El perredismo a la tlaxcalteca es tan permisivo que hoy, un personaje como Andalco, fue capaz de formar a rete hartos izquierdosos, sin decirles que el objetivo es respaldar a Mariano, y por su lado, la ex diputada Gastélum, dice que esta tribu apoya a Marcelo…

Son capaces de lanzarse maldiciones, de llamarse “enanos”, y de retirarse el habla. Sin embargo los mueve el mismo fin: apoyar la candidatura de Marcelo Ebrard Casaubón, a la presidencia de la República.

Este domingo, el bigote que engaña (también conocido como Luis Mariano Andalco), muy seriecito rindió protesta como mero mero de la Izquierda Renovadora en Movimiento (IRM), haga usted de cuenta como una gota de agua, con la pachanga en torno del Bloque de Izquierda Social (BIS).

Nada más que ahora, la ex diputada perredista, Martha Dalia Gastelum Valenzuela (eterna enemiga de la senadora Minerva Hernández Ramos), comenzó a mostrar el cobre, respecto al objetivo que le mueve para hacer una tribu grande, grande, es decir, el acopio de apaches (así los llama Alfonso Sánchez Anaya) para formarlos en las filas en apoyo al Carnal Marcelo.

Así como para tapar el ojo al macho, la Gastélum, sostiene que parte de su corazoncito, está con Andrés Manuel (nada más que allá no hay dinero), y aprovecha el viaje para rechazar cualquier acuerdo en lo obscurito con el creador del aiga sido como aiga sido.

Nel, sostiene Martha Dalia. Con Calderón, bueno y poco.

Y con su postura puede uno asomarse al contaminado contexto en el cual pervive una Izquierda, a la que sólo Andrés Manuel puede dar legitimidad, mientras Marcelo se conduce pragmático, justificando los medios.

Si al ingreso de Minerva Hernández en el PAN, lo visualizamos como una especie de avanzada de Marcelo como causa, al ala liberal del blanquiazul (bajo la batuta de Gustavo Madero) nos ha de caer el veinte, con respecto a la tirada del partido en el poder. Mediante sus diversas expresiones, está dispuesto a aliarse con el mismo demonio, con tal de conservar la esperanza de no perder la elección en 2012.

Como se ha hecho costumbre, la ambivalencia es una constante en los partidos políticos. Tienen una cara en lo nacional pero, aquí sus objetivos son distintos. (ahí tiene usted a Convergencia).

La misma historia se teje con los perredistas de Andalco. La seño Gastélum señala el rumbo hacia Ebrard, pero Luis Mariano habrá de obedecer la indicación de Alfonso Sánchez Anaya, pejista de hueso colorado, en lo nacional, aunque en lo local su corazón y sus votos están con Mariano González Zarur, su queridísimo pariente.

Así que, siendo Enrique Peña Nieto, quien se halla en el altar de Mariano, no dude usted que ASA pudiera en un momento sesgar los votos hacia ese rumbo y no, hacia el Peje, tal y como lo tiene convenido originalmente.

Ah de la lealtad y la palabra empeñada en la política a la tlaxcalteca.

Hoy te dicen una cosa y mañana tratan de convencerte de lo contrario.

Pero en este submundo hay otra clasificación. La que ocupan personajes de la talla de Antonio Mendoza, el diputado perredista más orticista de todos, capaz de aprovechar el foro donde Andalco alzó la mano izquierda, para quejarse porque la candidatura amarilla se le fue de las manos.

No me la dieron, chilló, fueron gachos, yo si hubiera ganado, snif, snif.

Y todos se quedaron como extrañados con semejante teatrito.

Nombre, pura gente valiosa. Se pudo ver a Jelipe Sánchez Lima y a Arnulfo Corona Estrada, vamos, puro académico…