El ofrecimiento de designar a la brevedad al nuevo secretario de Seguridad Ciudadana (SSC) de Tlaxcala no se cumplió, pues hoy se cumple un mes de que el general de Brigada Diplomado de Estado Mayor, Raúl Ruiz García, tiró la toalla al no poder con el cargo, el cual es desempeñado como encargado de despacho el impresentable y golpeador de manifestantes, José Guadalupe Ballesteros Arellano.

 

 

Una secretaría que ha sido inestable desde que inició la actual administración estatal el 31 de agosto del 2021 es la de Seguridad Ciudadana, la cual en 15 meses ha tenido cinco jefes y próximamente uno más que podría ser designado antes de que finalice el año o hasta enero del 2023.

 

El primer titular fue Alfredo Álvarez Valenzuela que permaneció poco más de dos meses, pues tuvo que salir huyendo de la entidad para evitar su detención por algunos delitos supuestamente cometidos durante su desempeño como policía federal. Su partida hizo que Max Hernández Pulido, asumiera el control del C4 y de la Secretaría de Seguridad Ciudadana por seis meses cuando entregó el mando de la dependencia al ex soldadito Raúl Ruiz que sólo aguantó la presión por seis meses, ya que en octubre decidió renunciar.

 

Esa renuncia ha sido aprovechada por la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros para cumplir uno de los sueños de su eterno guarura Ballesteros Arellano de ser encargado de la Secretaría de Seguridad Ciudadana al menos por un mes más los días que se acumulen, porque sus antecedentes lo hacen impresentable y menos un candidato con el perfil y las características necesarias para ser ratificado como secretario.

 

Pero mientras sigue el vaivén en la Secretaría de Seguridad Ciudadana los hechos delictivos siguen estando presentes demostrando que en Tlaxcala ya llegó el crimen organizado y que las bandas comunes de delincuentes han evolucionado y se han transformado.

 

Por ejemplo, el grupo criminal de “Los Brujos” que opera en Apizaco y en Tzompantepec se ha transformado al grado que se especula que hoy dejó los robos comunes para optar por actividades ilícitas más lucrativas, lo cual se puede observar porque en donde suelen reunirse es común ver vehículos de lujo y cómo han crecido sus propiedades.

 

Las bandas dedicadas al robo de camiones de carga que operan impunemente en la zona de El Carmen Tequexquitla y en Hueyotlipan siguen dando de qué hablar. Las bodegas en las que guardan las mercancías y las pesadas unidades automotoras se han multiplicado, pero las autoridades parece que no ven nada y menos las encargadas de la seguridad. Se dice que la “Tuza” y “Los Roldán” son invisibles para la policía.

 

La disputa que existe por el territorio entre grupos dedicados al narcomenudeo también es la constante y al paso que vamos no tardarán en presentarse más ejecuciones, más secuestros, más atracos a viviendas de empresarios y políticos como se han registrado en los últimos meses y serán más frecuentes las noticias de levantones como el que anoche documentó el portal de noticias El Cuarto de Guerra.

 

Según los reporteros de ese medio de comunicación, un comando fuertemente armado “secuestró” la noche del lunes a un varón que circulaba sobre la calle San Pablo de la comunidad de Ocotlán en la capital tlaxcalteca, quien tras ser sometido por los maleantes fue obligado a subirse a otro vehículo, el cual fue custodiado por otras unidades para darse a la fuga de ese lugar.

 

El medio publicó una fotografía en donde se observa a varios hombres armados en el momento de llevarse a cabo el supuesto “secuestro”. Aunque se habló de una persecución que realizaron las fuerzas policiacas, los maleantes lograron escapar tras abandonar a su víctima en un predio baldío cercano a la carretera México-Veracruz, mismo que pertenece al municipio de El Carmen Tequexquitla.

 

Sobre ese hecho no hay ninguna versión oficial, tal y como ha pasado con otros casos de secuestros que se han cometido en el municipio de Apizaco.

 

Hasta octubre Tlaxcala ya sumaba 113 homicidios dolosos, lo cual resulta escandaloso porque seguramente se superará la cifra del 2021 y la del 2020 en donde se acumularon 117 y 109 asesinatos, respectivamente.

 

Los homicidios dolosos se dispararon en el gobierno del priista Marco Antonio Mena Rodríguez, pues en el 2019 la cifra alcanzada fue de 151 casos, siendo la más alta registrada hasta ahora. En el 2018 y 2017 se contabilizaron 123 y 120 asesinatos, respectivamente, cuando en el último año de la gestión del también militante del PRI, Mariano González Zarur, se llegaron a acumular 76 homicidios en el 2016.

 

Por lo pronto no queda más que esperar y ver si el próximo responsable de la Secretaría de Seguridad Ciudadana genera una estrategia más efectiva para contener las bandas de criminales que operan en Tlaxcala.

 

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