En Allende 31, la fábrica de representantes onerosos, irresponsables, pero eso sí muy dignos para cobrar mes a mes lo que les toca, y hacerlo por adelantado (hasta noviembre), por eso poco les importa su trabajo, como dictaminar las cuentas públicas.

Maltrechos, tras haber fracasado en la jornada electoral del cuatro de julio, y con un cerro de pendientes, diputados como Florentino Flores Xelhuatzin (presidente de la Comisión de Finanzas y Fiscalización), como Irma María Izozorbe y, otros panistas, fueron emplazados para presentarse para devengar los muy buenos sueldos que mes a mes cobran.

Dicen que a esos irresponsables servidores públicos, les da igual llegar o no llegar a su curul, porque ya habrían cobrado su sueldo hasta noviembre. De ser cierta esta información estaríamos ante evasivos personajes de graves responsabilidades que, en el caso de la Comisión de Finanzas, provocan un delicado retraso en el análisis, aprobación o rechazo de las cuentas públicas, tanto de municipios como de los propios poderes.

Recibir su dinero por adelantado, nos explica el por qué de los retrasos para tomar protesta a suplentes y, cuando estos pudieron llenar el hueco dejado por el amañado titular, sus ingresos se retrasarían como consecuencia de la administración poco ortodoxa de la actual legislatura.

No hay tiempo para dictaminar cuentas públicas, pero le puedo asegurar que desde ahora ya existe el proyecto para echar la casa por la ventana la próxima noche del 15 de septiembre, como preámbulo del cobro de un jugoso bono, otorgado a tan productivo comportamiento de los señores representantes del pueblo.

Claro, no todos son iguales. Hay casos peores.

¿Se acuerda de Víctor Hugo Cahuantzi González? Imagínelo desempleado (pues tronó como ejote el 4 de julio, gracias a los buenos oficios de Enrique Padilla) y además con la renuncia presentada ante la subsecretaría de desarrollo político de la Segob. Ya se sentía alcalde y hasta los puestos había repartido.

Para que su suplente, Beneberto Sánchez Vázquez, recibiese su primer pago, hubo de pasar mucho tiempo; tanto que, el susodicho se despojó de la chaqueta del orticismo, para enfundarse en la del marianismo, actuó como un correveydile, sustrajo información del priísta la vendió a la candidata panista, y quién metería las manos a la lumbre para asegurar que no actuó en sentido contrario.

Y todo porque siendo un diputado suplente al que le había llegado la hora de asumir la titularidad según lo pactado, se enfrentó a la apatía con la que suelen actuar los integrantes de la legislatura corriente.

Reunión de emergencia con los académicos.

La semana anterior en un restaurante llamado La Finca, los grupos representativos de la Universidad Autónoma de Tlaxcala (UAT) se reunieron con el propósito de apertrecharse, ante la andanada de ataques que ya se volvió costumbre diaria al gobernador electo.

Así, los Ortiz, los Vázquez Galicia y, desde luego la poderosa estructura de la institución, entrelazaron sus manos con el propósito de blindarla de cualquier suerte de injerencia y, acordaron reforzar el concepto de autonomía,  como para que le midan las autoridades electas.

Cánovas, a la Segob en Puebla.

Como el nayarita Víctor Cánovas, hace tiempo no tuvo más sangre que chupar en Tlaxcala, tuvo el encargo de operar, a buen nivel, en la campaña del candidato de Compromiso por Puebla (PAN, PRD, PANAL, Convergencia) y aprovechando que su cara de pocos amigos puede resultar una herramienta funcional, consiguió colarse en el primer círculo del próximo gobernador poblano. Unos dicen que será el próximo secretario de Gobernación de Puebla.

Ello ocasionará la más sentida protesta de panistas y perredistas poblanos en contra de los tlaxcaltecas, pues al ver su estilo nos culparán de haberles enviado a una verdadera lacra, a hacerla de tirano.

Ah, ya caigo, mientras Moreno Valle dará la cara de un joven gobernante, humanista e inteligente, atrás de él, vendrá el empresario transportista (dueño de la nueva flotilla de ATAH), irresponsable constructor (su contratista Taylor, nunca acabó el tramo carretero a Calpulalpan) y receptáculo de profundos odios de aquellos en cuyos ingresos metió la mano para dejarlos en la calle.

Obra incumplida

El maestro en manejo de crisis, Domingo Fernández, algo tendrá que hacer para aminorar la madriza que a diario procura el gobernador electo, Mariano González, dar a la actual administración, a la cual señala de inversiones erráticas (como los hospitales) hasta de actos de corrupción en todos los ámbitos.

Lo más delicado es que varias obras, como la famosa Plaza Cultural y la eterna construcción de la carretera a Calpulalpan, se van a quedar inconclusas.

Mientras el gobernador en funciones no muestre signos de cansancio por semejante metralla, su sucesor no tiene para cuando detener su poderosa batería misilística.