Siguen registrado excesos de los colaboradores del gobernador Héctor Ortiz Ortiz, situación que empieza a molestar al equipo de trabajo del próximo mandatario electo de Tlaxcala, Mariano González Zarur.
Por los últimos acontecimientos que se han registrado en Tlaxcala, cada vez cobra más fuerza la versión de que el relevo de autoridades estatales se dará en un clima de confrontación y acusaciones.
Si bien la designación de notarios por parte del mandatario panista Héctor Israel Ortiz Ortiz provocó un desencuentro con el gobernador electo Mariano González Zarur, lo cierto es que ese asunto se superó una vez que el priista verificó que el proceso cumplió con la ley, y que él estará en posibilidades de hacer lo mismo porque habrá notarios que según la norma deberán de dejar su cargo el próximo año.
Sin embargo, no sucede lo mismo en lo que se refiere al proceso de basificación de trabajadores estatales y la creación de nuevos sindicatos, medidas que son interpretadas por el grupo cercano de Mariano González como una decisión unilateral que busca reducir el margen de maniobra a la próxima administración.
Le pudo confirmar que a las próximas autoridades no les cayó nada bien que con el aval del actual gobierno se haya permitido la creación del sindicato del personal del Hospital Infantil de Tlaxcala, pues parece ser que el mensaje de los orticistas es vamos a mantener ciertos cotos de poder en la administración de González Zarur.
O cómo interpretar la soberbia con que Rodolfo Ortiz, hermano del gobernador, presume a todo quien lo quiere oír, el documento de la toma de nota del sindicato del mencionado nosocomio.
Lo grave será que una de las obras más importantes del gobierno de Héctor Ortiz, incluso catalogada como uno de los mejores hospitales de alta especialidad en el país, se vea inmersa en problemas cuando Mariano González designe al nuevo personal directivo y por ende se confirme la salida de Rodolfo Ortiz.
Hay muchos funcionarios estatales que aún están embriagados de poder y no han entendido que su ciclo está por concluir. Son muy pocos los colaboradores de Héctor Ortiz los que han asimilado la realidad y trabajan para entregar en orden y sin problemas las dependencias que administran.
En la ceremonia donde Mariano González Zarur rinda protesta como gobernador de Tlaxcala no será raro escuchar un discurso similar al que en su momento pronunció el ex perredista y hoy mandatario priista de Zacatecas, Miguel Alonso Reyes, en contra de su antecesora, Amalia García.
Cuando Miguel Alonso Reyes asumió el cargo el pasado 12 de septiembre, sostuvo que recibió una administración con un enorme desorden y deudas, por lo que ordenó una revisión a fondo de todos los recursos públicos ejercidos por Amalia García.
El nuevo jefe de Ejecutivo de Zacatecas estableció: «Nuestra gente reprueba el lucro y el beneficio personal y familiar de sus gobernantes».
Y remató: «Rechazamos la práctica irresponsable de quienes consideran que los bienes públicos y el gobierno son de su propiedad. El ejercicio del servicio público siempre es para servir», dijo.
Y si no me cree al tiempo.
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