A 64 días de que el gobierno de Lorena Cuéllar Cisneros asuma funciones en Tlaxcala, desde ahora se empieza a esbozar las características y prioridades que tendrá, así como la marcada influencia del actual presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.

 

La gobernadora electa ya adelantó que su administración buscará la coordinación con el gobierno federal para operar de manera conjunta los programas sociales para el bienestar que en la actualidad atiende a más de 400 mil tlaxcaltecas que reciben anualmente más de 5 mil millones de pesos, lo cual al parecer será una realidad porque la intención de López Obrador es reforzar esas acciones que lo han llevado a ser un presidente querido y con respaldo social.

 

Este fin de semana el presidente de México confirmó lo que Lorena Cuéllar adelantó hace un par de semanas. De entrada el programa para atender a niños con discapacidad aumentará su cobertura con la aportación que haga el gobierno estatal, así como también se tiene previsto incrementar el monto de las becas que reciben los estudiantes.

 

Con la llegada de la nueva administración estatal, también se espera que las futuras autoridades destinen recursos públicos al programa de mantenimiento de escuelas y se garantice un correcto y adecuado manejo del presupuesto en materia de salud, donde el gobierno federal ha encontrado que los gobernadores de ciertos estados han aprovechado esos fondos para hacer negocios y fomentar la corrupción.

 

De concretarse la coordinación entre el gobierno federal y estatal para la operación de los programas para el bienestar, éstos pasarán a ser responsabilidad de la gobernadora que deberá pensar muy bien a quién delegará ese trabajo, porque sin duda deberá ser un funcionario honesto, leal, responsable, de resultados, sin afanes protagónicos y con una enorme capacidad política.

 

Si se concreta que Lorena Cuéllar asuma el control de los programas del bienestar deberá garantizar que sean manejados correctamente, pero que políticamente sirvan para mantener el voto de los ciudadanos hacia el proyecto de la Cuarta Transformación, porque si eso no se logra seguramente entregará malos resultados como los observados en los pasados comicios, los cuales obligaron al presidente López Obrador a realizar cambios drásticos en su gobierno.

 

Ante la caída en la votación que registró Morena en la Ciudad de México y en los municipios más importantes del país y con el mayor número de habitantes, el mandatario se vio en la necesidad de remover a Gabriel García Hernández de la poderosa coordinación de los programas del desarrollo para el bienestar.

 

Ese importante aliado de Andrés Manuel López regresará al Senado y ya no tendrá influencia ni poder hacia los “super delegados” que operaban en las 32 entidades del país. Tampoco dispondrá de los 20 mil servidores de la nación ni podrá presumir más que en los últimos años supervisó la entrega de 300 mil millones de pesos.

 

Será interesante ver quién será el funcionario a nivel local que recibirá la parte operativa de los programas de bienestar en Tlaxcala. Sin duda será una pieza clave y fundamental en la administración de Lorena Cuéllar, así como también tendrán un rol preponderante aquellos que asuman el control de la Secretaría de Educación Pública y de la Secretaría de Salud.

 

El siguiente mes será clave para la gobernadora electa, pues prácticamente deberá ir palomeando a los colaboradores que arrancarán con ella su administración. Se dice que el 30 de julio iniciará formalmente el proceso de entrega-recepción y la mayoría de los lorenistas que participen serán los que tendrán asegurada una posición de primer nivel en el próximo gabinete estatal.

 

Habrá que ver cómo se mueven los lorenistas y quiénes serán lo que tendrán juego en la transición.

 

La hora de las definiciones cada vez está más cerca.

 

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