Si hoy Tlaxcala goza de la presencia de turistas nacionales y extranjeros, en gran medida se debe a la promoción que hizo la administración del priista Mariano González Zarur que supo invertir fondos públicos en campañas y estrategias para atraer visitantes y sacar a la entidad del anonimato donde se encontraba.

 

 

Habría que revisar las cifras de ese sector para comprobar que en los gobiernos del desprestigiado perredista Alfonso Sánchez Anaya y del panista Héctor Ortiz Ortiz el turismo pasó sin pena ni gloria, lo cual no fue así con la gestión del hacendado Mariano González que supo aprovechar los atractivos del estado para iniciar una promoción que interesara a las personas que hacen turismo religioso, gastronómico, taurino, arqueológico y hasta ecológico, lo cual se reflejó en un incremento de paseantes cuyas cifras prevalecen hasta ahora.

 

En la administración del también priista Marco Antonio Mena Rodríguez sólo se dejó llevar por la inercia que se tenía y por tres años mantuvo los niveles de visitantes al estado que se vieron afectados sustancialmente durante el 2020 y el 2021 por la pandemia de Covid-19 que se registró a nivel mundial.

 

En este año y ya con un nuevo gobierno, la bisoña funcionaria encargada de la Secretaría de Turismo, Josefina Rodríguez Zamora, ha recurrido más a las ocurrencias para atraer más turistas a Tlaxcala sin que realmente se perciba una estrategia, un objetivo concreto y una narrativa que resulte atractiva y enamore a los probables paseantes para que decidan venir al estado.

 

De entrada se recurrió a un eslogan (“Tlaxcala sí existe”) que resulta trillado y que más bien parece una respuesta a la actitud burlona que suelen asumir a algunos habitantes de Puebla para mofarse del tamaño del estado y a su dependencia comercial que pareciera tener con aquella entidad, porque resultaría absurdo que alguien pensara que nadie hablara de Tlaxcala antes de esa frase tan hueca.

 

Para ver la efectividad y los resultados de las actuales autoridades encargadas del turismo, valdría la pena conocer cuánto se ha invertido en la promoción y en las actividades que se han emprendido para tal fin, para saber si lo anterior se ha traducido en un incremento sustancial en la llegada de paseantes, porque si no es así sencillamente lo que se hace implica un auténtico fracaso.

 

Josefina Rodríguez es de las pocas funcionarias de la actual administración a la que se le ha abierto la cartera para contratar y gastar en lo que ha querido. Sin dejar de hacer bisnes, la funcionaria debería entregar cuentas claras a los tlaxcaltecas de sus resultados que sólo ve ella, su bolsillo, su séquito de empleados y la bola de lambiscones a los que les paga para que digan que su trabajo es extraordinario y maravilloso.

 

Durante la pasada Semana Santa no se observó un gran movimiento de turistas por la entidad, al igual que en la temporada para observar las luciérnagas en los bosques de Nanacamilpa. Lo que atrajo más paseantes fue la competencia mundial de Tiro de Arco que logró para Tlaxcala la actual administración estatal y que se realizó el mes pasado.

 

También resultó un éxito fue la “Noche que Nadie Duerme” que se llevó a cabo dentro de las festividades de la feria de Huamantla y gracias a que estuvo presente el popular cantautor huamantleco Carlos Rivera se logró una destacada concentración de turistas en ese municipio del oriente del estado.

 

Ahí sí hubo una inteligente y adecuada promoción por parte del ayuntamiento de ese pueblo mágico para atraer turistas, aunque no faltó la funcionaria vival que se aprovechara de la buena fe de las autoridades municipales para estafarlos con la fraudulenta difusión de sus actividades en una revista de circulación nacional e internacional, lo cual nunca pasó pese a que se entregó puntualmente el costo de esa supuesta publicación.

 

Se presumen las alfombras de aserrín de los artesanos huamantlecos en el Vaticano, en los Estados Unidos y en otras entidades del país. Vaya hasta se pagó para que se inscribiera en el libro de récords mundiales Guinness el tapete más grande elaborado hasta ahora y que fue confeccionado por 240 artesanos que utilizaron 80 toneladas de material que colocaron a lo largo de seis kilómetros lineales, por lo cual según las autoridades Tlaxcala fue reconocida a nivel nacional e internacional.

 

La última ocurrencia tiene que ver con la representación que las autoridades financiaron para que Tlaxcala estuviera presente en el Festival de Tradiciones de Vida y Muerte, organizado por el Parque Xcaret, en Playa del Carmen, Quintana Roo.

 

Se sabe que viajaron 250 tlaxcaltecas de 17 municipios que van estar en este espacio de turismo local, nacional e internacional, para mostrar la gama cultural que posee la entidad.

 

Los tlaxcaltecas participaron en un desfile que se realizó en Playa del Carmen donde los visitantes pudieron disfrutar de los bailes de los huehues.

 

Según las autoridades fue un éxito y ahora ya más personas conocen la riqueza cultural y gastronómica de Tlaxcala. Vaya seguramente los cientos de turistas quedaron tan impactados al descubrir a nuestra entidad que ya están planeando unas vacaciones de un lugar tan maravilloso del que nadie les había hablado.

 

Veremos si ese enorme gasto deja algún beneficio para el estado. Si se trataba de promover el turismo, lo mejor hubiera sido asistir al desfile por el día de muertos organizado en la Ciudad de México que concentró más de un millón de personas y que además fue transmitido por la televisión abierta.

 

La gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros en compañía de algunos funcionarios estatales y un séquito de 17 diputados viajó al Parque Xcaret en Playa del Carmen Quintana Roo para promocionar los atractivos turísticos de la entidad, lo cual parece excesivo cuando en la actual administración se habla de austeridad y de terminar con los abusos.

 

Ojalá se rindan cuentas y se transparenten no sólo los gastos, sino la lista de las personas que fueron beneficiadas con ese viaje a fin de conocer por qué se llevó a tales artesanos o por qué a tales huehues o por qué a tales “influencers” o a tales representantes de medios de comunicación.

 

En materia de turismo lo que hay es una insultante ocurrencia y escasos resultados porque los números no mienten.

 

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