Crispín Cornona se desempeña en la posición más vulnerable de esta etapa coyuntural. Ha de revisar las cuentas a Mariano y no puede dejar de hacerlo con los alcaldes, modelo del exceso, como el de Huamantla.


Cinco comunas cinco. Eso huele a cárcel para ediles y sus inútiles tesoreros, incapaces de comprender el término: “etiquetados”, cuando se reserva un uso para los recursos que en su enorme mayoría vienen del presupuesto federal.

Huamantla es un caso escalofriante. Tomar dinero de aquí para subsanar la nómina de aviadores de allá; comprar gasolina en el negocio del patrón, para que los despachadores aguantaran vara, con aquello de llenar los tanques a unidades fantasma.

Crispín Corona, el auditor, tiene un paquetote.

Debe afilar el hacha para cortar manos largas y, al mismo tiempo aplicarse la máxima de: “no me tiemblan las rodillas” para frenar en seco a personajes con la creencia de impunes (recordemos que mister Cervantes, en Huamantla, ya se frotaba las manos como el procurador del gobierno adrianista).

A Dios gracias no se le hizo.

Pero el verdadero dilema de Crispín, es lo etiquetado que está con el orticismo y el papel hasta 2015 que ha de desempeñar para hurgar en la contabilidad de quien asegura que a partir del 15 de enero de 2011, en Tlaxcala se escribirá una nueva historia.

O sea, Crispín se halla en una posición bien vulnerable. Le tiran los alcaldes molestos porque los cacharon en la movida.

Le tiran los marianistas que, a lado del mismísimo gobernador electo, ven al titular del OFS como la gravísima piedra en el zapato de los nuevos tiempos del zarurismo.

Y también le tiran aquellos que le pudieron cuajar algo respecto a la venta de protección, vía auditores “muy receptivos y dispuestos” a ayudar a los alcaldes y sus inútiles tesoreros, metidos en graves problemas por su insistencia en utilizar la lana para lo que no debe ser.

El OFS es a estas alturas es la manzana de la discordia entre ambos gobernadores (para el saliente es el salvoconducto que le garantiza impunidad en áreas rojas, y para el entrante, el medio necesario para procurarse bienestar en aquello de meterle mano a los presupuestos).

Ya veremos cómo se las arregla Crispín para subsistir el tiempo que le queda como auditor. Pese a los odios de Florentino y, a las fobias que genera a alcaldes como el huamantleco, muy probablemente el primer caso de un edil tras las rejas por la pachanga desatada en su tesorería.

De los resbalones legislativos

Aristeo Calva Lira, es el ícono de los legisladores (y no como para erigirle un monumento) para quien hay temas más importantes que la equidad.

No se trata de juicios a priori pero, la actitud retardataria de un fulano con estas hechuras nos ha de dar la imagen de estado intolerante (además de opaco, corrupto e injusto).

Si Aristeo tuviese un expediente limpio, desplantes como el cometido en contra de la comunidad gay, podría considerarse como los excesos, hasta graciosos de individuos de la talla de Onésimo Cepeda.

Pero se trata de un diputado priísta (al menos así le dieron su constancia) y la lucha de ese partido es por la igualdad y la equidad y, ya sabe usted, todo lo que a estas alturas le sume votos porque suponen inevitable su arribo a la Presidencia en 2012.

Claro, con ejemplos como Aris, nos queda bien claro que el PRI, para nada que las tiene consigo. Algo ha de hacer para librarse de semejantes energúmenos.