Conforme pasan los días, la gobernadora electa de Tlaxcala, Lorena Cuéllar Cisneros, sigue definiendo a su equipo de trabajo que la acompañará al inicio de su administración, por lo que no sería extraño que de un momento a otro revelarán más nombres de quienes asumirán posiciones importantes.

 

 

El futuro secretario de Gobierno, Sergio González Hernández, ya tiene la batuta de la transición y sabe qué lorenistas serán los que tendrán mayor participación en ese proceso y quiénes asumirán una menor responsabilidad, de ahí que tampoco se necesita ser genio para deducir quiénes se perfilan para desempeñarse como funcionarios de primer nivel.

 

Se dice que a la Secretaría de Planeación y Finanzas llegará un hombre de toda la confianza de Lorena Cuéllar, al igual que a la Procuraduría General de Justicia en el Estado donde se espera que llegue una mujer. Ambos personajes conocen muy bien a la gobernadora electa y los dos colaboraron con ella cuando se desempeñó como presidenta municipal de Tlaxcala.

 

Otra posición que también estaría casi definida sería la Presidencia Honorifica del Sistema Estatal DIF Tlaxcala que muy probablemente ocupará Fernanda Espinoza de los Monteros Cuéllar, hija de la futura mandataria estatal.

 

Se habla que Lorena Cuéllar estaría pensando en realizar alrededor de 400 nombramientos de funcionarios que actualmente conforman la estructura principal del gobierno. La primera etapa de la nueva administración estatal será de septiembre a diciembre, lapso de tiempo que será utilizado para evaluar el desempeño y concretar la reingeniería de la administración que a partir de enero del 2022 tendrá nuevas dependencias.

 

A partir del próximo año empezará a operar la Secretaría del Bienestar, la Secretaría del Medio Ambiente y la Secretaría de Cultura. Está de más señalar que la primera será clave en la administración lorenista, porque no sólo se encargará de operar y supervisar los programas de desarrollo del gobierno federal, sino que también dispondrá de recursos estatales que se destinarán para ampliar el número de tlaxcaltecas beneficiados con esas acciones.

 

Quizá los primeros nombramientos sean importantes, pero los claves serán los que Lorena Cuéllar realice en la segunda etapa de su gobierno porque será cuando en realidad se conozca con claridad el sello característico de su administración.

 

Aunque en la actualidad muchos diputados y diputadas locales (Luz Vera Díaz y Mayra Vázquez Velázquez) andan diciendo que en el próximo gobierno estatal tendrán posiciones de primer nivel porque según ellos son muy cercanos a la futura mandataria, en los hechos el único que podría lograr un cargo relevante es Ramiro Vivanco Chedraui, porque el resto está siendo considerado para puestos menores y sin mayor importancia.

 

Por cierto, si alguien le cuenta o le dice que Lorena Cuéllar tiene pensado entregar posiciones a los partidos (PT, Nueva Alianza, PVEM y el PEST) que respaldaron su candidatura en los pasados comicios, le puedo asegurar que no es cierto y que si un militante de esas fuerzas políticas es considerado para un puesto, será por su perfil y trayectoria, pero no porque la gobernadora vaya a llevar a cabo un pago de cuotas.

 

Donde también existe un cabildeo y grillas es entre los diputados locales electos que ya se están moviendo para ver qué posiciones pueden obtener y pelear en la próxima legislatura. De entrada, el soberbio y trácala morenista Rubén Terán Águila está teniendo serios problemas para obtener el respaldo de sus compañeros y convertirse en coordinador de la bancada de la llamada Cuarta Transformación.

 

Los legisladores de Morena buscan a un coordinador más político y maduro, porque sencillamente no quieren estar bajo el mando del protagónico Rubén Terán, quien ahora ya trae como aliado de conveniencia al labioso ex perredista Gelacio Montiel Fuentes, quien pomposamente se presenta como el enlace de la gobernadora electa con los diputados electos.

 

El problema de Rubén Terán y Gelacio Montiel es que ambos quieren tratar a los diputados electos como empleados de la futura gobernadora, lo cual sólo terminará por enrarecer el ambiente y complicando las negociaciones entre los miembros de la futura legislatura local.

 

La falta de oficio político de ambos personajes es evidente.

 

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