El ganador de este nuevo round del juego de las vencidas que sostienen los diputados locales con el Poder Ejecutivo fue el Congreso del Estado que ignoró las observaciones del gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez al presupuesto de egresos de este año, porque el decreto aprobado durante la madrugada de este día mantiene los recortes, aunque en menor impacto, a la Oficialía Mayor de Gobierno y a Pensiones Civiles.

 

Los esfuerzos y la presión que ejerció el Poder Ejecutivo para lograr modificaciones sustanciales al presupuesto de egresos del 2019 no prosperaron ni se tradujeron en cambios sustanciales, porque al final sólo se movieron 114 millones de pesos que implicaron recortes al Despacho del Gobernador, a la Secretaría de Planeación y Finanzas y a los Fondos de Contingencia y Blindaje Financiero.

Por lo que respecta al Fondo de Aportaciones para Educación Básica que había sido recortado en el presupuesto avalado el pasado 28 de diciembre y que provocó una serie de protestas de los maestros afiliados al SNTE, éste desapareció definitivamente y los 38 millones de pesos etiquetados fueron redistribuidos en otras partidas.

El presupuesto del Fondo de Acciones de Fortalecimiento al Campo que generó la movilización de organizaciones campesinas, cuyos integrantes agredieron la tarde de ayer a personal del Congreso del Estado e insultaron a algunos diputados, se modificó a la baja al pasar de 175 millones a 154 millones de pesos.

En términos reales, la presión que se hizo a los legisladores para dar marcha atrás a los recortes que habían aprobado no prosperó y por esa razón se puede decir que hasta ahora el ganador del juego de las vencidas son los diputados locales, quienes tendrán que esperar la postura del gobernador Marco Antonio Mena sobre este asunto.

El mandatario tlaxcalteca deberá decidir a la brevedad si lo va a publicar u opta por vetar ese presupuesto, que en caso de ser así, será el Poder Judicial el que determine si a los diputados locales les asiste la razón o en su caso al gobernador Mena.

Al inicio de esta historia le comente que el divorcio entre los diputados locales y el gobernador se había hecho presente y que de concretarse sería por culpa del dinero.

Los operadores del gobernador fracasaron rotundamente. El gris Arnulfo Arévalo Lara, encargado de la relación del Ejecutivo con los legisladores demostró una vez más que es un cero a la izquierda. El diputado morenista priista, Víctor Manuel Báez López, presidente de la Junta de Coordinación y Concertación Política del Congreso del Estado, dejó en claro que no controla nada y que su liderazgo sólo está en un barato papel.

Los únicos aliados que ayudaron pero que por su número no pudieron hacer gran cosa, fueron los diputados integrados en el grupo de la chiquillada conformada por PAN, PRI, PANAL, Movimiento Ciudadano y el PVEM.

Habrá que ver cuál es el costo que pagarán los diputados locales de la mayoría legislativa integrada por Morena, el PT, el PES y los convenencieros del PRD por esa victoria que aún tiene que ser confirmada, porque sin duda pasarán a un riguroso escrutinio público y cualquier error o exceso será más que cuestionado.

De entrada deberán de explicar si ejercerán o no el apoyo de casi 300 mil pesos que se autorizaron para adquirir un vehículo nuevo para desempeñar su actividad.

Los diputados procuraron la austeridad en el Poder Judicial y en el Poder Ejecutivo y sólo falta comprobar si la harán efectiva en su casa.

El gobernador perdió y los diputados ya vieron que pueden ganarle al mandatario. Ojalá que eso no rompa la frágil gobernabilidad que existe en Tlaxcala.