De no existir cambios, este día los diputados locales iniciarán la reprobación de cuentas públicas, específicamente aquellas que tienen un alto tufo de corrupción o desorden administrativo cuyos responsables no pudieron limpiar, por lo que acumularon fuertes observaciones millonarias que hoy se empezarán a conocer con más detalle.
Si bien ayer resultó raro el aval que los legisladores otorgaron a los estados financieros del 2018 de la Secretaría de Salud de Tlaxcala en manos del hidalguense, Alberto Jonguitud Falcón, quien acumuló observaciones por más de 41 millones de pesos, la realidad es que este día la cuenta pública del Instituto Tlaxcalteca de Infraestructura Física Educativa (Itife) y del ayuntamiento de Tzompantepec podrían ser reprobadas.
El Itife bajo la responsabilidad de Anahí Gutiérrez Hernández suma anomalías financieras que superan los 90 millones de pesos del ejercicio fiscal del año pasado, mientras que el alcalde de Tzompantepec, Arturo Rivera Mora, acumula en ese mismo periodo un probable daño patrimonial cercano a los 10 millones de pesos.
Para su mala suerte, las anomalías detectadas por el Órgano de Fiscalización Superior (OFS) en el Itife y en ayuntamiento de Tzompantepec superan en cada caso el 7 por ciento del presupuesto que dispusieron durante el 2018, razón por la cual este día se harán acreedores a un proceso negativo de evaluación de sus respectivas cuentas públicas, de ahí que enfrentarán acciones legales para resarcir el daño provocado al erario.
Aunque los legisladores y el OFS establecieron el porcentaje antes mencionado para determinar que cuentas públicas son aprobadas y cuáles reprobadas, en realidad los diputados locales que asistieron a la sesión de ayer donde analizaron 10 cuentas públicas correspondientes al ejercicio fiscal de 2018, se mostraron muy valemadristas al grado que nadie manifestó un interés por conocer e indagar que pasa en la Secretaría de Salud donde las irregularidades financieras superaron los 41 millones de pesos.
Para nadie es un secreto que la Secretaría de Salud de Tlaxcala acumula ya varios cientos de millones de pesos en observaciones detectadas no sólo en la actual administración del priista Marco Antonio Mena Rodríguez, sino desde la gestión del hacendado gobernador Mariano González Zarur.
Lo extraño es que nadie ha solicitado una investigación con más detalle y profundidad en esa dependencia que siempre ha tenido la sospecha de ser manejada irregularmente y de dejar buenos dividendos para las autoridades que disponen de un abultado presupuesto, así como tampoco nadie le ha dado seguimiento a las observaciones a fin de verificar si éstas son subsanadas o simplemente maquilladas para dar la apariencia de que el problema se solucionó cuando no es así.
Si hoy se reprueban las primeras cuentas públicas será interesante ver cuál es la postura de los diputados locales. Veremos si los legisladores le dan seguimiento a ese proceso y solicitan al OFS que de inmediato emprenda las acciones legales a que haya lugar para que en caso de existir corrupción se castigue y esas conductas no queden impunes tal y como ha sucedido en los últimos años.
Ojalá que el combate a la corrupción sea una realidad y no una mera promesa mediática por parte de los diputados tlaxcaltecas, pero especialmente de los que conforman la cuarta transformación representada por Morena, el PT y el PES.
Los diputados tienen en la mira a los entes fiscalizables que presuntamente manejaron mal los recursos públicos del 2018, pero los ciudadanos y los medios de comunicación los tenemos a ellos bajo un proceso de observación a fin de comprobar si su comportamiento es distinto y diferente a las anteriores legislaturas, las cuales siempre terminaban por solapar y encubrir la corrupción en las dependencias estatales y en los ayuntamientos de la entidad.
Muy pronto veremos qué rumbo deciden tomar.
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