Varios de sus peones comenzaron a dar la cara como activistas de la izquierda local y su reconstrucción; así, Mariano reafirma que para 2012 habrá de respaldar a cualquiera, menos a Beatriz.


El activismo de Felipe Sánchez Lima y Mariano Andalco López, para reconstruir a la izquierda tlaxcalteca, tendría la encomienda del nuevo gobierno estatal, de conformarse como ala afín a sus intereses, y al mismo tiempo obedece a la hegemonía del sanchezanayismo, en tanto grupo de más influencia en lo que seguramente se llamará la refundación del Partido de la Revolución Democrática (PRD).

Una vez que la senadora Minerva Hernández Ramos, cambió el amarillo pálido de su vestimenta por el azul intenso de su nuevo partido, ningún obstáculo hay en el Sol Azteca que, retrase su nuevo rumbo, en esta etapa en la cual crece la creencia en el sentido de que habrá las condiciones mínimas para dejar atrás la penosa cuarta posición como fuerza política, en la que irremediablemente cayó.

Reunidos este sábado, pudimos ver a hombres y mujeres de la real izquierda tlaxcalteca. A ellos no los mueve el protagonismo como sí los entusiasma la libertad. Y por eso, Felipe, Mariano y otros encargados de dar la cara en este incipiente acto de reconstrucción, resultan necesarios (ojalá respondan con imparcialidad al paquete que hoy tienen en sus manos).

Ya se percibe el júbilo de estas corrientes debido al inexorable exterminio del orticismo, que de variadas maneras consiguió mantenerlos divididos a lo largo de estos casi seis años de mantenerse en el poder.

A los perredistas de hueso colorado que llegaron a hacer equipo con Minerva Hernández Ramos, no les queda más alternativa que aceptar las nuevas condiciones de su partido. Porque la otra opción es emular a la legisladora, causando alta en el partido del que históricamente han sido enemigos.

Ante el inevitable rompimiento con Beatriz Paredes Rangel, el gobernador entrante (a partir del 15 de enero próximo) se encuentra ávido de grupos que lo protejan.

Hacer equipo con su tío Alfonso Sánchez Anaya, es una forma de desafiar a la lideresa nacional de su partido.

Qué cosas, verdad. Los tres son descendientes políticos de Emilio Sánchez Piedras. Pero ahora estos dos deben aliarse para evadir el sobresalto como constante en sus respectivos desempeños.

Esa será una de las encomiendas. Generar condiciones de movilización para responder, eventualmente a una acometida beatricista (pues sí, porque en el caso de Héctor Ortiz, todo pinta a su partida definitiva a partir de la segunda quincena de 2011).

¿Y a qué nos lleva este afilado de lanzas?

Cierto. A la elección de 2012, cuando se intensifiquen las pasiones en el tricolor que, en Tlaxcala (al menos en los simpatizantes de Mariano) está más que definido a favor del PRI afin a Manlio Fabio Beltrones Rivera.

Por eso, Mariano no ha desaprovechado foro para advertir a los beatricistas que en su gobierno no tendrán cabida (ahí tiene usted el maltrato a Enrique Padilla Sánchez, quien según Mariano, anda de pata de perro en sus actos, porque cualquiera lo puede hacer y no porque pretenda actuar como una especie de delegado de Beatriz).

De una cosa estoy seguro: las circunstancias en las que Mariano llega al poder, le han permitido hacer aliados, de talla pequeña, pero dispuestos a batirse en duelo con quien sea con tal de defender al gobernador electo.

Pero hablar de la izquierda tlaxcalteca, como factor afín al gobernador electo es una de las mejores jugadas del apizaquense.

Insisto, el ambicioso proyecto turístico planteado por González Zarur, algo tiene que ver con Sánchez Anaya. No se extrañe si la nueva titular de Secture es Maricarmen Ramírez.

Acuérdese de estas palabras.

Digamos que, esa es la parte grilla de esta alianza. Pero de que va a funcionar, ni quien lo dude.