Mientras la delincuencia avanza y aumenta los niveles de violencia con que opera en Tlaxcala, el procurador de Justicia José Antonio Aquiahuatl Sánchez ha optado por ausentarse y permitir que en el estado reine la impunidad, porque nadie castiga los linchamientos, ni los saqueos cometidos por normalistas, ni se aclaran los homicidios violentos y muchos menos los hallazgos de cuerpos sin vida con evidentes marcas de tortura y saña.

El gris procurador que por más de un año se la pasó grillando a sus anteriores jefes para llegar a ocupar la oficina principal de la PGJE, debería abandonar el anquilosamiento que caracteriza su periodo para dar resultados y demostrar que en Tlaxcala existe un mínimo respeto a la ley, porque si piensa que él puede ser un funcionario invisible, como es el actual gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez, difícilmente dará resultados y detendrá a las personas que infringen la ley con tal descaro que sus acciones resultan ofensivas.

De nada sirve que sea un experto del “nuevo” sistema de justicia penal si no hay capacidad ni voluntad para llevar a los delincuentes y asesinos ante la ley. El oscuro funcionario está más preocupado por investigar quien filtra sus “cuestionadas órdenes” para ir en su contra, así como en indagar la vida de reporteros para tener elementos que le permitan “chingarlos” que en dedicarse a investigar los terribles actos que en los últimos meses se han cometido en el estado y que hasta la fecha siguen impunes.

Y no hablamos sólo de los dos linchamientos reportados hace unos meses en los municipios de San Pablo del Monte y Hueyotlipan, sino de los múltiples homicidios dolosos registrados en Tlaxcala que pareciera que forman parte de una película de narcos o que estuvieran llevándose a cabo en un estado del norte del país.

Puede ser una coincidencia, pero la realidad es que desde la llegada de José Antonio Aquiahuatl a la procuraduría la violencia y saña de los criminales se desató en la entidad, como si hubieran recibido autorización para operar con más crueldad, de ahí que ahora es común enterarse que en la carretera que conduce a Tetlatlahuaca ultiman a balazos a una persona, que en el municipio de Contla tiran partes de un cuerpo humano y que en la comunidad de Acuitlapilco, Tlaxcala, se encontró una mujer asesinada con extrema ferocidad.

A lo anterior hay que sumar la aparición de un cráneo en el municipio de Españita y el hallazgo de cuatro cadáveres en una zona boscosa de Nanacamilpa, cerca de los límites con Santa Rita Tlahuapan, población perteneciente al estado de Puebla.

Si no hay capacidad ni el mínimo interés para castigar a las normalistas de Panotla que el pasado fin de semana “secuestraron” un camión de pasajeros para después saquear una tienda de conveniencia, usted considera que Aquiahuatl Sánchez tiene el talento y la voluntad para ir contra los verdaderos criminales que operan en Tlaxcala.

Mientras la delincuencia se apodera del estado, el incompetente procurador prefiere eventos a modo para soltar su verborrea y hablar de logros que sólo existen en su ilusa imaginación. Asistió un foro en el Senado para presumir que en Tlaxcala hay resultados positivos contra el delito de la trata de personas y que existe una Administración comprometida e impulsora de la defensa de los derechos humanos.

Antes de ir a balbucear su mundo irreal de procuración de justicia que según él prevalece en el estado, el acomplejado funcionario debería conocer los resultados de un estudio elaborado por la organización “México Evalúa” para darse cuenta que encabeza una de las peores procuradurías del país.

El nivel de descomposición y desgobierno que prevalece en Tlaxcala pareciera que describiría a una administración estatal desgastada que está por concluir y no a una que está por llegar a la mitad de su periodo para el cual fue electa, de ahí que resulta grave observar los múltiples problemas que existen y que nadie tiene la capacidad de solucionarlos.

Si en menos de dos años ya se tuvieron cuatro secretarios de Gobierno y tres procuradores, no veo porque no se pueda concretar otros cambios en esas dependencias y en la Secretaría de Educación, donde urge que llegue un funcionario que atienda la problemática del sector y deje la grilla política para mejores tiempos.

O usted qué piensa.