La credibilidad y futuro de la actual legislatura con mayoría de Morena, el PT y el PES pronto se podría definir una vez que se ponga a consideración los dictámenes de ciertos municipios que una minoría de diputados locales busca aprobar cuando están reprobadas por el cúmulo de anomalías que contienen, siguiendo la directriz de anteriores legislaturas que caían en la tentación del dinero fácil para avalar estados financieros plagados de corrupción y excesos.

 

Los nombres de los diputados locales que se prestarían a la socorrida práctica de la corrupción pronto se conocerán junto con las anomalías financieras que buscan tapar o cubrir de un reducido número de alcaldes ligados al PRD y al PAN, sin embargo para entonces el daño a la credibilidad de los legisladores que conforman la cuarta transformación será irreversible porque al final quedará demostrado que están muy lejos de seguir no sólo el discurso sino el ejemplo de su pastor el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.

Aunque parezca increíble, diputados del PAN y del PRD que representan la minoría en el Congreso del Estado han logrado cambiar el dictamen de algunas cuentas públicas al interior de la Comisión de Finanzas y Fiscalización que preside la zombi morenista María del Rayo Netzahuatl Ilhuicatzi, quien no se sabe si su torpeza es natural o fingida a fin de permitir a sus otrora aliados que siguen a las órdenes del diputado ex presidente de la Junta de Coordinación y Concertación Política, Víctor Manuel Báez López, recuperar los privilegios que antes tenían.

Para ese reducido número de diputados no es grave que un ayuntamiento perredista que gobierna un alcalde adicto a la table dance, la fiesta y el alcohol a costa del erario haya gastado en un día 140 mil pesos en café o que otro edil del mismo partido tenga un desorden financiero que supera los 40 millones de pesos.

Tales excesos parecen poca cosa para los diputados de PAN y del PRD, así como para el legislador del PES José Luis Garrido Cruz con una doble moral tan grande como su ambición por el dinero público, pues sospechosamente aceptó cambiar el sentido de los dictámenes sin oponer ninguna resistencia.

Resulta ridícula la postura del dirigente local del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Juan Manuel Cambrón Soria, quien pese a que conoce los excesos y corrupción en que han incurrido sus alcaldes tuvo la desfachatez de denunciar una presunta manipulación de los diputados de Morena y del Órgano de Fiscalización Superior de las cuentas públicas de esos ayuntamientos con la intención de perjudicarlos, acusación tan falsa como las versiones de que su partido está vivo y es un factor de peso en Tlaxcala.

La intención del PAN y PRD, aliados con el PRI y otros diputados de la chiquillada es poner a los legisladores de Morena la chaqueta de corruptos que se prestaron a la manipulación de las cuentas públicas tal y como en su momento lo hicieron ellos cuando llegaron a tener el control del Congreso del Estado, pues saben que si logran esa hazaña los ciudadanos tlaxcaltecas terminarán por decepcionarse aún más de la cuarta transformación que impulsa el presidente López Obrador, ya que los que prometieron castigar y eliminar la corrupción se prestaron para proteger a alcaldes y funcionarios que hicieron mal uso de los recursos públicos.

Pronto veremos si se impuso la congruencia y la ley o una vez más ganó la corrupción y la complicidad entre los integrantes de la actual legislatura local.

Lo bueno es que pase lo que pase se conocerán los nombres de los diputados involucrados en esa sucia maniobra y los excesos financieros que se cubrieron en caso de que las cuentas públicas de ciertos ayuntamientos sean aprobadas, porque los tlaxcaltecas tendrán el derecho de saber quiénes son los que solapan la corrupción.

La actual legislatura está a un paso de caer en el cagadero.