Mientras la escalada de contagios y muertos por Covid-19 es la constante en México y en el mundo, las noticias en materia económica son desalentadoras y presagian un futuro complicado no sólo para este año, sino para el 2021. La Secretaría de Hacienda y Crédito Público por fin reconoció que el país enfrentará una recesión y que por segundo año consecutivo tendrá un nulo crecimiento económico.

Si bien a nivel mundial se espera que esta semana se alcance el millón de personas contagiadas por el coronavirus y sumen casi 50 mil muertes provocadas por esa enfermedad, en México el pronóstico de las autoridades de la Secretaría de Salud se está haciendo realidad porque los casos de pacientes van a la alza y el número de fallecidos también, sin que esa situación haya puesto en riesgo la atención de personas en los hospitales del país.

Tlaxcala sigue siendo el segundo estado del país con menos casos. Ayer sumó uno más y oficialmente se han contabilizado 5 pacientes enfermos, aunque el número de personas sospechosas aumentó a 50, cuyas pruebas de laboratorio para descartar o confirmar la presencia del virus está en proceso y en las próximas se sabrán los resultados.

Como ha pasado con otros casos, el nuevo paciente se encuentra estable, bajo vigilancia epidemiológica y en aislamiento en su domicilio. El enfermo fue detectado por el Instituto Mexicano del Seguro Social.

Y mientras la emergencia sanitaria sigue su curso en nuestro país, también sería conveniente escuchar por parte de las autoridades las acciones que emprenderán en los siguientes meses para sortear la recesión económica y al mismo tiempo alentar la reactivación de las actividades productivas.

La propuesta simplista de algunos legisladores federales como Minerva Hernández Ramos, Ana Lilia Rivera Rivera y Carlos Carreón Mejía de exigir que los recursos aprobados por casi 500 millones de pesos por parte de los diputados locales para financiar obras y acciones en 57 de los 60 municipios de la entidad se destinen a mitigar los efectos del Covid-19 es muy elemental y oportunista.

Si creen que con quitar dinero a los alcaldes y castigar a los tlaxcaltecas con la cancelación de esas obras se podrán mejorar las medidas sanitarias emprendidas para contener el coronavirus, los legisladores federales se equivocan y demuestran que son incapaces de hacer su trabajo e imponerse al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.

Si los diputados locales hicieron su tarea de recortar partidas del gobierno estatal para crear ese fondo, lo justo sería que los legisladores federales se metieran a revisar las partidas y ahorros que tanto presume la administración federal para etiquetar recursos que se destinen a combatir la pandemia y a reactivar la economía del país.

Y si tan preocupados están en verificar que los recursos públicos se ejerzan y se conozca su destino, también podrían pedir al gobierno del estado que les informe cual fue el destino de los 200 millones de pesos que le fueron aprobados en el 2019 para el programa Supérate, el cual atendería las necesidades de más de 13 tlaxcaltecas que viven en condiciones de pobreza extrema.

Se sabe que las tarjetas bancarias para recibir el dinero fueron entregadas a los beneficiarios de ese programa estatal, pero hasta ahora se desconoce si la dispersión de fondos ya es una realidad. En este año a ese plan se le autorizaron 400 millones de pesos y su operación sigue siendo un misterio.

La emergencia sanitaria es una prioridad, pero nadie debe omitir y desestimar la próxima realidad económica del país y del mundo.

Si la actual administración estatal y las municipales dispusieron de recursos suficientes durante los últimos tres años, para este 2020 su situación financiera será distinta y el cierre de sus gestiones será complicado y desolador porque sencillamente dispondrán de menos fondos públicos.

La crisis económica golpeará a todos.