Gobierno, Delfino Chamorro Macías, director Administrativo de la Secretaría de Seguridad Ciudadana y otros lorenistas más que nuevamente amenazaron con retacar las mesas receptoras de votos para demostrar que son los nuevos mapaches electorales de Tlaxcala.

 

La primera experiencia de consulta que precede a la revocación de mandato se realizó el 1 de agosto de 2021. También fue impulsada por el mandatario del país López Obrador que buscaba enjuiciar a cinco ex presidentes de México.

 

En aquella ocasión acudieron a votar 6.5 millones de ciudadanos, el 7% de los más de 93 millones con derecho a voto. Para que la resolución fuera vinculante se necesitaba la participación de 37 millones de ciudadanos.

 

Esa consulta para juzgar a los ex presidentes fue considerada como un ensayo previo a la revocación de mandato. En la experiencia inicial los ciudadanos tuvieron escasa presencia y los pronósticos para este nuevo ejercicio no son nada alentadores.

 

El PRD en Tlaxcala bajo el mando de Julio César Pérez González ya hizo los primeros señalamientos de la indebida intervención de funcionarios estatales y federales en la revocación de mandato que está organizando el INE, lo cual estaría demostrando que el gobierno lorenista y el de AMLO están recurriendo a las mañas y transas que tanto criticaron.

 

Por lo que se ve todos son iguales, o no.

 

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