El profe Florentino Domínguez Ordoñez parece que literalmente asumió el consejo que su amigo el gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez dio el pasado 31 de agosto de agosto, cuando recomendó a los asistentes a una reunión de la unidad de la familia priista celebrada en el salón Joaquín Cisneros Molina del Recinto Ferial ponerse a trabajar porque no había candidaturas predefinidas.
Resulta que el marrullero priista ha empezado a armar bajo presiones y amenazas una estructura para apuntalar sus aspiraciones de convertirse en el próximo candidato del PRI a la gubernatura de Tlaxcala, para lo cual utiliza descaradamente al personal de la Secretaría de Educación Pública que es obligado a sumarse a ese proyecto que carece de viabilidad.
El pasado fin de semana, el camaleónico político que lo mismo puede trabajar para el PAN que para el PRI de acuerdo a sus conveniencias, sostuvo en encuentro reservado con sus principales colaboradores y operadores, quienes asistieron al “modesto” rancho que Domínguez Ordoñez posee en San Pedro Xochiteotla, localidad del municipio de Chiautempan.
Ahí, como si estuviéramos viendo un episodio más de Pinky y Cerebro, los funcionarios de la Secretaría de Educación Pública salieron más que dispuestos a conquistar la gubernatura de Tlaxcala y evitar que otro priista les dispute la candidatura, porque según sus sesudas y analíticas deducciones, el profe es el único capaz de enfrentar a los morenistas e impedir que éstos asuman el control del gobierno del estado.
La desesperación de Florentino Domínguez por crecer en las encuestas es tal que incluso invitó a participar en su aventura al “goloso” director de la primaria Lardizábal, Efrén Ricardo Oropeza Vázquez, quien enfrenta una acusación por acoso sexual por parte de una maestra de esa institución educativa.
Ahora se explica uno las razones por las cuales la denuncia de la maestra no prospera ni es debidamente investigada por las autoridades, pues resulta que el presunto acosador es amigo y operador del secretario de Educación en Tlaxcala.
Cientos de especulaciones se han generado luego que el pasado jueves se viera comiendo a tres senadores tlaxcaltecas en un conocido restaurante de la Ciudad de México.
Beatriz Paredes Rangel, la ex gobernadora de Tlaxcala, la ex líder nacional del PRI y crítica de conveniencia del gobierno del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, estaba acompañada por los morenistas Ana Lilia Rivera Rivera y Joel Molina Ramírez.
Trascendió que un tema inevitable durante la comilona fue la sucesión en Tlaxcala, donde los tres políticos no habrían perdido la oportunidad para dirigir sus críticas a una de las aspirantes que encabeza las preferencias.
La reunión generó un excesivo morbo que alentó la tonta leyenda urbana de que la longeva priista sigue siendo un factor de peso en la sucesión gubernamental en Tlaxcala, lo cual es totalmente falso porque la ex gobernadora sólo vive de su “fama”. En los hechos su estructura político electoral sólo existe en el romanticismo de los viejos militantes del ex partidazo, pues ésta ya no existe ni tampoco se le ve operando.
El senador Joel Molina recurrió a su derecho de réplica, según él, para aclarar algunas imprecisiones de una nota informativa publicada en e-consulta Tlaxcala.
Niega que ser beneficiario del programa de Adultos Mayores del gobierno federal que encabeza su amigo López Obrador, pero cómo ésta es universal y se tiene derecho sólo por tener cierta edad que Molina Ramírez ya rebasa, se dio por sentado que recibía tal apoyo, sin embargo el ex priista nunca muestra el oficio o documento por el cual hubiera solicitado a la Secretaría de Bienestar ser dado de baja de ese programa social.
Si en realidad no cobra su pensión como maestro jubilado, el senador debería informar desde cuando no lo hace y hacer público el documento que entregó a la autoridad correspondiente solicitando le sea suspendido su pago.
En su carta no desmiente que haya cobrado un salario como líder de Morena en Tlaxcala, pues sólo se limita a decir que las prerrogativas del partido se han aplicado en términos de la ley.
Y ya que hablamos de Morena y su “diferente” forma de comportarse y hacer política, le cuento que hace unos días fue designado un amigo de los hijos de López Obrador como subdirector administrativo en el Hospital del ISSSTE de Tlaxcala.
Se trata de Abraham Landeta Leiva, un poblano que en los pasados comicios de la vecina entidad participó como candidato síndico en la planilla para el ayuntamiento de Tianguismanalco, pero como no logró esa posición se dice que un influyente de apellidos López Beltrán tuvo a bien en otorgarle trabajo en esta entidad.
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