A finales del año el presidente municipal de Chiautempan, Gustavo Jiménez Romero, fue alertado de serias irregularidades que estarían pasando en la Tesorería del ayuntamiento, especialmente en la oficina que realiza los cobros y expide los comprobantes fiscales, por lo que no dudo en intervenir inmediatamente y ordenar una investigación que detectó una fuga de una suma importante de dinero que hasta el momento se desconoce a dónde fue a parar.
De acuerdo con la información y la investigación que llevan a cabo agentes y personal de la Procuraduría General de Justicia del Estado, la burda para algunos y para otros sofisticada operación, permitió desviar más de un millón de pesos, razón por la cual se espera que pronto existan personas detenidas por ese cuantioso robo que ni el tesorero municipal Ángel Lima Tecpa ni su segunda de abordo una tal contadora Paola detectaron.
Hasta ahora se sabe que hubo ciudadanos y ciudadanas que acudieron a realizar un pago a la tesorería municipal por algún determinado servicio y al momento se solicitar su comprobante fiscal éste era proporcionado, pero a los pocos minutos alguien lo cancelaba lo que permitía disponer de esos recursos que ya no ingresaban a la cuenta del ayuntamiento sino que sencillamente iban a parar a la bolsa de un particular.
Se desconoce quién alertó o cómo se enteró el alcalde morenista Gustavo Jiménez de esa irregularidad en la Tesorería de Chiautempan, pero lo cierto es que no le tembló la mano y acudió a presentar la denuncia penal correspondiente que está siendo investigada por la PGJE.
Y mientras el presidente municipal da muestras de actuar conforme a la ley, la síndico María Estela Hernández Grande tiene graves dificultades para armar los procedimientos y denuncias contra el ex alcalde priista Héctor Domínguez Rugeiro, quien no sólo incurrió en violaciones a la ley al adquirir un terreno propiedad de un familiar para llevar a cabo una obra a fin de albergar las nuevas oficinas de la policía, sino que alteró documentos y los desapareció de los expedientes oficiales.
Hernández Grande tiene mil pretextos para justificar su falta de resultados o mejor dicho para ocultar su incapacidad y desconocimiento para realizar los procedimientos que exige la ley, sin embargo se espera que pronto pueda concretar una acción contra el ex presidente municipal Héctor Domínguez que no tardará en enfrentar una acusación en la Fiscalía Especializada Anticorrupción de la PGJE.
El caso estará relacionado con la compra del mencionado terreno cuya escritura no aparece por ningún lado y por los vicios ocultos que ya se detectaron en la obra, mismos que no se han podido reparar porque la garantía que presentó la empresa constructora era falsa, documento que en su momento fue avalado por la administración del ex edil conocido en Chiautempan como “El Carnitas”.
En Chiautempan pronto veremos a funcionarios y ex funcionarios del ayuntamiento enfrentando la ley. Es cuestión de tiempo.
Tarde y contradictorias las nuevas medidas para evitar contagios de Covid-19
Si desde hace semanas los tlaxcaltecas y dueños de negocios dejaron de cumplir las medidas sanitarias impuestas para evitar contagios de Covid-19, ahora con las nuevas y urgentes restricciones aprobadas por el Consejo Estatal de Salud lo más seguro es que siga el desmadre en la entidad.
Imagínese que ahora los aforos en restaurantes, iglesias, plazas comerciales, gimnasios y otros negocios irán del 50 al 70 y hasta el 80 por ciento dependiendo el giro y con un horario para cerrar que va de las 22 horas hasta las 23 horas. Los asistentes deberán, ahora sí, exhibir el certificado de vacunación con esquema completo, porque si no lo hace no podrá ingresar a esos establecimientos.
Lo curioso de las nuevas medidas es que no se sabe por qué razón quedaron prohibidas todo tipo de actividades en centros nocturnos, bares, antros y karaokes, así como bailes, verbenas populares y eventos masivos. Los dos últimos son entendibles, pero los otros negocios porque son castigados o limitados, será por que en la noche y madrugada el Covid-19 es más contagioso o por que ya con copas de más se pierde la sana distancia y el miedo a enfermarse.
El secretario de Salud de Tlaxcala, Rigoberto Zamudio Meneses, no pierde oportunidad de mostrar su protagonismo porque es obvio que exageró con las “nuevas” medidas sanitarias que difícilmente se van a acatar. Además las mismas carecen de consistencia en el sector educativo del estado, porque ahí sólo recomendó realizar las actividades escolares preferentemente al aire libre y evitó imponer alguna restricción de aforo en los salones de clases, como si los niños y jóvenes menores de 18 años no corrieran el riesgo de enfermarse de Covid-19 y su variante Ómicron.
En fin, habrá que ver cómo nos va con la cuarta ola de Covid-19.
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