La mal llamada entrega recepción que desde hace unos días comenzó entre los equipos del gobernador saliente Marco Antonio Mena Rodríguez y en de la mandataria electa Lorena Cuéllar Cisneros, ha tenido sus desencuentros, sobre todo por la actitud vengativa de algunos “enlaces” que buscan el hilo negro que les permita “detectar” la corrupción en la actual administración con el claro propósito de hacer escándalo.
Legalmente lo que están llevando a cabo las autoridades salientes y los “colaboradores” o “enlaces” de la próxima administración estatal carece de sustento jurídico, porque la ley es muy clara y señala que la entrega recepción iniciará formalmente cuando los nuevos funcionarios designados se presenten a asumir sus cargos, es decir, una vez que cuentan con personalidad y un nombramiento oficial.
Los funcionarios menistas han pecado de ingenuos y hasta de buenas personas al atender a los “enlaces lorenistas”, porque para empezar no saben si al que están entregando la información oficial y hasta confidencial será el titular del área y en segundo porque todo lo que vienen actuando puede ser jurídicamente debatible, al grado que a partir del 31 de agosto deberán realizar una nueva acta de entrega recepción, porque legalmente esa será la que tenga validez.
La ley es clara y ésta no habla de comenzar la transición un mes antes y de iniciar ese proceso jurídico administrativo con “enlaces o colaboradores” que designe el gobernador o la gobernadora electa.
Desde que la actual mandataria electa, Lorena Cuéllar, ganó las elecciones el pasado 6 de junio, ésta se ha ausentado en dos ocasiones de la entidad. La primera hace unas semanas para supuestamente someterse a una operación o un tratamiento médico y la más reciente se ha registrado en los últimos días sin que se conozca con precisión las razones o los motivos que la hicieron desaparecer.
La ausencia de Cuéllar Cisneros ha provocado que el golpeteo interno entre sus principales colaboradores suba de intensidad y que la disputa por las principales posiciones del gobierno estatal sea cada vez más frontal.
Por ejemplo hasta hace unos días se daba por un hecho que Rafael De la Peña, el ex enlace de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural con la oficina de representación del gobierno federal en Tlaxcala asumiría la titularidad de la Secretaría de Fomento Agropecuario, sin embargo ahora se dice que el ex orticista Ignacio López Sánchez es el que lleva la batuta en la entrega recepción en esa dependencia estatal, al grado que ya anda prometiendo ratificar a uno que otro director.
La Secretaría de Obras Públicas, Desarrollo Urbano y Vivienda está siendo peleada por el junior Alfonso Sánchez García con el respaldo de su desprestigiado papá, el ex gobernador de Tlaxcala, Alfonso Sánchez Anaya, quien no quiere que esa posición se la gane el constructor Delfino Chamorro Macías que tiene más méritos para ese cargo.
Y por lo que se ve y ante la ausencia de la gobernadora electa, hasta ahora no hay nadie con capacidad, liderazgo y fuerza para meter orden en el equipo lorenista.
Por cierto, le cuento que otros personajes con posibilidades de lograr una posición en la próxima administración se encuentran el líder del Frente Magisterial por Tlaxcala Darwin Pérez, quien está recibiendo la información completa del Colegio de Bachilleres, mientras que el chaquetero diputado morenista Miguel Piedras Díaz, ex candidato del PEST a la alcaldía de Apizaco, está aceptando todos los documentos del Instituto Tlaxcalteca de la Infraestructura Física Educativa.
Un nombre que ha empezado a sonar para asumir alguna responsabilidad en el gobierno de Lorena Cuéllar si es que no se le hace ocupar la Secretaría de Turismo es Juan Carlos Delgado Alonso, ex delegado de la Profeco en Puebla, quien al parecer goza del respaldo de personas muy cercanas a la futura mandataria.
En unos días más veremos en qué terminan los golpeteos y las grillas internas.
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