Los primeros números arrojan que a Tlaxcala no le irá nada mal en el 2020 al disponer de 21 mil millones 871 mil pesos, cantidad que supera al presupuesto de egresos de este año y que ha manejado el gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez, cuya administración estaría por recibir otros 2 mil millones provenientes de la federación, los cuales se deberán distribuir entre los tres poderes y los municipios.
La frase del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, de que “amor con amor se paga” aún no se hace realidad en Tlaxcala luego de ser el segundo estado del país que más votos le aportó al tabasqueño en la elección pasada para lograr un triunfo contundente, pues si bien este primer año de la nueva administración federal se cumplió con el ofrecimiento de concretar la operación de siete programas sociales, en los hechos no se ha canalizado recursos extraordinarios para detonar una acción u obra relevante.
Ese comportamiento al parecer se mantendrá el próximo año, pero con la salvedad que para unos el amor ya se está terminando. Un primer análisis del presupuesto de egresos concluye que la entidad registrará reducciones en el gasto realizado para infraestructura carretera y conservación de caminos por el orden de los 314 millones de pesos. También disminuirán las aportaciones para el manejo de las delegaciones federales y los recursos destinados para programas del campo y la cultura.
Hasta ahora se sabe que a la entidad se le etiquetarán 82.7 millones de pesos para seguir con la modernización de la carretera Tlaxcala-Apizaco, monto que está lejos de compensar el recorte arriba mencionado.
Tlaxcala está considerada junto con otras cinco entidades del país para proyectos como la construcción de clínicas de medicina familiar y la ampliación y remodelación de las instalaciones de hospitalización del ISSSTE, pero como ya se mencionó hasta ahora no existe para el estado la intención de impulsar el desarrollo de un proyecto destacado por parte del gobierno de López Obrador.
Lo fuerte del gobierno federal seguirán siendo sus programas sociales impregnados con un alto impacto asistencialista. Esa política le ha resultado al gozar de un alto nivel de aprobación y popularidad, de ahí que la estrategia se conservará para llegar fortalecido a las elecciones del 2021.
La más beneficiada con esa política asistencialista sin duda es Lorena Cuéllar Cisneros, quien como la “super delegada” del gobierno de López Obrador es la encargada de operar y verificar que esos programas lleguen a los beneficiarios sin problemas o intermediarios.
En una realidad que Lorena Cuéllar es la única tlaxcalteca que ha tenido la venia del presidente de México para promover y operar los programas sociales en la entidad, los cuales están convertidos en una prioridad del gobierno federal y que se observa claramente en su proyecto de presupuesto del siguiente año, de ahí que al buen entendedor pocas palabras.
Por lo pronto, los diputados locales y alcaldes ya se frotan las manos para disponer de los recursos extraordinarios que en breve recibirán una vez que el gobierno de Marco Mena confirme que se recibirán 2 mil millones de pesos de la federación.
La rebatinga por esos recursos será un antecedente de lo que se vivirá en la aprobación del presupuesto de egresos del 2020, ya que los legisladores estarían pensando en aumentar la partida que este año dispusieron para etiquetar obras y apoyos al campo en los 60 municipios de la entidad luego que algunos tuvieron jugosos dividendos.
Otra realidad es que en los siguientes dos años no habrá nuevas obras de gran impacto o desarrollo en el estado. Sólo se terminará la modernización de la carretera Tlaxcala-Apizaco y la primera etapa del nuevo Hospital General de Tlaxcala, las cuales próximamente serán presumidas por el actual gobernador Marco Mena.
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