Creo que tiempo de que marianoglez deje de hacer campaña y asuma la grandeza de su responsabilidad; ahí nomás para su agenda, tiene que echarse a la bolsa a los tres diputados federales (panistas), para gestionar un presupuesto a la altura de sus expectativas.
Al gobernador electo de Tlaxcala, Mariano González Zarur, le hacía falta reunirse con el presidente Felipe Calderón Hinojosa, para reafirmar su creencia al sistema presidencialista. Después de todo, son dos años, vitales de su administración, los que deberá convivir con un Ejecutivo Federal de pensamiento opuesto al PRI.
Tras la reunión, se advierten dos momentos en el desempeño del inminente mandatario tlaxcalteca.
Uno, que lo muestra afable, dispuesto y con voluntad, para seguir al pie de la letra la instrucción de Los Pinos, para que los recursos sigan fluyendo a Tlaxcala, con la abundancia que al apizaquense le ha motivado a expresar una extraña combinación de opiniones: qué bueno que haya tanto dinero, pero que malo que no disponga de él…
El otro, tiene que ver con el obligado ejercicio político en el cual deberá moverse, para hacer sus aliados a los diputados tlaxcaltecas (Oralia Hernández, Sergio González y Julián Velázquez), cuya gestión es (por si no se había dado cuenta) vital para la aprobación un presupuesto convenientemente planteado, en la Cámara de Diputados.
¿Verdad que el éxito no depende del golpeteo sistemático al mandatario en turno?, ¿Ya habrá visto marianoglez que su papel debe ser congruente al de una autoridad, estoy de acuerdo, a la que falta un trecho bien largo (hasta el 15 de enero) para asumir la gloria, pero no al de un candidato que aun después de ganar en las urnas siga lanzando consignas como si fuese un adolescente?
Estoy seguro que sí. Tiene que despojarse de la modorra en la que lo tenían sumido años del imperio tricolor, ante el cual no había más que “sumarse, sumarse y sumirse”… tal y como lo pregonaba para la causa suya hasta antes de participar en una elección donde, dos de sus adversarias se encargaron de hacer efímero el momento político más trascendente de su vida.
De lo anterior, supongo que hay elementos para anunciar un cambio de estrategia del gobernador electo; del guerrillero en que se había convertido (abajo hospitales, vamos por la universidad, todo está peor que cuando el PRI gobernaba…), al elemento consciente de que en sus manos se halla disponer de los recursos indispensables para detonar el arranque ese al que tanto menciona.
Fechas, lugares, hora…
Bueno, luego de pasar lista con el Presidente, al gobernador electo tlaxcalteca le queda cumplir con un compromiso no agendado, pero indispensable para aspirar a la transición ideal.
De buena fuente sé que esta reunión será mañana miércoles 21 de julio, en un marco institucional, aprovechando que el hacendado todavía tiene puesto el traje con el cual entró de lleno al mundo del poder y, dejó atrás los resentimientos que le significaban sus derrotas, tanto al interior de su partido, como en la elección constitucional de 2004.
Finalmente llegó. Y lo mejor que podría hacer es gobernar sin resentimientos. O sea, dibujar una tendencia al alza en su desempeño de mandamás, pero manteniendo el equilibrio entre la facilidad suya para decir y ofender, y el compromiso de labrar en mármol el nombre de Mariano González Zarur, como un gobernador que sin duda superará la enseñanza de su eterno mentor, Emilio Sánchez Piedras.
Uno de los grandes temas entre ambos gobernadores es el de la Universidad Autónoma de Tlaxcala (UAT). A la institución no se le puede regatear el apoyo, pues si hoy es una gran institución, se debe a la simbiosis con la administración estatal y a los apoyos del Gobierno Federal ganados a pulso.
Y parece que mariano asumirá que así como su feudo político se instaló en Lira y Ortega 8 (la sede del tricolor), el de su contraparte lo tiene en Avenida Universidad.
Haciendo a un lado el uso que se dio a las chaquetas de Perla López Loyo, respecto a la especulación de que podría ser ella la próxima rectora de la UAT, a través de la sinergia marianista, es justo decir que la añosa legisladora debiera, si se considera utilitaria, hacer grandes esfuerzos en materia presupuestal para Tlaxcala, dentro del ámbito legislativo en el que se mueve.
Ah!… de Perla y sus inexplicables reacciones, como aquella de agradecer, casi con lágrimas en los ojos a Josefina Vázquez Mota, la amabilidad con la que se le trató dentro de la bancada albiazul y la nostalgia que le embargaba al haberla cambiado por la de enfrente.
Y como resultado de la nueva y obligada postura:
Mariano puede igualar o superar la coordinación alcanzada por su homólogo poblano, Rafael Morano Valle Rosas, cuyo aprovechamiento del tiempo y las energías se enfocó a la correspondiente gestión, de tal suerte que hasta al precioso le va a tocar iniciar obras logradas por el equipo del panista-perredista.
Si pone sus barbas a remojar viendo el comportamiento de nuestros vecinos, el temperamental gobernador tlaxcalteca se dará cuenta que ha perdido horas, días, semanas preciosas, en seguir apachurrándose una herida que ya debería estar bien cerrada gracias a bálsamo milagroso del triunfo.
Tiene en sus manos hacer de su gobierno un portento ante el cual debe uno quitarse el sombrero, o seguir con la tradición de ciertos mandatarios que alardean de su priísmo al tiempo que se pasan a la ley por el arco del triunfo.
Tenemos nuevo gobernador, ojalá le apueste a lo grande.
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