Por los acontecimientos registrados en los últimos días, pareciera que en algunos municipios se está terminando la luna de miel entre las nuevas autoridades y sus gobernados, por lo que no sería raro ver más seguido protestas de ciudadanos y ciudadanas contra sus alcaldes o alcaldesas que empiezan a demostrar su inexperiencia y su falta de capacidad para desempeñar el cargo.

 

 

Las muestras de inconformidad se han presentado en municipios que llevan meses en conflicto como en Xicohtzinco, donde el presidente municipal Luis Ángel Barroso Ramírez no ha podido entrar a la alcaldía y trabajar tranquilamente, pues un grupo de habitantes está empeñado en evitar que el perredista se mantenga en esa posición.

 

En Mazatecochco, la alcaldesa priista Leandra Xicoténcatl Muñoz, no puede con la responsabilidad, pues desde el inicio de su administración había habitantes ligados al PRD que rechazaban su llegada a la presidencia municipal y bastaron unos meses para que los integrantes del Cabildo se pusieran en contra por el manejo discrecional que realiza de los recursos públicos de ese ayuntamiento.

 

Anoche, habitantes de Amaxac de Guerrero reventaron la sesión de Cabildo que presidía la presidenta municipal de Morena, Nancy Cortés Vázquez, quien de plano tuvo que ser rescatada por elementos de la Policía Estatal, ya que los ánimos subieron de tono y los inconformes estaban dispuestos a presionar para que se echaran abajo los aumentos autorizados a los impuestos que cobra el municipio.

 

Las muestras de inconformidad de ciudadanos y ciudadanas contra los presidentes municipales van aumento y hay poblaciones como Yauhquemehcan, Tlaxco, Xaloztoc, Nativitas y otras más donde existen indicios de malestar por parte de los habitantes, quienes han visto deteriora la seguridad pública en sus municipios y porque desde su percepción sus autoridades no realizan un trabajo adecuado para atender las necesidades y mejorar los servicios públicos.

 

Los focos de probables conflictos municipales se han encendido y si el gobierno estatal desea evitar que crezca el malestar ciudadano, deberá intervenir con tiempo antes de que las protestas y la inconformidad se salga de control.

 

Y ya que hablamos de conflictos, déjeme decirle que la estéril confrontación al interior del gabinete lorenista está llevando a confirmar errores administrativos que se han vuelto escándalos mediáticos y a evidenciar cada vez más las diferencias entre los funcionarios representantes de la Cuarta Transformación en Tlaxcala.

 

Lo anterior no sólo está provocando un desgaste innecesario a la nueva administración estatal, sino que alientan el golpeteo hacia su jefa política, Lorena Cuéllar Cisneros, quien lejos de recibir protección de sus colaboradores es expuesta por sus ambiciones personales.

 

El encargado de la Oficialía Mayor de Gobierno, Ramiro Vivanco Chedraui, está empeñado en limpiar su nombre y su enorme prestigio de 30 años de servidor público, de ahí que tal como lo ha asegurado en reuniones públicas y privadas, ha dedicado tiempo y ha recurrido a sus operadores para cargar la culpa de la contratación de 35 autobuses del programa “Primero los Maestros” al secretario de Educación Pública, Homero Meneses Hernández.

 

Ahora resulta que el “poderoso” Homero Meneses habría hecho todo mal, porque no licitó y adjudicó ese contrato de más de 15 millones a una empresa ligado a un ex funcionario estatal (Director de Transporte de la Secretaría de Movilidad y Transporte), Rubén Domínguez Medel, lo que limpia y absuelve de cualquier responsabilidad al ex diputado morenista Ramiro Vivanco que de acuerdo con sus facultades y atribuciones debió encargarse de ese proceso.

 

No dude que al rato también se diga que ese honesto funcionario lorenista tampoco tuvo responsabilidad en la concesión de la azotea del Museo de Arte de Tlaxcala para instalar un antro y que él no sabía nada de ese lucrativo negocio cuando desde noviembre del año pasado ya daba detalles de la inversión que estaban llevando a cabo empresarios poblanos.

 

Por lo que se ve nadie se hará responsable de la asignación directa de casi 600 millones de pesos que la administración lorenista ha realizado en los últimos meses para obras y compras.

 

Me queda claro que la gobernadora Lorena Cuéllar sí tiene colaboradores, pero ningún ha demostrado ser eficiente y leal porque a la hora de asumir errores y salir a la defensa de las decisiones de su jefa todos evaden su responsabilidad y de inmediato buscan a quien culpar antes de alzar la mano y decir yo me sacrifico en este tema y asumo la falta ante los medios de comunicación.

 

Las grillas internas no pasan desapercibidas por la gobernadora que se ha mostrado muy tolerante sobre ese tema, sin embargo eso no quiere decir que no sepa quiénes son los funcionarios que le están siendo leales y eficientes y quiénes son aquellos colaboradores que simulan apego a su proyecto y que sólo ven por su futuro político.

 

Aunque parezca increíble, las diferencias internas de los principales funcionarios lorenistas son las que están minando la credibilidad de este gobierno en materia de corrupción. Ver para creer.

 

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