Los intentos de algunos diputados locales para convertir las audiencias de los entes fiscalizables en un medio para solventar observaciones de ciertos presidentes municipales simplemente no prosperaron, por lo que éstos tendrán que enfrentar la reprobación de sus estados financieros y los procesos resarcitorios que emprenderá el Órgano de Fiscalización Superior (OFS).
La semana pasada estuvo ante los integrantes de la Comisión de Finanzas y Fiscalización de Congreso de Estado el alcalde de Zacatelco, Tomás Orea Albarrán, quien es el que acumula de los 60 ediles el monto más elevado de observaciones del 2018 al rondar los 58 millones de pesos, cantidad que incluso superó por mucho los 31 millones de pesos que fueron señalados en la cuenta pública del 2017.
Sin embargo, los diputados del PRD, Miguel Ángel Covarrubias Cervantes y Laura Yamili Flores Lozano, buscan por todos los medios convencer al resto de los legisladores que el gobierno municipal de Tomás Orea es ejemplar y honesto, campaña a la que se ha sumado el otrora hombre fuerte de la legislatura y miembro de Morena, Víctor Manuel Báez López, quien no sólo defiende a su paisano de las acusaciones de corrupción, sino que asegura que el polideportivo que recientemente se inauguró en Zacatelco demuestra que los recursos públicos se han invertido bien.
La presidenta de la Comisión de Finanzas y Fiscalización, María del Rayo Netzahuatl Ilhuicatzi, será la responsable de elaborar los dictámenes de las cuentas públicos de los 104 entes fiscalizables, por lo que es muy pocos días se comprobará si los diputados cayeron o no en la tentación de cambiar el sentido de algunas resoluciones, pues sobra decir quiénes son los legisladores que están más que interesados en limpiar algunas anomalías de ciertos alcaldes.
Y ya que hablamos de farsantes le cuento que el diputado federal, José de la luz Sosa Salinas, mejor conocido como “Pepeluche” anda presumiendo a todo aquel que lo escucha que su carrera para alcanzar la gubernatura de Tlaxcala va viento en popa, pues según él encabeza a diferentes grupos de la sociedad que respaldan su causa y aspiraciones, pero en la realidad ese político carece de seguidores y de una estructura.
De entrada al festejo que el presidente Andrés Manuel López Obrador realizó el pasado 1 de julio para celebrar su triunfo electoral de hace un año, el famoso “Pepeluche” no puedo enviar a ninguna persona al zócalo capitalino y por esa razón optó por no acudir argumentando que estaba dedicado de tiempo completo a organizar la primera asamblea para constituir el Partido Encuentro Solidario en el distrito dos.
Hablador como suele ser, el legislador federal aseguraba que sus grandes dotes de operador electoral y su manifiesto carisma le permitirían juntar multitudes, sin embargo ese fanfarrón no pudo llevar a las 300 personas que se requieren legalmente para darle formalidad a esa reunión.
Las rabietas por su enorme fracaso fueron más que evidentes a las afueras del salón social “El Coral” de Contla. Pero el más decepcionado fue el líder nacional del PES, Hugo Éric Flores Cervantes, quien comprobó que “Pepeluche” resultó ser un chafa hablador y simulador.
Y para quienes piensa que el conflicto en la Unidad de Servicios Educativos de Tlaxcala que sostienen trabajadores ligados al comité delegacional D-III-1 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) con el aspirante a poeta Manuel Camacho Higareda ya terminó se equivocan, pues pronto se podrían otros movimientos de protesta a los que se sumarían maestros y personal administrativo de otras áreas del sector educativo.
El secretario de Educación ha minimizado el problema, al grado que piensa que la recuperación del edificio educativo resultó favorable para su causa, sin embargo lo único que hizo fue unir más a los trabajadores que mantendrán su movimiento.
Habrá que ver hacia donde se encamina el conflicto en la USET que sigue vigente, pese a que las autoridades educativas digan lo contrario.
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