Si el mandatario estatal Marco Antonio Mena Rodríguez necesitaba un pretexto para romper y dejar sola a la candidata al gobierno del estado de la coalición “Unidos por Tlaxcala”, Anabell Ávalos Zempoalteca, éste lo obtuvo ayer y de inmediato lo utilizó para poner distancia y enviar un mensaje a la estructura política-electoral de su administración.

 

 

Desde hace días el ex gobernador Mariano González Zarur venía teniendo un papel preponderante en la campaña de Anabell Ávalos, pues empezó a tener el control de la estructura, a dar órdenes y a mover los hilos del poder para apuntalar la campaña en ciertas zonas de la entidad, situación que para Marco Mena no pasó desapercibida al grado de provocarle una gran molestia.

 

Desde febrero pasado el gobernador Mena empezó a ser señalado de estar interviniendo en el proceso electoral, lo cual nunca lo negó y aguantó la presión ejercida por el gobierno federal a través de senadores y diputados federales, así como de representantes de Morena, sin embargo es obvio que la llegada e injerencia del rancio ex mandatario estatal Mariano González vino a cambiar las condiciones.

 

En política no hay casualidades. Ayer en la mañana se dice que el hacendado ex gobernador Mariano González encabezó en un domicilio de otro ex mandatario tlaxcalteca y hoy miembro de la Cámara Alta del Congreso de la Unión, un encuentro con la estructura electoral que hizo ganar la gubernatura a Marco Mena en el 2016 y que después fue expulsada de la administración estatal por ser cien por ciento fiel a este político oriundo de Apizaco.

 

Hay evidencias de que Tomás Munive Osorno, Ernesto Ordoñez Carrera, Maricela Cuapio Cote, encargados de la Secretaría de Educación Pública, de la Secretaría de Gobierno y del Sepuede e Icatlax, respectivamente, estuvieron presentes junto con otros operadores más que volvieron a sentir la adrenalina que da el poder y se comprometieron a hacer todo lo posible para que la nueva “hija adoptiva” de manchis, Anabell Avalos, gane las elecciones el próximo 6 de junio.

 

Dicen que un testigo de esa emotiva reunión, fue un ex priista y hoy morenista que en público dice apoyar al presidente de México Andrés Manuel López Obrador y a la Cuarta Transformación, pero que en privado opera y se mueve para que Lorena Cuellar Cisneros candidata al gobierno por la coalición “Juntos Haremos Historia en Tlaxcala” pierda los comicios.

 

Incluso, la misma Anabell Ávalos dio cuenta de ese “emotivo” encuentro a través de un mensaje que compartió en Facebook en donde escribió: “Qué alegría me dio saludar hoy a quienes fueron mis compañeros de trabajo cuando tuve el honor de ser secretaria de Gobierno, fue un encuentro cálido que me causó mucha emoción; reconozco el compromiso que tienen con el desarrollo de nuestro estado, gracias Mariano González Aguirre por propiciar la reunión, gracias a todos por su recibimiento y por el respaldo que me dan para que unidos sigamos construyendo la grandeza de Tlaxcala”.

 

Las evidencias de ese encuentro pronto se podrían hacer públicas, pero lo que es un hecho es que al gobernador Marco Mena y a su grupo político no le gustó y quizá recibió de Anabell Ávalos el pretexto ideal que esperaba para desligarse completamente de su proyecto a once días de las votaciones.

 

Unos días antes Mena empezó a retirar algunos colaboradores suyos de la campaña de la abanderada a la gubernatura del PRI, PAN, PRD, PAC y el PS, aunque fue hasta ayer cuando concluyó la reunión de Mariano González con sus ex colaboradores que decidió emitir un comunicado de prensa para reiterar su compromiso con la democracia y refrendar su disposición de generar condiciones para el desarrollo de elecciones libres y en el marco de la ley en Tlaxcala.

 

Palabras más, palabras menos, el mandatario tlaxcalteca dijo en su boletín de prensa que respetará el Acuerdo Nacional por la Democracia convocado por el presidente de México Andrés Manuel López Obrador y que firmó el pasado 23 de marzo.

 

Para después revelar que instruyó al torpe y castrado secretario de Gobierno, José Aarón Pérez Carro, para que los funcionarios de primer nivel, directores de área y de organismos descentralizados de la administración estatal sean notificados personalmente de una serie de disposiciones para contribuir al adecuado desarrollo de la jornada electoral del próximo 6 de junio.

 

La Secretaría de Gobierno informó que con base en el Artículo 209 de la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales, así como el Artículo 2 del Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales, está prohibido utilizar vehículos oficiales y/o cualquier otro recurso material o humano del Gobierno del Estado en beneficio de algún partido político o candidato(a), por lo que, en caso de que algún servidor público incurra en estos actos, se hará acreedor a las sanciones administrativas que determine la Contraloría del Ejecutivo, además de las relativas en materia electoral o penales tipificadas en la Ley General en Materia de Delitos Electorales.

 

Es obvio que Marco Mena está ordenando que nadie de la estructura de su gobierno se meta más en la campaña de Anabell Ávalos, pues aclara que aquel funcionario o servidor público que lo haga correrá bajo su propio riesgo el hecho de enfrentar sanciones administrativas y penales.

 

Habrá que ver si alguien le hace caso al castrado José Aarón Pérez, ya que cada vez son más las evidencias de cómo funcionarios estatales están presionando a los empleados gubernamentales para votar y juntar a más personas para que lo hagan a favor del PRI y su candidata.

 

Por lo pronto queda claro que la relación entre Marco Mena y Mariano González es pésima y distante y que Anabell Ávalos prefirió aliarse con el hacendado que con el actual mandatario que decidió apoyarla y nunca ejercer su poder de veto para frenar sus aspiraciones, pues nadie puede olvidar que el actual gobernador primero impulsó para ese cargo al fallecido ex secretario de Educación Florentino Domínguez Ordoñez y después al eunuco líder estatal del PRI Noé Rodríguez Roldán.

 

Anabell se decantó por Mariano, lo cual a Marco no le gustó, así de simple.

 

La ambición desmedida por el poder es muy mala, tan mala que hace olvidar ofensas, desprecios y la violencia de género, lo cual es una lástima porque si no se tiene memoria no se puede aspirar a gobernar con dignidad.

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