El creciente número de infectados por Covid-19 y de personas fallecidas por esa enfermedad ha alertado al personal que labora en los hospitales de Tlaxcala, quienes decidieron evidenciar la precaria situación que enfrentan para tratar y atender a los pacientes, así como las irregularidades que está cometiendo la Secretaría de Salud del estado a cargo de René Lima Morales.
A la par de que se daba a conocer que hasta anoche se tenían registrados 61 casos de coronavirus y un total de seis personas fallecidas por ese virus en la entidad tlaxcalteca, el Sindicato de Trabajadores del Sistema Nacional de Salud Sección 31 que encabeza Daniel Romero López giraba un oficio al Congreso del Estado a fin de solicitar su intervención para corregir las irregularidades que existen en el combate sanitario de esa pandemia.
De acuerdo con ese documento, el sindicato asegura que los trabajadores que laboran en el Hospital General de Tlaxcala, entre otros, carecen de los instrumentos básicos para desempeñarse en la actual emergencia sanitaria como sería la mascarilla N95, dotación de guantes, circuito de anestesia, goggles cerrados, botas quirúrgicas, caja de acrílico para entubación, ámpulas de gas para esterilización de material reutilizable, medicamentos de anestesia como succinilcolina, prostigmina, bupivacaina pesada y bupivacaina simple que se consideran como insumos estrictamente necesarios para atender a los pacientes con síntomas respiratorios.
Pese a esas limitaciones, el personal de ese nosocomio siempre se ha mostrado profesional y no ha dejado de atender a los enfermos, sin embargo es evidente que trabajan en condiciones de alto riesgo y que no están exentos de contagiarse de Covid-19, se expone en el oficio del sindicato.
Más adelante, el líder de ese gremio Daniel Romero señala que las instrucciones del gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez en el sentido de dotar a los trabajadores de los insumos y equipo necesario para atender la pandemia no se han acatado, pues hay personal del área de urgencias y de atención a adultos y niños, de curación, del módulo mater, del consultorio de hemodiálisis y de rayos X que están expuestos y con una elevada probabilidad de contagiarse.
Cada vez son más las voces que están solicitando información sobre el gasto que en teoría ha realizado la actual administración en torno a la emergencia sanitaria derivada del coronavirus, por lo que valdría la pena que las autoridades responsables dieran detalles de las compras e inversión para frenar las especulaciones que se empiezan a generar, sobre todo porque ya se presumen malos manejos y desvíos.
Cuánto se ha gastado en lo que va de la emergencia sanitaria, qué artículos médicos e insumos se han comprado, en medicinas y otros productos cuánto se ha invertido. Hubo licitaciones o fueron compras directas, quiénes son los proveedores. El personal de la Secretaría de Salud tiene o no los equipos para trabajar.
Esas y otras preguntas más necesitan respuesta.
Y siguiendo con el tema de la pandemia, le cuento que no existe ninguna acción concreta para defender el empleo y el sector productivo en Tlaxcala, aunque eso sí abundan los buenos deseos y más las buenas intenciones no sólo de las autoridades estatales, sino de una clase empresarial mediocre, sin liderazgo y sumisa al poder.
Aunque aquí equivocadamente señalamos hace unos días que se habían perdido en marzo algunos empleos formales por las medidas de contención que decretó el gobierno para frenar los contagios de Covid-19, la verdad es que Tlaxcala fue de los pocos estados del país que no registró ese fenómeno, ya que al finalizar el mes pasado reportó más de 800 nuevas fuentes de trabajo, con lo cual la entidad acumuló casi 104 mil trabajadores en el IMSS.
Pensar que en el estado no habrá despidos y que se mantendrá el ritmo de generación de empleos de los últimos meses es una falacia, porque la crisis económica que existe y que se prolongará por un tiempo terminará afectado las fuentes de trabajo.
Sin embargo, para enfrentar esa situación será necesario aplicar medidas concretas y dejar a un lado las intenciones basadas en deseos.
Ayer se estableció el “Acuerdo para la Defensa del Empleo y el Sector Productivo” en Tlaxcala que incluyó puras promesas.
Según ese acuerdo, el gobierno del estado realizará los compromisos económicos y administrativos que sean de su jurisdicción en favor de las empresas; buscará el financiamiento en las mejores condiciones posibles para apoyar a las compañías que lo necesiten; reforzará la seguridad, especialmente en las empresas con actividades esenciales que siguen laborando y cuidará que las empresas catalogadas con actividades no esenciales que tengan necesidad de manera excepcional de trabajar para no romper la cadena de proveeduría crítica, lo puedan hacer.
Y si las autoridades decidieron darle atole con el dedo a los empresarios, éstos también le entraron al juego de la simulación al comprometerse a difundir por todos los medios posibles las medidas de prevención que ayuden a contener la expansión del Covid-19; a apoyar a las y los trabajadores que por su situación de vulnerabilidad no estén laborando; a promover las medidas preventivas en las fuentes de empleo, sus comedores, sus transportes, sus instalaciones de uso general y establecer una campaña permanente de retroalimentación informativa, facilitando el uso de productos desinfectantes, mascarillas y las acciones que sean necesarias conforme lo que establezca el Consejo de Salubridad General.
Como podrá ver pura palabrería que hace pensar que lo anterior y nada es lo mismo. O no.
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