Una vez más la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros demostró que ella es la única que ejerce el poder en Tlaxcala y que los nombramientos de sus colaboradores salen de su escritorio.

 

 

Así como al inicio de su administración cedió la posición del Sistema Estatal de la Familia (Sedif) a su hija mayor Mariana Espinosa de los Monteros Cuéllar, ayer la mandataria entregó el control de la Secretaría de Bienestar a su segunda descendiente María Fernanda Espinosa de los Monteros Cuéllar, quien para llevar a cabo su labor y concretar todas sus decisiones utilizará a María Estela Álvarez Corona que oficialmente se desempeñará como la titular de esa importante dependencia que se encargará de los programas sociales no sólo del gobierno del estado, sino del gobierno federal que encabeza el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.

 

La entrada de ambas hijas de la mandataria Lorena Cuéllar al ejercicio de la administración estatal con “cargos honorarios” las ubica en la línea del escrutinio público, de ahí que tendrán que ser más que cuidadosas y prudentes para evitar el golpeteo mediático para ellas y para su madre que cayó en la tentación de involucrar a su familia en su labor de gobernar.

 

Lo anterior no es exclusivo del gobierno morenista que encabeza Cuéllar Cisneros, pues en la administración del perredista Alfonso Sánchez Anaya vimos una cuestión parecida sólo que con la esposa de ese longevo y aprovechado político María del Carmen Ramírez García.

 

Con el panista Héctor Ortiz Ortiz se incrementó esa situación no sólo con su esposa Guadalupe Lozano Tovar y sus cuñados, sino con sus hermanos y demás parentela como Rodolfo Ortiz y Serafín Ortiz que controlaban varias dependencias estatales y la Universidad Autónoma de Tlaxcala.

 

En las administraciones priistas también siguió la misma dinámica una vez que recuperaron el poder, pues el rancio hacendado Mariano González Zarur le dio juego, poder y relevancia a sus hijos Mariana González Fuollón y al torpe Mariano González Aguirre, así como a su hermano el “bisnero” Antonio Próspero González Zarur, mejor conocido como “Tonchis”.

 

Y para mantener esa tradición, el castrado ex mandatario del PRI Marco Antonio Mena Rodríguez compartió el poder con su voraz e insaciable carnal Fabricio Mena Rodríguez y con el limitado Eberth Mena Rodríguez.

 

En la era de la Cuarta Transformación veremos qué tan bueno o malo resulta la presencia de las hijas de la gobernadora Lorena Cuéllar en la administración pública estatal.

 

Por lo pronto una cosa sí dejó en claro la mandataria de Tlaxcala y que es que al fiestero y ojo alegre delegado de la Secretaría de Bienestar en la entidad, el ex alcalde Carlos Luna Vázquez no pasó la prueba de confianza, lealtad y trabajo, de ahí que sus sueños de llegar al gabinete estatal como Secretario de Gobierno no se verán realizados y mucho menos sus absurdas aspiraciones de verse como candidato de Morena al Senado en las elecciones del 2024.

 

Ayer la mandataria designó a Ignacio López Sánchez como titular de la Secretaría del Trabajo y Competitividad, quien además seguirá siendo responsable de la Dirección del Instituto de Capacitación para el Trabajo del Estado de Tlaxcala (Icatlax).

 

También ratificó en sus cargos a Angélica Domínguez Hernández como jefa de la Coordinación General de Comunicación (CGC) que pronto absorberá las responsabilidades de la Coordinación de Radio Cine y Televisión y a Antonio Martínez Velázquez como titular de la Secretaría de Cultura.

 

Sigue pendiente la designación del próximo secretario de Ordenamiento Territorial y Vivienda y conocer quien asumirá el control de la Procuraduría del Medio Ambiente.

 

Hasta ahora el único grupo del lorenismo que se ha fortalecido y ha ganado presencia es el de la familia. Veremos cómo se desarrolla esa historia y en qué termina.

 

Ya para concluir, le cuento que tras el robo detectado en las arcas del ayuntamiento de Chiautempan y que ayer se lo dimos a conocer, desde el lunes se han registrado cambios de personal en esa área pues ya existe una nueva tesorera y otros tres jefes que llegaron a corregir las anomalías en esa oficina que controlaba el contador Ángel Lima Tecpa.

 

*********************************************************************************************************