En la gira de seis horas que el presidente de México Andrés Manuel López Obrador sostuvo por tierras tlaxcaltecas hubo de todo, desde anuncios de inversión federal hasta veladas advertencias para “los conservadores”, ex funcionarios de pasadas administraciones, empresas factureras y periódicos nacionales como Reforma, sin olvidar a los gobernadores que están pensando en intervenir en las elecciones del 2021.
Lo bueno de la breve gira de López Obrador es que por fin se puso fecha para que la obra de modernización de la carretera Tlaxcala-Apizaco se concluya, siendo a mediados de septiembre cuando el tabasqueño se comprometió a regresar a la entidad para inaugurar esa importante y fundamental vialidad que durante su construcción ha provocado serios dolores de cabeza a los tlaxcaltecas que tienen la necesidad de circular todos los días por esa zona.
También resultó positiva la inversión de 500 millones de pesos para infraestructura urbana y mejoramiento de vivienda que ayer anunció el mandatario del país, sin que se dieran detalles de cuáles serían los municipios o las zonas beneficiadas con esos fondos.
Otro asunto que resultó bueno es la cobertura y operación de los diferentes programas sociales del gobierno federal, pues entre adultos mayores, personas con discapacidad, becas para estudiantes, apoyos para campesinos y otros se ha beneficiado a 250 mil tlaxcaltecas que para finales de este año habrán recibido de manera global más de 4 mil millones de pesos.
Lo malo fue la permanente y abierta confrotación que el presidente López Obrador insiste en sostener con los que suele llamar “conservadores” y que los ubica en el sector empresarial, académico, intelectual, periodístico y en organismos autónomos como el INE, mismos que según él se la pasan criticándolo, ofendiéndolo y burlándose porque siemplemente no aceptan que han perdido sus privilegios y rechazan la nueva forma en que se gobierna este país.
Lo anterior resulta negativo porque el país cada día se polariza más entre los que respaldan a López Obrador y entre quienes rechazan sus propuestas y estilo de gobernar que se centra en apoyar a los que menos tienen.
Lo malo fue que los tlaxcaltecas tuvieron muy poco contacto con el presidente Andrés Manuel López Obrador. La prensa local no tuvo acceso ni a su conferencia de prensa mañanera ni al recorrido y supervisión de la obra de modernización de la carretera Tlaxcala-Apizaco.
Vaya, los eventos del tabasqueño fueron tan cerrados que ni la super delegada del gobierno federal Lorena Cuéllar Cisneros tuvo la oportunidad de acercarse y tomarse una foto con el mandatario del país, quien sí se percató de la presencia de su cercana colaborador porque la saludó de lejos tanto en la 23 Zona Militar como en el otro evento oficial que encabezó el mandatario del país.
Lo raro o extraño de la gira del presidente fue la advertencia que lanzó a los gobernadores del país, en el sentido de pedirles que se abstengan de intervenir en el proceso electoral del 2021 con la tentación de canalizar recursos para apoyar las campañas de sus candidatos.
Si el gobierno federal se mantendrá al margen de esas elecciones, eso no quiere decir que no intervendrá para aplicar la ley en aquellos casos donde se detecten delitos electorales, sentenció el presidente.
La advertencia la soltó en Tlaxcala donde el gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez anduvo muy activo políticamente los últimos días, al grado que presumió un encuentro inédito con los dirigentes de todos los partidos políticos de la entidad, cuyos líderes andan más que dispuestos y movidos para conformar un Bloque Opositor Amplio.
Además, hay que tener presente que el mandatario tlaxcalteca ha venido tolerando que ciertos funcionarios de su administración utilicen sus cargos y los recursos públicos que manejan para promocionarse a fin de convertirse en candidatos en las elecciones del próximo año .
Seguramente la advertencia le cayó muy mal a nuestro sensible gobernador priista porque no se necesita ser muy sagaz para entender que el mensaje que López Obrador envió en su conferencia de prensa mañanera también estaba destinado para Marco Mena, sobre todo porque nadie puede negar que su hermano Fabricio Mena Rodríguez no sólo mueve los negocios en la actual administración estatal, sino que también los hilos del debilitado y maltrecho PRI.
El presidente de México demostró que sigue siendo un maestro en la política. Marco Mena abrió la partida de ajedrez con buenas jugadas, pero López Obrador respondió con un solo movimiento que quizá sea determinante para frenar los ímpetus de un gobierno priistas que buscaba influir en las elecciones del 2021.
Sobre advertencia no hay engaño.
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