Crece la animadversión por la postura limitativa y excluyente de un invitado al proceso de renovación de la Caiptlax, quien usa el cargo de comisionado presidente del organismo en Puebla, para hacer el caldo gordo a cierto grupo interesado en encajar a alguno de sus miembros.



Con el concurso de diputados a modo, la renovación de la Comisión de Acceso a la Información Pública y Datos Personales (Caiptlax), se limitó a la básica disputa de los comisionados, entre el marianismo y el orticismo, sin mayor interés por alentar el origen democrático de esta, sino con el vago afán de la detentación.

Que la información a través de la Caiptlax, se dé en un marco garante del derecho ciudadano a esta, es lo de menos. Interesa a quienes se hallan en posilidad de palomear, recomendar o influir, para crecer la presencia de su grupo, ese es el meollo del actual proceso.

Y no podía faltar quien enrareciera el trámite, asumiéndose excluyente en el encargo de contribuir a la renovación de los comisionados.

Me refiero al comisionado de estrafalario título, Samuel Rangel Rodríguez, venido del vecino estado de Puebla, para sugerir como único ámbito con sobresaliente capacidad para disputar los lugares, a los abogados.

Y los ciudadanos, líderes, periodistas, profesores, ingenieros y hasta políticos, ¿ellos qué?, por carecer del título recomendado por mister Rangel, sencillamente quedan fuera de la jugada.

Además de limitativa, la actitud del doctor Rangel Rodríguez, tiene seguramente un encargo para dejar fuera de la jugada – como siempre – a algún aspirante, sin la carrera de licenciado en Derecho.

¿Serlo garantizan los abogados la encomienda social de conocer, procesar y facilitar la información?

Yo creo que no.

Entre el dos a uno, a favor de Héctor Ortiz, en que se plantea la nueva integración de la Caiptlax, y la sorprendente sugerencia de Rangel, hay gato encerrado. Y no  tarda en salir.

Lo que si apareció es la actitud autoritaria, sectaria y de grupo, defendida por el comisionado presidente del organismo poblano, presto, según su actitud, a hacer el caldo gordo a los grupos tlaxcaltecas, interesados en utilizar nombres novedosos y hasta con apariencia de seriedad, para enredar el proceso en cuestión.

En mala hora la dicha invitación.

El caso Apizaco

Según reportes actualizados, el alcalde depuesto de Apizaco, Alex Ortiz Zamora, sigue en calidad de prófugo de la justicia. De él no se sabe ni en la procuraduría y tanto menos en algún reclusorio.

Se supone que a estas alturas, el primer regidor, Ayax Domínguez, comenzaría a recibir recursos para, “apagar el fuego” de las últimas semanas, en las cuales los servicios públicos y funcionamiento de oficinas, ya imaginará usted, atraviesan por una etapa delicada.

Un trabajo fino de recomposición del Cabildo es el realizado por Domínguez, quien ha tenido que fungir como portador de malas noticias para regidores y presidentes de comunidad, comprometidos hasta las manitas, tras aceptar cohechos por parte del hoy prófugo de la justicia.