El rompimiento de Nueva Alianza con el PRI y con el actual gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez era una bola cantada. Lenin Calva Pérez que representaba los intereses de ese partido en la administración estatal como titular de la inútil Secretaría de Políticas Públicas y Participación Ciudadana aventó el cargo que ocupó por cuatro años para ahora trabajar a favor de la coalición que encabeza Morena.

 

Al inicio de una semana que resulta clave para el PRI y sus aliados como el PAN, PRD, PAC y PS porque definirán a su candidata a la gubernatura de la coalición “Unidos por Tlaxcala”, se da a conocer el rompimiento oficial con Nueva Alianza, instituto político controlado por el SNTE y que hasta el 2018 venía siendo un fiel comparsa de los priistas en los procesos electorales.

 

Si Nueva Alianza logró su registro como un partido local fue gracias a los votos e impulso que recibió del PRI en las elecciones del 2018. Dos años antes, los maestros de esa fuerza política mostraron su odio y rechazo a la candidata del PRD y PT a la gubernatura Lorena Cuéllar Cisneros y prometieron su amor al PRI y su abanderado, Marco Mena, quien tras obtener el triunfo les entregó como pago la Secretaría de Políticas Públicas y Participación Ciudadana que quedó bajo el control de un nefasto e improductivo profesor de educación física.

 

Hoy las cosas han cambiado y del desprecio que tenían los dirigentes y miembros de Nueva Alianza hacia Lorena Cuéllar han pasado a los elogios y a una insultante sumisión a Morena con quien conformaron la coalición “Juntos Haremos Historia” a la que también se sumó el PT, el PVEM y el PEST.

 

La tibieza del gobernador priista Marco Mena para romper desde hace tiempo con Nueva Alianza y sacar de su administración al traidor Lenin Calva tendrá un costo político, pues no se verá nada bien que un ex aliado del PRI y de las actuales autoridades estatales aparezca en el equipo contrario y mucho menos como un aspirante a diputado local.

 

De no existir más cambios en la asignación de candidatos a diputados locales en los diez distritos en los que se hará presente la coalición “Juntos Haremos Historia”, Calva Pérez será registrado como aspirante a legislador por el distrito 6 con cabecera en Ixtacuixtla, posición que hasta hace 10 días estaba contemplada para una mujer, pero que repentinamente cambió de género porque el mentado ex colaborador del gobierno priista insistió en que esa posición debería ser para él.

 

Si Lenin Calva se saldrá o no con la suya pronto lo sabremos, pero lo que es un hecho que su salida de la administración de Mena Rodríguez no fue en los mejores términos, tan es así que para demostrar que esa posición no era relevante ni importante se optó por designar como encargado de despacho al el aspirante a poeta Manuel Camacho Higareda, el mil usos del actual gobierno que ya mal dirigió la Secretaría de Educación Pública y hoy disque controla el Sepuede y el Icatlax.

 

Lorena Cuéllar cargará con el desprestigio de Lenin Calva y la mala fama de Nueva Alianza. Si se confirma la candidatura de ese maestro seguramente aumentará el enojo de los morenistas que comprobarán que la coalición “Juntos Haremos Historia” no representa sus intereses y menos la transformación que impulsa el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.

 

Si bien Morena y sus aliados hicieron movimientos interesantes la semana pasada con el registro de aspirantes a las diputaciones federales, como fue el hecho de abrir las puertas al petista Reyes Ruiz Peña para competir por el distrito electoral uno federal con cabecera en Apizaco, también se está equivocando al entregar posiciones a los mercenarios y traidores de Nueva Alianza.

 

Reyes Ruiz sigue siendo militante del PT y es un político que en los últimos años ha trabajado para aportar votos no sólo a su partido sino a los candidatos identificados con la izquierda. El petista hoy en día no sólo tiene la capacidad de encabezar a Morena y sus aliados para ganar la diputación federal, sino que también está en posibilidades de obtener el triunfo en Apizaco, donde al parecer los ciudadanos ya están decepcionados de los gobiernos panistas.

 

La danza de las traiciones ya inició. Esto apenas comienza y aún nos falta por ver varias deslealtades.

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