Cada legislatura lo ha hecho y la actual, que según está conformada por diputados que integran la Cuarta Transformación impulsada por el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, que llegó bajo la promesa de no robar, no mentir y no traicionar, no puedo resistirse a la tentación de reformar leyes para su beneficio.

Los legisladores tlaxcaltecas no cuidaron las formas y menos disimularon su enorme necesidad de mantener sus lujos y privilegios, de ahí que sin importar las críticas y rompiendo el principio de equidad que debe existir en todo proceso electoral, aprobaron cambios a la ley para permanecer en el cargo hasta 30 días antes de la elección.

Los ambiciosos diputados que aspiren a otro cargo de elección popular como podría ser el de presidente municipal, podrán seguir cobrando sus dietas y administrando los recursos millonarios que reciben para gestión hasta el 5 de mayo del 2021, ya que el día en que se llevarán a cabo los comicios para elegir gobernador, diputados federales y locales, así como ediles y presidentes de comunidad será el 6 de junio, lo cual los pone en una situación de ventaja ante los demás aspirantes porque no sólo cuentan por recursos públicos, sino con una difusión institucional.

Y aunque parezca increíble, los diputados de Morena que avalaron dicha reforma son Mayra Vázquez Velázquez, Ana Bertha Mastranzo Corona, Miguel Piedras Díaz, Rafael Ortega Blancas, Ramiro Vivanco Chedraui y Víctor Castro López, así como la perredista Laura Yamili Flores Lozano y el indefinido Miguel Covarrubias Cervantes.

También lo hicieron los legisladores del PEST Luz Vera Díaz y José Luis Garrido Cruz, la petista Michaelle Brito Vázquez, la priista Zonia Montiel Candaneda, la representante de Movimiento Ciudadano Maribel Casas Meneses, la verdeecologista Maribel León Cruz, la integrante de Nueva Alianza Luz Guadalupe Mata Lara y el panista Omar Milton López.

Si las reformas y adiciones a diversas disposiciones legales en materia electoral se concretan y quedan como están, porque no se descarta que puedan ser vetadas o impugnadas, en unos meses más se conocerá cuántos diputados de los que se mencionan arriba son los que se beneficiaron con esos cambios, porque seguramente ahora sí se enfocarán con más empeño para conseguir una candidatura que les permita despachar como ediles.

Y ya que hablamos de desvergonzados, le cuento que la presencia a la sesión extraordinaria del Congreso del Estado de la diputada panista Leticia Hernández Pérez que dio positivo a su prueba de Covid-19 cayó muy mal entre sus compañeros, porque rompió el aislamiento y sin tener la certeza de que ya no es un factor de riesgo de contagio se presentó a las instalaciones del Poder Legislativo, actitud que de plano fue catalogada como imprudente e irresponsable.

Se baja Adriana Dávila de la sucesión

El tiempo sin duda ha sido el mejor consejero de la actual diputada federal del PAN, Adriana Dávila Fernández, quien ayer en un arranque de inaudita honestidad reveló que por fin dejará de buscar ser gobernadora de Tlaxcala y que a partir de ahora respaldará las aspiraciones de la priista Anabell Ávalos Zempoalteca o de la ex perredista y hoy flamante militante del blanquiazul, Minerva Hernández Ramos.

Hasta hace unos meses reacia a que el PAN estableciera alianzas en las elecciones, hoy la dos veces candidata perdedora al gobierno del estado es una activa promotora de la conformación de un bloque opositor amplio en Tlaxcala, al grado que ayer reconoció que la alcaldesa capitalina sería una de las mejores opciones que tienen los partidos contrarios a Morena para competir por la silla que actualmente ocupa el priista Marco Antonio Mena Rodríguez.

Más allá del incomprensible cambio de Dávila Fernández, lo que hay que reconocer es el trabajo fino que viene desarrollando Anabell Ávalos que sigue avanzando en su proyecto y dando muestras de que es una política de palabra y confiable, pues en las últimas semanas ha sabido sumar liderazgos importantes que ya respaldan su intención de convertirse en gobernadora del estado.

Mientras en Morena hay una absurda pelea que ya cayó en la ilegalidad para ver quién es la más popular o el más cercano al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, quien finalmente decidirá el nombre de la candidata o candidato al gobierno de Tlaxcala, los priistas, perredistas y panistas tejen fino todos los días y no descarte que al arrancar el proceso electoral den una sorpresa al aparecer en zona de franca competencia.

La absurda pelea en Morena y sus actos ilegales tiene que ver con la burda y rupestre campaña de promoción que sostiene la empresaria Dulce Silva Hernández, la cual podría encuadrarse fácilmente en actos anticipados de promoción.

También la que muestra una desesperación es la senadora Ana Lilia Rivera Rivera que contrató los servicios de una empresa que está dedicada a llamar a los celulares de los tlaxcaltecas con el pretexto de realizar una encuesta cuando en realidad se hace una torpe promoción de esa legisladora y su disque trabajo a favor del maíz.

Lorena Cuéllar Cisneros bajo el manto protector de los programas de bienestar de la administración federal que encabeza López Obrador no deja de recorrer el estado y entregar apoyos económicos, acción que realiza cuidadosamente y sin rebasar el límite de la ley, pero al fin y al cabo utiliza su posición para mantenerse vigente y en el ánimo de los tlaxcaltecas.

El senador Joel Molina Ramírez se resiste a dejar la carrera y sólo se mantiene en ella por orgullo, porque en el fondo sabe que la oportunidad de ser candidato y gobernador ya se le fue hace muchos años.

Al final, los morenos tienen el mismo comportamiento que tuvieron los priistas, perredistas y panistas cuando detentaron el poder en Tlaxcala.