Si algo quedó claro durante la reunión que sostuvieron los presidentes municipales con el gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez, miembros de su gabinete y los futuros funcionarios federales que estarán bajo las órdenes de la “super delegada” Lorena Cuéllar Cisneros, es que la inseguridad tiene presencia en todo el estado y que hasta ahora no ha funcionado ninguna estrategia para contenerla.
Las quejas de los alcaldes por la falta de apoyo institucional y la nula estrategia estatal para reforzar la seguridad pública fueron la constante, situación que evidenció el grave problema que padece Tlaxcala en esa materia y que a partir del próximo sábado se buscará corregir con la llegada del nuevo gobierno federal que pondrá en marcha la Guardia Nacional, que por desgracia, nadie supo explicar sus alcances, sus limitaciones y la forma en que empezará a operar.
El gobernador Mena Rodríguez pudo escuchar las quejas y los reclamos de los presidentes municipales y comprobar que el trabajo que realizan José Antonio Aquiáhuatl Sánchez, procurador de Justicia del estado y Eduardo Valiente Hernández, Comisionado Estatal de Seguridad es mediocre y hasta malo.
La intervención de los ediles dibujó un negro panorama en materia de seguridad, pues no sólo la actividad de los delincuentes se ha expandido en el territorio tlaxcalteca, sino que la incidencia delictiva se ha incrementado así como también se han diversificado el tipo de actividades ilegales que se cometen en Tlaxcala.
En el encuentro quedó claro que el gobernador debe concretar en el corto plazo su promesa de realizar una inversión histórica en el rubro de la seguridad pública, lo cual se deberá reflejar en nuevas patrullas y equipo y en un aumento en el número de policías estatales.
Las futuras autoridades representantes del gobierno federal que en Tlaxcala estarán bajo la coordinación de Lorena Cuéllar no dieron detalles ni la suficiente información de la próxima operación de la Guardia Nacional que entrará en funciones a partir del 1 de diciembre, lo cual generó muchas dudas entre los alcaldes y las autoridades estatales porque dieron la impresión de que están improvisando.
Sólo quedó claro que desde el próximo sábado la modalidad en términos de composición y frecuencia de reuniones del Grupo de Coordinación de Seguridad de Tlaxcala cambiará, ya que las sesiones de trabajo ahora serán diarias y la información que se recabe se enviará a la oficina del Presidente de la República.
Lo que no se manejó en la reunión celebrada ayer en las oficinas de la Secretaría de Desarrollo Económico, es que el equipo del futuro presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, tiene un claro diagnóstico de la inseguridad en Tlaxcala y los frentes que deberá atacar y atender en el corto plazo para contrarrestar la presencia de los delincuentes.
Se dice que a Tlaxcala llegará un general del Ejército que coordinará las acciones de combate a la delincuencia, proceso en el que participarán militares que formarán una unidad de la Guardia Nacional. Ese mando tendrá influencia no sólo sobre los policías municipales y estatales, sino que también se tiene previsto que tenga facilidades para supervisar la acción de los ministerios públicos y de la policía investigadora.
Hasta donde se sabe se pondrá especial atención a los municipios de Apizaco y Tlaxcala, así como a los ubicados en los límites entre Puebla y nuestro estado.
Ayer quedó claro que si habrá coordinación entre el gobierno del estado y la administración federal que encabezará López Obrador, lo cual resulta positivo porque pareciera que las diferencias políticas y rencores han quedado atrás, aunque esto apenas inicia y aún falta por ver si en los próximos días se mantiene esta cordialidad o si sólo se trató de una simulación.
El tiempo nos dará la respuesta.
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