La indiferencia del gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez para atender el problema de la inseguridad ya alcanzó niveles alarmantes en Tlaxcala, pues hoy en día los ciudadanos no sólo deben padecer la presencia de bandas criminales que actúan con total impunidad, sino los abusos de autoridad por parte de agentes de la policía de investigación de la PGJE que pueden disparar sus armas, retener ilegalmente a jóvenes y desafiar y pisotear a los inútiles policías capitalinos.
El fin de semana nuevamente el crimen demostró quien manda en Tlaxcala, por lo que no tuvo ningún problema para dejar el sábado dos cuerpos en Tenancingo y otros dos el domingo en un terreno del municipio de Yauhquemehcan, evidenciando que las policías municipales están rebasadas al igual que la Secretaría de Seguridad Ciudadana en manos de Eduardo Valiente Hernández y la Guardia Nacional que envió el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
Y así como todas esas fuerzas policiacas son incapaces de detener a las personas que cometen y participan en esos homicidios dolosos, también mostraron su pésimo trabajo en los hechos registrados en una comunidad del municipio de Chiautempan, donde fue detenido un presunto ladrón que fue privado por varias horas de su libertad ilegalmente por los habitantes para después recibir una salvaje golpiza ante la mirada complaciente de la policía municipal bajo el mando de Raymundo Fragoso, los elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana y los miembros de la Guardia Nacional.
Dejaron que el pueblo hiciera justicia por su propia mano, como si estuvieran dando permiso para cometer un linchamiento. Aunque el presunto ratero fue liberado tras recibir su escarmiento, las autoridades tanto municipales, estatales y federales no procedieron a detener a nadie pese a que en flagrancia vieron cómo se violaba la ley.
Pero quizá lo más grave del abuso de poder e indiferencia del gobernador contra actos de impunidad fue lo que paso el viernes por la noche en la comunidad de Acuitlapilco de la capital tlaxcalteca.
Resulta que en una cancha de esa población se celebró un partido de fútbol y al calor del juego se dice que se registró una bronca a golpes en donde presuntamente estaría involucrado Jesús Ortega Ramírez que se jacta de ser el verdadero director de la Policía de Investigación de la Procuraduría General de Justicia del Estado, quien era acompañado por el comandante César Flores.
Al no aceptar su derrota como hombre, Ortega y Flores se retiraron por un momento y habrían regresado armados hasta los dientes y con el respaldo de otros elementos de la PGJE, quienes procedieron a disparar sus armas para atemorizar a los jóvenes para luego detenerlos y amenazarlos con meterlos a la cárcel. Nunca existió algún delito que justificara la presencia de armas largas y los disparos que se realizaron en el lugar.
El procurador José Antonio Aquiahuatl Sánchez que se enteró del abuso de sus agentes habría permitió su deleznable proceder, sin importar que más de 30 jóvenes estuvieron atemorizados y escondidos en los baños de la cancha y en los campos de cultivo de la zona. Las víctimas de esas arbitrariedades fueron subidos y bajados de automóviles oficiales de la PGJE y también amenazados para no decir nada porque ya los tenían identificados.
La policía municipal a cargo del académico Max Hernández Pulido, con sus torpes e inútiles elementos certificados llegaron para tratar de intervenir, pero fueron sometidos y corridos por los agentes de la PGJE.
De inmediato los elementos fueron instruidos para no tomar fotos y evitar que los hechos se filtraran a los medios de comunicación porque se afectaría la imagen de su aliado y amigo procurador, lo cual se cumplió al pie de la letra y se optó por asumir una actitud cómplice ante tal exceso y abuso del personal de la mencionada dependencia.
Fue necesaria la presencia de un pelotón de la policía estatal para rescatar a los jóvenes y calmar los atropellos de los agentes de la PGJE, quienes en todo momento dijeron contar con el aval de José Antonio Aquiahuatl.
No es la primera vez que Jesús Ortega comete abusos de autoridad, pues cualquiera al interior de esa dependencia le puede contar las anomalías que lleva a cabo ese agente que es la mano derecha del procurador en la Policía de Investigación. Vaya, dicen que hasta es muy dado a usar perfiles falsos en Facebook para lanzar amenazas contra este reportero, sobre todo cuando se hacen críticas al nefasto e inútil Aquiahuatl Sánchez.
Si ese hecho se hubiera registrado en cualquier otro estado del país lo más seguro es que el procurador de Justicia ya hubiera sido cesado y los agentes involucrados dados de baja y puestos a disposición de las autoridades para enfrentar la ley por sus abusos, sin embargo en Tlaxcala no pasó nada y el gobernador actúa como si todo estuviera bien cuando es obvio que esos excesos de la policía de investigación pronto afectarán más la ya dañada imagen de la actual administración.
Y ya que hablamos del joven gobernador Marco Antonio Mena, algo no le gustó en el comportamiento de los funcionarios y colaboradores luego de realizar ajustes en su gabinete y de que se conociera que Noé Rodríguez Roldán buscaría la dirigencia del PRI en Tlaxcala, pues el sábado dejó en claro que en su partido y rumbo a los comicios del 2021 «no hay candidaturas predefinidas”.
El mensaje más para los ilusos militantes del ex partidazo que acudieron al desayuno de la Unidad Priista que se realizó en el Salón Joaquín Cisneros, fue para algunos de sus colaboradores que seguramente mal interpretó su nuevo rol dentro del juego de ajedrez que lleva a cabo el mandatario como Noé Rodríguez, Florentino Domínguez y Anabel Alvarado, ya que describió claramente los requisitos que deberá tener el priista o la priista que obtenga la candidatura al gobierno de estado y que sin duda es tener posicionamiento, trabajo electoral y ser competitivo, elementos que hasta ahora sólo cumple la presidenta municipal de Tlaxcala, Anabell Ávalos.
La verdad es que si el PRI quiere retener la gubernatura de Tlaxcala necesita ponerse las pilas y llamar a los verdaderos operados del partido, porque si la campaña la pretenden hacer con los militantes que se tomaron la foto con Marco Mena están jodidos porque entre ellos pulula la mediocridad y la corrupción.
O usted que opina.
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