A 17 días de las elecciones locales, hay quienes aún andan buscando culpables de la derrota, cuando no aceptan que ellos fracasaron.
La evaluación de la Presidencia de México al desempeño que tuvieron los delegados de las dependencias federales en Tlaxcala ya concluyó y será a finales de este mes o en agosto cuando se formalicen unos cambios.
Fuentes bien informadas aseguran que el primer movimiento se dará en la delegación del IMSS, la cual permanece acéfala desde hace algunos días tras la salida del panista poblano Juan Carlos Espina.
Ahí llegará el aún diputado federal, Julián Velázquez Llorente. El gobierno federal reconoce en el doctor su experiencia y lealtad, por lo que es cuestión de días para que el ex secretario de Salud asuma la delegación más importante en Tlaxcala.
Julián Velázquez, encabezó por unos meses la presidencia de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados, posición que dejó para participar en el proceso interno del PAN para elegir candidato a la gubernatura del estado.
Ese movimiento cuenta con el visto bueno de la Presidencia y ni el gobernador Héctor Ortiz, ni el gobernador electo, Mariano González, fueron consultados.
La intención de dicho movimiento, según las fuentes, es tener no sólo un buen funcionario público en esa dependencia federal, sino un verdadero operador político que puedan apoyar al PAN en las elecciones presidenciales de 2012.
Los culpables de la derrota
A 17 días de las elecciones locales en Tlaxcala, las versiones para tratar de explicar y justificar la derrota de la candidata que rompe barreras, Adriana Dávila Fernández, son múltiples, pues van desde la traición, hasta la falta de operación por parte del gobernador Héctor Ortiz.
Dávila Fernández aún se niega a reconocer que ella tuvo gran responsabilidad en su fracaso, y quizá por esa razón, no pierde oportunidad para culpar a Héctor Ortiz de su derrota, acusaciones que tienen poco eco en las oficinas de Los Pinos al carecer de sentido.
Y me explico, nadie en su sano juicio puede decir que los 192 mil votos que logró Adriana Dávila fueron captados por el trabajo que ella realizó o por su acertada operación, pues esos sufragios en realidad representan el capital político del mandatario, quien hace seis años ganó la gubernatura con 160 mil votos.
En realidad nadie sabe cuántos votos representa Dávila Fernández en Tlaxcala, ya que nunca ha ganado una elección constitucional y decir que ella captó por si sola 192 mil votos francamente es una barbaridad.
Y si quiere culpar a alguien de su derrota que mejor busque en su equipo cercano de colaboradores o en aquellos delegados federales que recibieron recursos para operar a favor del PAN y que mejor optaron por quedarse con esos billetes.
Incluso, no estaría de más que le preguntaran a ciertos funcionarios de la Delegación de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social cuántos votos aportaron el 4 de julio y ver si cuadran las cuentas.
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