La oposición prácticamente ya movió sus piezas en este juego de ajedrez y en la actualidad sólo falta que el PRI y sus aliados pongan en el tablero sus candidatos a senadores y diputados federales para conocer hasta dónde será competitiva esa coalición electoral que deberá aplicarse para ganar posiciones en los comicios federales del 2018.

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El partido de Andrés Manuel López Obrador en alianza con el PT y el Partido Encuentro Social apuestan todo a la popularidad del tabasqueño y al arrastre que éste tiene en Tlaxcala, pues en las últimas dos elecciones presidenciales donde ha participado siempre ha ganado el estado sin complicaciones, de ahí que espera mantener esa tendencia y lograr por lo menos 300 mil votos para el próximo mes de julio.

La coalición integrada por el PRD, PAN, Movimiento Ciudadano y el PAC buscará disputarle a López Obrador el Senado y las diputaciones federales, así como la elección presidencial. El reto que tienen esos partidos es que sus candidatos logren convencer a los electores tlaxcaltecas y puedan sumar los votos que cada uno pueda aportar, porque sólo de esa forma estarán en posibilidades de pelear posiciones.

Si en realidad quieren competir por los cargos federales de elección popular que estarán en juego el próximo año, PRD, PAN, Movimiento Ciudadano y el PAC deberán garantizar por lo menos 200 mil sufragios, cifra que si bien no resulta imposible de alcanzar si será muy complicada de lograr por los antecedentes que se tienen.

Si los candidatos de ese frente no logran en las próximas semanas la empatía con los ciudadanos y las ciudadanas, podrían ser los abanderados del PRI y sus aliados los que terminen disputando los triunfos a los aspirantes de Morena que ya fueron bendecidos por Andrés Manuel López Obrador, quien este día en su gira por Tlaxcala los confirmará y les dará su respaldo para que no exista ninguna duda de que son los elegidos.

El PRI y sus aliados (Panal, PVEM y el partido local PS) no se han precipitado y siguen tomando las cosas con una calma que asusta, como si fueran ellos los que encabezaran las preferencias electorales en Tlaxcala.

Los días pasan y se desconoce quiénes serán los probables candidatos al Senado y a las diputaciones federales, sin embargo es un hecho que el gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez jugará con todo y tratará de ganar las elecciones federales y locales, prueba de ello es la llegada de su hermano a una secretaria del PRI en Tlaxcala.

Fabricio Mena Rodríguez asumió ayer la Secretaría de Gestión Social del Comité Directivo Estatal del PRI, posición que ocupará para garantizar que haya un verdadero trabajo electoral y se eviten las simulaciones en los comicios del 2018.

De entrada la prioridad del PRI se centra en el distrito federal I con cabecera en Apizaco, pues es una demarcación electoral que resulta clave para el voto tricolor.

La meta es que ese distrito aporte por lo menos 100 mil votos al candidato presidencial, a los aspirantes a la Cámara Alta y se garantice el triunfo del abanderado priista a la diputación federal.

El PRI debe acelerar el parto de sus candidatos a legisladores federales porque corre el riesgo de quedar rezagado en la competencia. El exceso de confianza que muestra puede ser letal si es que sus abanderados no logran convencer, porque en ocasiones el dinero público y la operación electoral no son suficientes para ganar.