La nueva gobernadora de Tlaxcala, Lorena Cuéllar Cisneros, ha dado muestras de tener voluntad y ganas de resolver en el corto plazo serios problemas que heredó, como el desabasto de medicinas y el de la inseguridad que está agobiando a los ciudadanos y a las ciudadanas.

 

 

La morenista se brincó la etapa de las lamentaciones y las acusaciones a su antecesor, Marco Antonio Mena Rodríguez, para llegar al proceso de las soluciones y resultados, demostrando con hechos que su administración está decidida a actuar y enterrar la imagen de que en Tlaxcala hubo gobernadores dedicados a los negocios al amparo del poder como lo habrían hecho el panista Héctor Ortiz Ortiz y el hacendado priista Mariano González Zarur.

 

También, se está eliminando la proyección que antes se tenía de un mandatario intermitente, ausente, sin liderazgo y sin capacidad para enfrentar la problemática de la entidad como fue el mediocre priista Marco Mena.

 

Hace unas semanas el gobierno de Tlaxcala invirtió más de 26 millones de pesos para resolver el problema de abasto de medicinas en clínicas y hospitales que al inicio de la administración ni siquiera era del 30 por ciento y hoy ya supera el 95 por ciento.

 

Ayer, Lorena Cuéllar reveló que su gobierno canalizó más de 112 millones de pesos para comprar 101 vehículos destinados a reforzar la seguridad y en uniformes para los policías estatales y municipales.

 

Los recursos no sólo fueron estatales, sino que el gobierno federal que encabeza el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, también aportó fondos, con lo cual queda claro que en Tlaxcala si hay respaldo de la federación, instancia que no ignora el problema de la inseguridad en la entidad, el cual pareciera que nunca fue atendido por el pasado gobierno estatal.

 

Las nuevas patrullas fueron entregadas en su mayoría a la Secretaría de Seguridad Ciudadana, pero también se benefició a 26 municipios y a la Policía de Investigación de la Procuraduría General de Justicia del Estado.

 

Hoy se está mejorando la infraestructura y la capacidad para enfrentar a los delincuentes. Los alcaldes que se la pasan lamentando por las pésimas condiciones en que recibieron algunos ayuntamientos para justificar sus torpezas e ineficiencias como el de Tlaxcala y Zacatelco, Jorge Corichi Fragoso y Hildeberto Pérez Álvarez, respectivamente, obtuvieron el respaldo de la mandataria estatal para que intenten, si es que pueden, mejorar la seguridad en sus demarcaciones territoriales.

 

La gobernadora Cuéllar está haciendo su parte y ahora los titulares de la Secretaría de Seguridad Ciudadana y de la Procuraduría General de Justicia del Estado, Alfredo Álvarez Valenzuela y Ernestina Carro Roldán, respectivamente, deberán aplicarse a fondo y dar los resultados esperados, porque si las cosas siguen igual o empeoran en los próximos meses quedará claro que no pueden con el trabajo.

 

La entrega de nuevas patrullas seguramente tapará algunas voces críticas que se venían quejando de la estrategia de seguridad y de la creciente ola delictiva, pero ahora esos inconformes tendrán que darle tiempo a las autoridades estatales para comprobar si las medidas asumidas por la nueva administración son las correctas y en un tiempo razonable se empiezan a percibir mejoras.

 

La ruta que ha tomado el gobierno de Lorena Cuéllar pareciera que es la correcta, pues al menos su administración dejó la simulación y la actitud evasiva del pasado gobierno de Marco Mena para atender y resolver los problemas.

 

Ojalá los procesos de adjudicación o licitación llevados a cabo para la compra de medicinas, patrullas y uniformes para los policías hayan cumplido con todos los requisitos legales y no se haya beneficiado a algún proveedor amigo, porque tal acción mancharía y afectaría las decisiones acertadas que se vienen tomando y ejecutando hasta el momento.

 

Y otro problema que la gobernadora Cuéllar también tendrá que resolver a la brevedad, es el equipamiento del nuevo Hospital General de Tlaxcala que requerirá una inversión de 195 millones de pesos, recursos que ya están siendo gestionados ante la administración de López Obrador.

 

El gobierno del blandengue Marco Mena sólo construyó el inmueble del nosocomio que registra muchas inconsistencias y fallas de acuerdo con las revisiones que se han hecho a la obra, de ahí que todavía pasará un tiempo para que ese espacio pueda ser aprovechado y utilizado para lo que fue edificado.

 

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