Ahí los tiene, aguardando la llamada que algún día llegará, para premiar su eficiencia, honestidad, agilidad, creatividad y sobre todo, compromiso con los documentos básicos de su partido (ajá)

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¡Ring!, era el teléfono colorado. El diputado Teodardo Muñoz Torres, asentía sumiso la indicación superior. Tenía que operar la aprobación de la reforma energética (privatizadora).

Ágil como gacela tomó el celular que recién le regalaron y así, comenzó con varias llamadas, digamos en una forma no ortodoxa, lo cual le ocasionó un agudo dolor de cabeza, veremos porqué:

1.- Francisco Javier Potrero, fue el primero al que llamó… «ordena el patrón que aprobemos esto, ya ves qué bien nos ha ido con él». Pero Poterero, haciendo honor a su apellido, como que relinchó y mandó lejos a su compañero de legislatura. Al contrario, se dedicó -nos dicen- a operar la toma del Congreso por parte de los grupos opuestos a la medida privatizadora.

2.- Convertido en un animal político, y sabedor que aquella instrucción, dada el 13 de diciembre cuando todavía brillaba el sol debía acatarse cuanto antes, o sea el 14 del mismo mes, mister Teo -así le dicen los muy cercanos- desesperaba al pensar que el mismísimo Peña Nieto había tomado el teléfono para pedir a sus cuates gobernadores se aplicasen a fondo. Por supuesto que él, casi un adonis de la grilla tenía que sudar la camiseta priísta para asegurar el mejor sitio en el gabinete. Es más, nos hicieron el comentario de otras llamadas, para acomodar más gente en el gabinete, pero reservándose lo mejorcito para él -al fin y al cabo eran solo llamadas.

3.- Tanto como le duró la pila y el crédito, Teo llamó y llamó gente. Vamos hasta al diputado Fortunato Macías, «oye, oye, ya ves que te hemos atendido, échanos la mano, es una orden»… pero como el citado orticista es a veces bien rasposo, ya imaginarán ustedes.

El caso es que algo elemental pasó por alto al jovenazo Teodardo. Nuca se cercioró que la iniciativa de reforma energética fuese a dar a la comisión respectiva para su análisis y formulación del dictamen que a la postre sería aprobado. o sea, Teo operó la aprobación de un documento jamás hecho.

Y de ello se dio cuenta hasta que llamó al campeón de los recomendados y favores pedidos al ejecutivo, otro diputado al que seguramente usted conoce; se llama Tulio Larios, quien nunca la turnó a la Comisión de Gobernación para que iniciara su estudio y la elaboración del dictamen que le platico.

¡Oigan, qué eficiente!

Y es comprensible. No se puede exigir a alguien con la capacidad de Teo a que se fije en lo que hace, pues está comprobado que para ser parte de la legislatura de Tlaxcala no es necesario pasar por la universidad.

Menos a Tulio, ¿cómo pasa usted a creer?

Ajá, se trata de elementos sin academia (o pasaron de noche), un poco improvisados, miopes, gustosos de la buena vida, con hartas pachangas en su agenda, por si fuera poco priístas y sobre todo, enamorados, de ojo alegre, vamos…

Es que esos son los atributos de todo buen político aquí en Tlaxcala.

Que sepan los trámites engorrosos y vericuetos legaloides en el Legislativo… eso no es su obligación, para eso están los que sí estudiaron.

Hoy, tras comprobarse que el priísmo tlaxcalteca, el gobierno vamos, valió gorro ante el presidente Peña y el favor que como a todos los amigos, pidió por ahí del medio día del 13 de diciembre, antes de iniciar actividades de carácter internacional.

Pues cómo se iba a imaginar que sus amigos de Tlaxcala le fallarían…

Cómo se iba a figurar que en su propio partido hay unos zoquetes que ignoran los trámites del poder al que sirven -y del que bien que se sirvieron por tres años- si daba por hecho que al tricolor, han regresado las generaciones de políticos comprometidos con los documentos del partido y sobre todo con un cerebro creativo, agil y clarito, como el de Cesar Camacho (cof-cof), nuestro digno presidente del comité ejecutivo nacional del partido de las mayorías…del único proyecto que… asu, qué rollo.

Hoy, un poco maltrecho, Teo aguarda una llamada, aunque sea una que le de un poquito de consuelo, como quien dice, que le comunique buenas noticias de allá enfrente.

Pero hoy, ni su suegra lo llama.

No crean que Tulio se encuentre en un lecho de rosas. anda en las mismas, ahí todo taciturno y como una cruda de quince días.

Lógico, nuestros hermanos lelos de la grilla tlaxcalteca sucumbieron a la mitad del soberbio mararón Guadalupe-Reyes.

¿Quiénes faltan?

Se lo diremos con puntualidad.

¿Y quiénes salvaron el pellejo?

Pues ya ve, nadie sabe para quién trabaja en este prianato, raro y lleno de oropel.