A cinco días de que en Tlaxcala se celebre el triunfo electoral de Morena, el cual le permitió ganar la gubernatura y refrendar el control del Congreso el Estado, los militantes de ese partido fundado por el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, deben estar felices porque a casi un año de ese logro aún se ubican en el primer lugar de las preferencias de los ciudadanos y las ciudadanas.

 

 

Sin embargo, la fortaleza electoral que hoy tiene Morena en Tlaxcala gira en torno a la figura de la actual gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros y el partido, pues para los electores de la entidad no existe otra figura política que logre despertar el interés o que acapare el respaldo ciudadano para convertirse en los siguientes meses y años en un político relevante o de peso.

 

De acuerdo con diferentes estudios de opinión realizados en la entidad, se sabe que la mandataria morenista goza de un buen nivel de posicionamiento y respaldo ciudadano. Hoy casi nueve de cada 10 personas sabe que Tlaxcala es gobernado por Lorena Cuéllar y que seis de cada 10 ciudadanos avalan el quehacer de la titular del Poder Ejecutivo.

 

La gobernadora es conocida y respaldada por los tlaxcaltecas, pero no así los funcionarios estatales que conforman el gabinete legal, toda vez que todos tienen muy bajos niveles de conocimiento y posicionamiento, de ahí que su trabajo no obtenga las mejores evaluaciones por parte de los ciudadanos y las ciudadanas.

 

El 6 de junio del año pasado Lorena Cuéllar Cisneros ganó la gubernatura al conseguir más de 305 mil votos. A casi doce meses de distancia y si hoy hubiera elecciones, Morena ganaría esos comicios al lograr entre el 45 y el 56 por ciento de las preferencias, lo cual prácticamente lo hace invencible porque las simpatías que logra el PRI, PAN, PRD y el resto de los partidos políticos entre los tlaxcaltecas no superan en los individual el rango del 10 por ciento.

 

Si Morena encabezara nuevamente una alianza electoral en la entidad con otras fuerzas políticas (PT, Nueva Alianza y el PVEM) su rentabilidad electoral crece, lo cual también sucede con el bloque opositor del PRI, PAN y PRD, pero con la salvedad de que su nivel de competitividad sigue siendo bajo al conseguir el 14 por ciento de las simpatías.

 

En Tlaxcala la clase política en general se encuentra desdibujada y no existe ninguna figura que esté en condiciones de competir en presencia con la gobernadora Lorena Cuéllar.

 

En Morena se ha especulado con ciertos nombres con aspiraciones para buscar la candidatura al Senado como el del castrado alcalde capitalino Jorge Corichi Fragoso, el actual secretario de Gobierno, Sergio González Hernández, el diputado local Rubén Terán Águila, así como otros miembros del gabinete como el Oficial Mayor, Ramiro Vivanco Chedraui y el encargado de la Secretaría de Infraestructura, el junior Alfonso Sánchez García y unos políticos más como Óscar Flores Jiménez, sin embargo ninguno figura o crece en los estudios de opinión pese a que llevan meses tratando de ubicarse en el imaginario colectivo.

 

Pero ese fenómeno no es exclusivo sólo con los varones, sino también con las mujeres como la intermitente diputada federal Dulce Silva Hernández, la limitada legisladora local Marcela González Castillo, cuyo único mérito es ser nuera del ex gobernador Alfonso Sánchez Anaya, así como la actual senadora Ana Lilia Rivera Rivera.

 

En Morena no hay figuras ni políticos de altos vuelos salvo la mandataria Lorena Cuéllar, sobre quien gira y pesará la rentabilidad electoral rumbo al 2024.

 

Lo anterior no ha sido asimilado por nadie y menos por los morenistas ligados a la mandataria que buscan crecer políticamente en los próximos años, razón por la cual nadie se ha percatado del trabajo quirúrgico que lleva a cabo Lorena Cuéllar con su gente de confianza para renovar la estructura del partido y ubicar piezas suyas que le garanticen lealtad y una adecuada operación para los candidatos que en su momento serán palomeados.

 

Si alguien piensa que en las elecciones del 2024 veremos a candidatos de Morena con una gran popularidad o aceptación ciudadana, se equivoca porque seguramente los aspirantes a un cargo serán hombres y mujeres cercanos al lorenismo cuya lealtad está garantizada

 

En ese partido cualquiera puede ser candidato al Senado y a las diputaciones federales y locales.

 

No le crea a políticos charlatanes como al presidente municipal de Tlaxcala, Jorge Corichi, quien tontamente segura que su “amigo” el senador Ricardo Monreal Ávila o que su otro camarada, el canciller Marcelo Ebrard Casaubón, lo harán candidato a la Cámara Alta, cuando su trabajo es pésimo y su administración está sumida en la corrupción y en la inoperancia.

 

La buena noticia es que Morena goza de las simpatías de los tlaxcaltecas rumbo al 2024, la mala es que no hay cuadros ni figuras que ayuden a fortalecer a ese partido.

 

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