Mientras unos ya entendieron que a los actuales diputados y autoridades estatales le restan 19 meses de poder, otros como el gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez siguen pensando que el poder es eterno y sin una pizca de humildad se muestran arrogantes y hasta soberbios para ofrecer imposibles como comprometerse a que los servicios de salud en Tlaxcala incluirá a todos los ciudadanos.
Al interior del Congreso del Estado los ánimos están encendidos y un grupo de diputados de Morena, del PT y de otros partidos como el PAN y el PRI sostienen pláticas para emprender un reajuste y cambios en las principales comisiones, pues sencillamente no están conformes en la forma en que se conduce el Poder Legislativo y saben que este año es clave para tratar de rescatar algo de la imagen, el prestigio y la credibilidad que han perdido por errores y excesos.
Aunque la petista Irma Garay Loredo, presidenta de la Junta de Coordinación y Concertación Política ha tratado de incluir a todos los diputados en las decisiones, la realidad es que su estilo para alcanzar acuerdos y generar consensos no ha gustado, de ahí que en esta semana se haya puesto sobre la mesa su relevo que poco a poco ha ido ganando consenso y no se descarta que pudiera concretarse en los siguientes días.
La mayoría de los legisladores locales no están contentos que los morenistas Víctor Manuel Báez López y María del Rayo Netzahuatl Ilhuicatzi traten de controlar a la actual legislatura y sean ellos quienes tomen las decisiones que después imponen a los presidentes de ciertas comisiones, porque es obvio que ven por sus intereses y no por los de todos.
La designación del representante del Poder Legislativo ante el Consejo de la Judicatura del Poder judicial y la negociación unilateral de un par de diputados para lograr convenios publicitarios con algunos medios de comunicación ha generado desencuentros entre los diputados.
De entrada, el actual consejero del Congreso del Estado ante el mencionado órgano, el presunto acosador y traficante de influencias, Álvaro García Moreno, quien habría gozado de la protección de Fabricio Mena Rodríguez, “el vicegobernador de Tlaxcala” y de Carlos Bailón Valencia, secretario Técnico del Despacho del Gobernador, no será ratificado y por esa razón se inició el pleito por esa atractiva posición que forma parte de la exclusiva burocracia dorada de la entidad a la que sólo los privilegiados pueden llegar.
El PT a través de Irma Garay busca quedarse con ese lugar, pero Morena no está dispuesto a cederlo y se habla que estaría impulsado al director jurídico de la dirigencia de ese partido. La chiquillada también está haciendo su lucha y busca aliados, de ahí que al saber que sus votos son claves ya propuso reajustes en las comisiones legislativas.
El ambiente que se percibe en el Poder Legislativo es de tensión y confrontación.
Por cierto, este día se desahogarán las audiencias en torno a la solicitud de juicio político que existe contra la alcaldesa de Axocomanitla, la deslucida panista Martha Palafox Hernández, quien si bien no es tan grave su situación como la que estaría enfrentando el edil de Huamantla, Jorge Sánchez Jasso, se habla que sus probables desvíos no superan los cinco millones de pesos y que no tiene otras circunstancias graves que la comprometan.
El Insabi la panacea en Tlaxcala
Sin perder el estilo de hablar por hablar y prometer gobernanzas modernas y una administración única y especial que sólo existen en su mente académica, el bisoño gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez dijo que ahora sí se logrará que los servicios de salud abarquen a todos los ciudadanos y más con la operación en Tlaxcala del Instituto Nacional de Salud para el Bienestar que le impuso el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
Sin reconocer que los servicio médicos en Tlaxcala son pésimos, que no existen especialistas y que la escasez de medicinas y material en clínicas y hospitales es constante y que los pacientes de cáncer y de insuficiencia renal reciben una atención mala, el mandatario tuvo la puntada de declarar que aún le falta revisar cinco anexos del Insabi en los que se detallan sus reglas de operación, la dotación de recursos financieros, humanos, de infraestructura, así como de carácter administrativo, lo que confirma que sólo se sumó a ese proyecto del gobierno federal por inercia tal y como lo hicieron todos los gobernadores priistas.
Hace unas semanas la actual administración estatal puso en marcha el programa “Ruta Por Tu Salud” que tiene una intención más política electoral que en realidad llevar y acercar los servicios médicos a los habitantes de los municipios tlaxcaltecas, así como la caravana “Caravana Día de Reyes” que lleva a cabo la exquisita Presidenta Honorífica del DIF Estatal, Sandra Chávez Ruelas, quien después de tres años ya le gusto viajar en camionetas blindadas para ella y su numerosa familia, así como andar custodiada por un cuerpo de seguridad que la hace sentir fifí y poderosa.
El gobernador Mena sigue pensando que su mandato es eterno y por eso su soberbia lo ciega y le impide ver que su torpe operación electorera que lleva a cabo a través de las dependencias estatales es tan burda que pronto enfrentará acusaciones y escándalos.
Vaya es tan descuidado que de una forma tan descarada tiró ya línea a los magistrados del Poder Judicial para evitar que los marianistas le ganen la presidencia del Tribunal Superior de Justicia, tal y como pasó hace dos años que lo dejaron en ridículo.
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