Lo bueno es que en Tlaxcala se han generado las condiciones para volver a la normalidad, luego que este fin de semana se confirmó que al menos el 93 por ciento de la población del estado ya recibió dos dosis de la vacuna contra Covid-19 y que los contagios de ese virus vienen a la baja.

 

 

 

El nuevo decreto que establece las nuevas medidas sanitarias aplicadas a partir de este día, pondera las bases para regresar a la normalidad tras más de dos años de pandemia, lo que tarde o temprano terminará con el regreso al 100 por ciento de las clases presenciales, una decisión que implicará desgaste, talento y mucha política para convencer a los maestros de retornar a los salones.

 

Lo malo fue que el pasado viernes mientras se analizaba y discutían los lineamientos sanitarios que prevalecerán en las siguientes semanas por los integrantes del Consejo Estatal de Salud de Tlaxcala, algunos puntos fueron mal interpretados por el protagónico secretario de Educación Pública, Homero Meneses Hernández, quien para ganar reflectores tuvo la ocurrencia de filtrar en diferentes grupos de WhatsApp la supuesta determinación de que las clases presenciales se reanudarían al 100 por ciento este lunes 28 de febrero, lo cual resultó ser falso porque nunca se acordó ni se aprobó tal decisión.

 

Lo complicado fue que los miembros de los Consejos Técnicos Escolares y las dirigencias de los sindicatos de maestros protestaron de inmediato por esa supuesta decisión que consideraron unilateral, por lo que las protestas y reclamos no se hicieron esperar.

 

La supuesta decisión del retorno a las aulas a las pocas horas fue aclarada y desmentida a través de un comunicado de prensa donde el Consejo Estatal de Salud de Tlaxcala negaba la supuesta decisión del regreso al 100 por ciento de clases presenciales, situación que dejó en ridículo al protagónico Homero Meneses que no termina por aprender que como funcionario estatal debe ser prudente, responsable y serio como lo ha demostrado la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros.

 

Me queda claro que el regreso total a clases presenciales que fueron suspendidas desde marzo del 2020 será algo complicado, pues la labor de convencimiento hacia los maestros tlaxcaltecas no será fácil y sin duda las negociaciones por parte del gobierno del estado tendrán que ser encabezadas por alguien sensible y con alta capacidad de negociación, proceso que deberá iniciarse a la brevedad porque es obvio que no tardará en darse a conocer esa medida.

 

Hasta ahora no se habla de una quinta ola de contagios de Covid-19. Tlaxcala es uno de los estados del país con más avances en la vacunación y por eso seguramente se están dando los pasos necesarios para normalizar todas las actividades.

 

Y ya que hablamos de complicaciones, la semana pasada le comentaba que ya se habían encendido algunos focos rojos en algunos ayuntamientos, debido a que los integrantes de esos cabildos y los ciudadanos estaban inconformes con sus presidentes y presidentas municipales, lo cual resultaba preocupante porque los conflictos podrían agravarse, tal y como pasó este fin de semana.

 

En Mazatecochco y Amaxac de Guerrero las alcaldesas perdieron el control de las presidencias municipales ante su evidente incapacidad para negociar y llegar a acuerdos con sus gobernados. Ayer las puertas de esos inmuebles fueron cerradas y bloqueadas, lo que seguramente complicará las pláticas.

 

En el primer municipio el Cabildo y los habitantes ya no quieren como presidenta municipal a la priista Leandra Xicoténcatl Muñoz, mientras que en Amaxac el malestar ciudadano ha ido en aumento y la novata alcaldesa morenista Nancy Cortés Vázquez sencillamente no ha sabido enfrentar el problema que se generó por el incremento en el cobro del impuesto predial y en el servicio del agua potable.

 

El secretario de Gobierno, Sergio González Hernández, sigue acumulando conflictos y lo que le conviene es aplicarse para evitar que los problemas en los municipios crezcan, sobre todo porque los ciudadanos y las ciudadanas ya están llevando sus propuestas a decisiones drásticas como el cierre de las presidencias municipales.

 

Por qué esconder el Plan Estatal de Desarrollo

 

La entrega casi secreta del Plan Estatal de Desarrollo no parece una buena señal. El documento que determinará el futuro de los tlaxcaltecas, tendrá que ser leído a fondo para poder determinar la viabilidad de las acciones gubernamentales.

 

Los encargados de elaborar este Plan, optaron por realizar foros con apenas 20 espectadores en línea, sin embargo, es pronto para determinar si las líneas de acción, planes y programas funcionarán.

 

Debemos dar un voto de confianza una vez más, pero con la condición de revisar minuciosamente el documento en mención.

 

Es importante que ese documento sea presentado a los tlaxcaltecas, que se lea y que la mejor de las opiniones sea la de los gobernados.

 

Existe confianza en el Plan, al menos hasta terminar de leerlo. Si es que sus creadores algún día lo permiten.

 

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