Al llegar a la mitad de sus periodos para los cuales fueron electos, muchos presidentes municipales empezarán a comprobar que dilapidaron la confianza y el respaldo con el que habían llegado al poder, no sólo porque incumplieron acuerdos sino porque ahora están desinflados, sin credibilidad y arrastrando serios problemas en sus cuentas públicas que derivarán en conflictos y en serias acusaciones de corrupción.

 

Son pocos los alcaldes tlaxcaltecas que han mantenido los pies en la tierra durante los últimos 28 meses y que se han dedicado a administrar correctamente los recursos públicos. Algunos porque están pensando en convertirse en candidatos a diputados locales y otros porque quieren cerrar su carrera política sin problemas y sin señalamientos que dañen su prestigio.

Sin embargo, hay ediles que se han excedido, incumplieron acuerdos y dejaron que otros asumieran las decisiones importantes en sus ayuntamientos, situación que ha provocado molestia ciudadana en esas demarcaciones, actos de corrupción, quebrantos millonarios y decepción social porque los presidentes municipales se convirtieron en lo que tanto criticaron durante las campañas políticas del 2016.

Un ejemplo de lo anterior es lo que se vive en San Pablo Apetatitlán, donde es un secreto a voces que el verdadero poder en ese ayuntamiento no radica en el presidente municipal perredista Eloy Reyes Juárez, sino en su hermana Araceli Reyes Juárez y el nefasto controlar Marco Antonio Campo Cid.

Esa dupla de soberbios y sabelotodos controla y autoriza todo lo que tenga que ver con el dinero público en ese ayuntamiento. Ellos deciden en qué se gasta y con quién sin importan que algunos recursos estén programados.

Vaya es tanta la altanería con que se conduce esa dupla que en las últimas semanas se han dedicado a maltratar a los ciudadanos, como se vio en la coronación de la reina del carnaval de la comunidad de Belén Atzitzimititlán, de donde es originario Eloy Reyes.

Mientras el edil andaba por Tabasco en compañía de otras funcionarias del ayuntamiento, su engreída hermana y el contralor decidieron no comprar la corona de la reina, lo que provocó el llanto de la señorita durante la ceremonia oficial porque nunca recibió tal adorno y distinción.

La molestia por el desplante del alcalde de dejar plantados a los huehues y humillar a la joven fue tal que los servidores públicos de la administración municipal que asistieron al evento fueron corridos de la población con mentadas de madre y silbidos.

El perredista Eloy Reyes prefirió gozar una estancia de 5 días por Tabasco y gastar dinero público por ese estado que atender la invitación de su pueblo natal y destinar un mínimo presupuesto para adquirir una corona para la reina del carnaval. Al alcalde ya se le olvidó que Belén Atzitzimititlán le otorgó los votos suficientes para llegar a su actual cargo, así como también ya no recuerda a las personas que lo ayudaron a ganar la elección.

Pero lo más grave del ayuntamiento de Apetatitlán, es que su cuenta pública del 2018 tiene serias inconsistencias que podrían abarcar un quebranto financiero de casi 20 millones de pesos, las cuales al parecer no fueron corregidas en los plazos fijados y se presume que el ejercicio fiscal de ese año será reprobado por los diputados locales.

Dicen que el presidente municipal Eloy Reyes tendrá muchos problemas para gobernar los 28 meses que le restan en el poder.

El Chema quiere alzar la mano para la gubernatura

Una vez que en Tlaxcala se vive una anticipada carrera por la sucesión, se menciona que el diputado local de Morena, José María Méndez Salgado, mejor conocido como “El Chema”, anda más que movido recorriendo su distrito y otros municipios aledaños para analizar la posibilidad de buscar la candidatura para la diputación federal por el distrito 1.

Según sus allegados, las aspiraciones políticas de El Chema cuentan con el respaldo ciudadano de los electores de su distrito, de ahí que le propusieron que ampliara su presencia porque estaría en condiciones de buscar la nominación para la gubernatura de Tlaxcala, una vez que esa posición no se encuentra definida ni otorgada.

Aunque pareciera que tal aspiración es una locura, no descarte que el legislador local opte por analizar el terreno y en su momento haga oficial tal propósito, pues la lista de tiradores a tal candidatura irá creciendo conforme pasen los meses.

El secuestro un delito a la alza

Como suele suceder en Tlaxcala, pocos le dieron importancia a la información dada a conocer sobre la inseguridad que prevalece en la entidad. En el primer trimestre de este año se confirmaron de manera oficial cinco secuestros, un delito que se ha incrementado sin que las autoridades estatales emprendan acciones para evitarlo y contenerlo.

Fuentes cercanas a la Procuraduría General de Justicia en el Estado, revelaron que el lunes de esta semana cerca del Hospital General de Tzompantepec se llevó a cabo otro secuestro que involucró a una mujer. Aunque el caso es manejado con toda reserva, se sabe que los delincuentes exigen a los familiares de la dama una fuerte cantidad de dinero para dejarla en libertad.

Una semana antes, se reportó otro intento de secuestro en Apizaco, lo que demuestra que en Tlaxcala ese tipo de ilícitos va en aumento y que las autoridades no hacen nada para detener a los criminales, lo cual resulta lamentable y preocupante.