Tlaxcala está dentro de los 14 estados que gobierna el PRI, sin embargo la escasez de liderazgos locales es notoria al grado que el partidazo luce débil y sin estrategia para enfrentar la competencia electoral del 2018. La unidad entre la militancia está sujeta por alfileres y el riesgo de salir divididos de su asamblea nacional es latente.

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A unos días de que se lleve a cabo la Asamblea Nacional del PRI para discutir probables cambios en sus estatutos, la postura de los militantes tlaxcaltecas es un misterio porque todos han optado por guardar silencio y dejar que la corriente los arrastre a fin de evitarse conflictos que les pueda complicar el avance en sus carreras políticas.

Mientras a nivel nacional hay un grupo de ex gobernadores y poderosos priistas que piden mantener los actuales requisitos establecidos para ser candidato a la Presidencia de México, en el nuevo PRI que encabeza Enrique Ochoa Reza se impulsan algunos cambios que pretenden abrir la nominación a simpatizantes o a priistas que no reúnen en estos momentos los elementos que se requieren para representar al partidazo.

Los primeros exigen que la elección del candidato sea a través de una consulta entre la militancia y los segundos quieren que sea el dedo del presidente Enrique Peña Nieto el que decida a la persona que los representará en el 2018.

El gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez ha sido al extremo cuidadoso con ese tema, pero tarde o temprano tendrá que fijar una postura que sin duda dejará entrever por donde está su preferencia en la sucesión presidencial, aunque todo indica que estaría apostando por un candidato cercano al grupo de Enrique Peña.

El actual mandatario sabe que su llegada al poder se debe al apoyo que recibió del gobierno federal y al aval y respaldo operativo del ex gobernador Mariano González Zarur, quien es considerado como el verdadero artífice del triunfo del PRI en los pasados comicios locales.

A casi ocho meses de que González Zarur dejó de tener la influencia y poder en Tlaxcala, el PRI ahora en manos de Mena Rodríguez y del ex secretario de Gobierno, Florentino Domínguez Ordoñez, se percibe débil y sin el respaldo de los verdaderos operadores, por lo que se ve complicado que ese partido pueda repetir los triunfos logrados en las elecciones del 2016 y del 2015 cuando ganó la gubernatura y las tres diputaciones federales, respectivamente.

Sobre todo porque lejos de reforzar las estructuras y mantener un contacto permanente con los ciudadanos, los priistas del estado con cierta responsabilidad – Florentino Domínguez Ordoñez y el diputado federal Ricardo García Portilla- prefieren tener convites entre amigos, andar sembrando árboles o presumir que participan en carreras populares.

Eso es lo que les gusta destacar en las redes sociales, como si la consciencia ecológica y deportiva sirviera para ganar comicios.

El PRI tlaxcalteca bajo el mando y responsabilidad de Marco Antonio Mena enfrentará una gran batalla. En la actualidad el tricolor controla 14 estados donde viven 52.4 millones de personas, es decir, el número más bajo de entidades y población gobernadas en la historia del partidazo.

Además, gobierna el 31 por ciento del total de los municipios del país y controla el 30.6 por ciento de las diputaciones locales a nivel nacional. Un fenómeno que ha vivido el tricolor desde el 2012 a la fecha es que en cada elección pierde votos y posiciones.

En Tlaxcala la ausencia de priistas con liderazgo es la constante. A nivel nacional destacaron el fin de semana la ex gobernadora y ex líder nacional de PRI, Beatriz Paredes Rangel, quien acudió a la comida con el presidente nacional de su partido Enrique Ochoa, reunión a la que también asistió el ex mandatario Tulio Hernández Gómez, quien después diera la nota al ser reportado como extraviado.

Esos dos ex gobernadores fijaron una postura respecto a los cambios que se pretenden discutir en la Asamblea Nacional del PRI, porque el resto de los priistas tlaxcaltecas parecen borregos que están dispuestos a ser partícipes de la cargada para no equivocarse. La verdad es que dan hueva.