Cuando los actuales presidentes municipales de Tlaxcala asumieron el cargo en los primeros días del 2017 y visualizaron que tendrían un periodo similar al del actual gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez, es decir, de cuatro años y ocho meses, su actitud cambio al igual que su ritmo de vida, de ahí que rápidamente se acostumbraron a gastar sin imaginar que un pandemia alteraría sus planes financieros casi al cerrar sus administraciones.

Una primera señal de lo que les espera en el presente año a los presidentes municipales de la entidad la obtuvieron con el primer ajuste trimestral recientemente publicado en el Periódico Oficial, donde se confirmó que sólo se repartirán entre los 60 ayuntamientos del estado la cantidad de 2 millones 411 mil 174 pesos.

Ese ajuste corresponde a los meses de enero, febrero y marzo de este año. Como se podrá dar cuenta ese periodo sólo incluyó 15 días de los efectos negativos que está implicando la actual cuarentena decretada ante la pandemia de Covid-19.

Las cantidades que recibirán los ayuntamientos tlaxcaltecas por ese ajuste son mínimas comparadas con las que dispusieron en la primera conciliación del 2019, donde se repartieron 94 millones seis mil 672 pesos.

El monto de recursos que dispondrán el ayuntamientos de Tlaxcala con el primer ajuste de este año es de 171 mil 410 pesos, mientras que Apizaco recibirá 161 mil 587 pesos y Huamantla manejará 112 mil 25 pesos.

Esas cifras comparadas con las que recibieron en el 2019 por ese primer ajuste trimestral son ridículas, ya que Tlaxcala capital administró seis millones 322 mil 314 pesos, Apizaco cinco millones 772 mil 328 pesos y Huamantla cuatro millones 273 mil 221 pesos.

Difícilmente los ayuntamientos de Tlaxcala manejarán y dispondrán de los recursos de años anteriores, pues es evidente que la crisis económica que enfrentará el país le pegará no sólo al gobierno federal que encabeza el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, sino al gobernador Marco Mena y a los 60 alcaldes de la entidad.

Los efectos negativos de la pandemia de Covid-19 aún no se sienten en su totalidad ni se han hecho realidad la crisis económica, pero de acuerdo con estimaciones y proyecciones de autoridades y especialistas se calcula que los estados y municipios del país verán reducidos sus ingresos que reciben de la federación hasta en un 10 por ciento, situación que obligará a los gobiernos estatales y municipales a llevar a cabo una serie de modificaciones en sus planes financieros si es que quieren cerrar el 2020 sin complicaciones.

Los tiempos de bonanza para los presidentes municipales terminaron. El cierre de sus administraciones será difícil y los reclamos de los ciudadanos estarán a la orden del día.

La escasez de recursos federales será la constante no sólo en este año, sino en el siguiente cuando prácticamente los actuales ediles tendrán que preparar la entrega de los ayuntamientos a los próximos presidentes municipales.

Sin duda, vienen tiempos difíciles.