El lorenismo y Morena cumplieron su objetivo de lograr que Tlaxcala fuera uno de los diecisiete estados del país en aportar las firmas requeridas para que proceda la consulta de revocación de mandato en torno al presidente de México Andrés Manuel López Obrador, por lo que el INE pese a su escasez presupuestal deberá seguir organizando este ejercicio.

 

 

A más tardar la otra semana se tendrá la validación de las firmas que a nivel nacional se exigieron para que la votación de esa consulta se lleve a cabo en abril de este año.

 

Los estados donde se superó la meta del 3 por ciento de firmas del listado nominal son Aguascalientes, Baja California Sur, Campeche, Colima, Ciudad de México, Chihuahua, Guerrero, Hidalgo y Morelos.

 

Además de Nayarit, Oaxaca, Quintana Roo, San Luis Potosí, Tabasco, Tamaulipas, Tlaxcala y Zacatecas.

 

Si bien la primera etapa de ese ejercicio casi es superada, ahora habrá que ver cómo se encuentra la estructura del lopezobradorismo no sólo en esas diecisiete entidades, sino en el resto del país a fin de lograr una elevada participación de ciudadanos, pues obviamente la intención será acercarse lo más posible a la cifra establecida (36.7 millones de votos) para que legalmente los resultados puedan ser vinculantes.

 

Lo anterior será todo un reto, ya que en la primera consulta popular constitucional para llevar a juicio a los expresidentes, la cual se realizó el pasado 1 de agosto, sólo se obtuvieron poco más de siete millones de votos.

 

López Obrador ya declaró que acatará el resultado (revocación o ratificación) sean cuantos sean los que voten, de ahí que pondrá a prueba el aparato político de Morena y del gobierno de la 4T, así como la operatividad de algunos gobernadores y gobernadoras como Lorena Cuéllar Cisneros, quien en los comicios del año pasado alcanzó en Tlaxcala una votación histórica de más de 305 mil sufragios.

 

En la elección presidencial del 2018 Tlaxcala fue el segundo estado del país que más votos aportó al triunfo de Andrés Manuel López Obrador sólo detrás de Tabasco, la entidad natal del presidente de México.

 

Hasta ahora se desconoce qué tan fortalecida está o no la estructura de Morena en Tlaxcala y qué tan eficiente fue la afiliación de militantes que se estuvo llevando a cabo en las últimas semanas, debido a que la información es escasa y a que en ese partido es evidente la ausencia de verdaderos liderazgos que brillen con luz propia.

 

Los morenistas están resentidos porque los que han acaparado la mayoría de los cargos en el gobierno de Lorena Cuéllar son ajenos al partido y porque se trata de personajes de otras entidades que obtuvieron una responsabilidad como un pago de cuotas o favores, dejando a los tlaxcaltecas en posiciones sin importancia o en la banca.

 

La estructura del lorenismo si bien ha encontrado cobijo en el aparato gubernamental, lo cierto es que un porcentaje relevante ha sido marginado de los puestos administrativos y sigue esperando ser recompensado. Pero en ambos casos los operadores se encuentran paralizados y ajenos a cuestiones políticas y a la consulta de revocación de mandato.

 

Los miembros del gabinete estatal y los dirigentes de Morena están pensando en sus intereses y en su futuro político. La gran mayoría de ellos tiene puestos los ojos en el 2024 y sólo uno que otro si tienen en el radar la revocación de mandato que es un ejercicio importante para el presidente López Obrador.

 

Habrá que ver si Tlaxcala tiene una participación importante en ese ejercicio o se limita a aportar la cuota de votos que le corresponde sin hacer un mayor esfuerzo, sobre todo porque se da por un hecho que el presidente de México logrará la mayoría de los sufragios para seguir en el cargo hasta el final de su mandato que vence en el 2024.

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